jueves, 24 de noviembre de 2016

"JESÚS TUVO TEMOR"

La imagen de hoy dice: 1ª Estación: Jesús en el huerto de los olivos

Muchos de nosotros usamos una cadenita con una cruz, eso no tiene nada de malo, pero ni siquiera nos imaginamos lo que Jesús padeció antes y después de llegar a esa cruz, donde dio su vida por usted y por mí.
Dice la Biblia que antes de ser apresado para llevarlo a la cruz, en el monte de los olivos, mientras oraba, tuvo mucho miedo, angustia, hasta su sudor, mientras clamaba a su Padre, era como grandes gotas de sangre. 
¿Se imagina que tremenda angustia y temor puede producir semejante efecto?  Lea lo que dice en Lucas 22:41-44: "Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra".
Esto nos muestra que Jesús también sintió temor, pero el amor  por nosotros, la obediencia  y la fe en su Padre, pudo mucho más que todo lo que sentía.
Jesús cargó con los pecados de toda la humanidad sobre Él en ese sacrificio en la cruz. Tuvo que sufrir que por un momento Dios le diera la espalda, a pesar de que Jesús vivió en santidad, porque todos los pecados de todo el mundo cayeron sobre Él, para que al creer en su muerte y resurrección, cuando nos arrepentimos de nuestros pecados, seamos perdonados por Dios. 
Pero Dios que es Santo, no podía convivir con el pecado, por eso por un momento, abandonó a su Hijo, hasta que murió en la cruz  en nuestro lugar, todos los que hemos pecado, pero gracias a su sacrificio, todos por medio del arrepentimiento, recibimos su perdón.
¿Conoce algún amor igual? ¿Alguien podría a pesar de que usted lo rechace, dar la vida por usted? 
Solamente el amor de Jesús puede lograrlo a pesar de su sufrimiento, porque mientras estuvo en la tierra fue cien por ciento hombre y cien por ciento Dios, quiere decir que sentía todos los dolores que nosotros sentimos en su cuerpo.
Piense cuando pase por momentos de temores y de pánico, que Jesús puede entenderlo, porque lo padeció. 
Cuando sufra dolencias en su cuerpo, no olvide nunca, Jesús puede entenderlo porque lo sufrió en su propio cuerpo, mucho más dolor que el que usted puede llegar a sentir en toda su vida. 
Por eso, cuando por medio de esta muerte de Jesús en la cruz del calvario, usted clame: ¡Dios mío, te pido en el nombre de Jesús, que me libres, que me sanes! Dios no va a permanecer indiferente a su oración, su oído siempre está atento a su voz; y lo más maravilloso es que le ama y que además no hay nada imposible para Él.
Cada vez que use una cruz con la cadenita en su cuello o la vea en otros, eso le recuerde ese sacrificio de Jesús y recuerde hablar con Él. Orar es hablar con Dios, simplemente dele gracias por haberle salvado solo por amor.

Dios le bendiga
Susana Goglián

"TE SEGUIRÉ CON MI MENTE, ALMA Y CORAZÓN" 


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