La imagen de hoy (para que pueda traducirla en su idioma) dice:
Yo Soy tu Dios, el Alfa y Omega, el Principio y el fin
Con gran gozo llenaré tu alma y por la mañana vendrá tu libertador, tu abogado
protector... Amada mía. Yo Soy...
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Mateo 5:7
En medio de circunstancias difíciles que la vida nos presenta, cuando sentimos desilusiones, tristezas, angustias, soledad, es el momento en donde más se manifiesta el amor de Jesús por nosotros.
¡Con Dios las cosas son tan fáciles! Tan solo con buscar su presencia, adorarlo, orar (que es hablar con Dios), su amor es derramado en nuestros corazones, con una dulzura infinita y sobrenatural, su presencia nos llena de paz.
Quizás le ha pasado cuando tiene que hablar con personas "importantes" ¡Cuanto tiene que insistir y esperar para ser atendido! ¿verdad?
Pero con Jesús no es así, la Palabra de Dios dice en Mateo 7:7-8: "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá".
Tiene que tomar conciencia que Jesús anhela encontrarse con nosotros, mucho más de lo que nosotros deseamos estar con Él. Cada mañana cuando Él nos despierta, espera que le digamos: Buenos días Jesús, Bienvenido Espíritu Santo, toma el control de toda mi vida, guíame en cada minuto de este nuevo día, quiero hacer tu voluntad, soy tuyo.
Orar no es una imposición, una obligación, si no un momento de amor, de diálogo con aquel que nos salvó, que murió por nosotros, solo por amor.
¿Cómo no amarlo? ¿Cómo no agradecerle?
Imagínese si usted se levanta a la mañana y no saluda a su esposa, esposo, hijos; solo desayuna, pasa por su lado y sin saludarlo se va a trabajar.
¿No hace eso verdad? Entonces mucho más con nuestro hermoso Señor, debemos darle el primer saludo del día. No importa el tiempo que le dedique, solo demuéstrele que Él es su prioridad. El primer saludo, el primer abrazo, la primera mirada, para Jesús.
El abrazo de Jesús en los momentos de debilidad, de tristeza, enfermedad, es el abrazo más hermoso que pude imaginar, no se compara con ningún otro. No se lo pierda.
No olvide todo lo que tiene que agradecerle al Señor, por todo lo que hace en su vida y su familia, a veces, sin que usted lo busque. Eso se llama misericordia de Dios.
Jesús le ama, no lo ignore, busque su presencia cada día en su hogar y el Espíritu Santo de Dios lo cubrirá con su dulce amor.
Dios le bendiga
Susana Goglián
"SUBLIME AMOR" Abel Zabala
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ES DE MUCHA BENDICIÓN PARA MÍ LEER SUS MENSAJES. BENDICIONES. Osana Goglián