La imagen de hoy dice: Dios NO te trajo al desierto a morir,
sino a hablar a tu corazón. Oseas 2:14
Hay momentos en nuestra vida en los que nos sentimos en un desierto, no hay nadie alrededor, pero a la vez no queremos estar con gente. Hasta quizás podemos sentir que ni Dios nos escucha. ¿Le sucedió alguna vez?
Muchas veces Dios permite que pasemos por esos momentos, para hablar a nuestro corazón.
En muchas oportunidades, nos zambullimos en el ruido, para no pensar. Pero ese tiempo de silencio y búsqueda de Dios, es el que nos permite escuchar su voz.
Oseas 2:14 dice: "Dios no nos trajo al desierto a morir, sino a hablar a nuestro corazón"
¡Cuántas veces el Señor desea hablarnos y el ruido, las voces de la gente, la TV, Internet, impiden ese encuentro con Jesús, esos momentos en los que Él tiene planeado hablarnos y guiarnos para salir de ese estado de soledad y perturbación.
A veces tenemos que tomar la decisión de apagar todo lo que ocasiona que estemos distraídos tratando de huir del silencio, el cuál va a ser el canal por el que nuestro estado va a cambiar.
No boicoteemos más nuestra propia paz y alegría. Jesús está a una oración de distancia.
Cuando me siento perturbada por los problemas, siento que Dios me dice: Tus mayores victorias las lograste de rodillas; en ese momento reacciono y busco su presencia y su consejo.
Puedo clamar y recibo su paz, porque entiendo que Dios siempre está atento a nuestras oraciones.