La imagen de hoy dice: Amado Dios hoy quiero tomar un tiempo, no para pedirte
algo para mí, sino simplemente para decirte ¡GRACIAS por todo lo que tengo!
Es tan común acercarnos a Dios para pedirle algo, que aunque eso es bueno, porque es nuestro Padre celestial y está atento a nuestras necesidades, pero cuando solo nuestra oración es dame... dame... tomamos la actitud de los niños con sus padres, que constantemente les piden algo y no es tan común escucharlos decirles: te quiero o gracias por todo lo que me compras. Aunque mi hijo cuando era muy chiquitito, frecuentemente me decía: ¡Mamá! y yo le preguntaba ¿Qué Cristiancito? y él con una sonrisa me contestaba ¡azón! queriendo decir corazón. Era muy tierno verlo expresándome su amor, aún no sabiendo hablar bien, porque era muy chiquito.
Dios se goza respondiendo nuestras oraciones, supliendo nuestras necesidades, sanándonos, proveyéndonos todo lo que necesitamos, pero también alegramos su corazón cuando le decimos simplemente: Señor... ¡gracias!
En cierta oportunidad Jesús sanó a diez leprosos, nueve de ellos se fueron llenos de felicidad porque recibieron sanidad, uno solo de ellos se postró a sus pies dándole las gracias; Jesús entonces dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? ¿Los otros nueve donde están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?. Lucas 17:17-18
Dios nos de un corazón agradecido, para alegrar su corazón.
Tomemos por costumbre orar por todas nuestras necesidades y por las de los demás, pero busquemos momentos de intimidad con Jesús para darle nuestro agradecimiento por su eterno amor y comprensión.
Dios los bendiga
Susana Goglián
"GRACIAS SEÑOR" Marcos Witt
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