sábado, 11 de noviembre de 2017

"CAMBIAME A MI PRIMERO SEÑOR"


La imagen de hoy dice: CÁMBIAME A MI PRIMERO

Estuve hablando con una persona creyente, desde hace muchos años es una hija de Dios, porque le entregó su corazón a Jesús. Pero lamentablemente, hace oídos sordos a todos los consejos que son para su bien y para el de su familia. 
Cree saberlo todo, por lo tanto, nada de lo que se le diga tiene validez. 
Se ha abandonado, no lucha para subsistir y espera que todos los demás le solucionen la vida. 
La verdad a veces como líderes nos sentimos impotentes cuando nos toca aconsejar a personas así, por lo cuál solo resta orar, interceder por ella y por su familia, que lamentablemente si el Espíritu Santo no despierta su espíritu para entender lo que Dios le habla y no obedece, se van a hundir junto con ella. 
Porque como creyente es el eje de su casa, si ella no obedece a la voz de Dios y dirige a su familia por el camino correcto, tomando sus propias responsabilidades como madre y ama de casa, los demás mucho menos, porque no tienen a Cristo.
Por eso reflexioné ante tal impotencia y decidí que lo único que me resta es orar por ellos y que Dios le diga lo que tiene que hacer para salir adelante, ya las palabras de mi parte están agotadas, porque la respuesta es siempre la misma ante sus quejas: tenés que trabajar, luchá por tu familia, confiá en Dios, pero hacé tu parte.... pero ya no vale la pena seguir aconsejando, cae todo en saco roto. 
Por eso orando, Dios me dio una Palabra, muy conocida, pero no por eso menos importante, me hizo reflexionar porque en estos pasajes de la Biblia, Dios es tan simple y claro,  por lo que no entiende el que no quiere entender.
Hagamos un repaso de esta  Palabra juntos. 
2 Corintios 5:17 dice: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas".
Efesios 4:23-31: "Deben renovarse espiritualmente en su manera de juzgar y revestirse de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios y que se distingue por una vida recta y pura, basada en la verdad. Por lo tanto, ya no mientan más, sino diga cada uno la verdad a su prójimo, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo.
Si se enojan, no pequen; que el enojo no les dure todo el día.   No le den oportunidad al diablo. El que robaba, deje de robar y póngase a trabajar, realizando un buen trabajo con sus manos para que tenga algo que dar a los necesitados.
 No digan malas palabras, sino sólo palabras buenas que edifiquen la comunidad y traigan beneficios a quienes las escuchen.  No hagan que se entristezca el Espíritu Santo de Dios, con el que ustedes han sido sellados para distinguirlos como propiedad de Dios el día en que él les dé la liberación definitiva.
Alejen de ustedes la amargura, las pasiones, los enojos, los gritos, los insultos y toda clase de maldad. Sean buenos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, como Dios los perdonó a ustedes en Cristo". (Versión moderna: Dios habla hoy)
Sobre el trabajo también Dios nos dice en su Palabra:
2 Tesalonicenses 3:10-12
Mientras estábamos con vosotros, solíamos decir: "El que se niega a trabajar, no se le permite comer." Decimos esto porque nos enteramos de que hay algunas personas que están entre vosotros que viven vidas perezosos y que no hacen más que entrometerse en los asuntos de otras personas. En el nombre del Señor Jesucristo les ordenamos a estas personas y advertirles de llevar una vida ordenada y trabajar para ganarse la vida.
¡Qué lección de vida! La Biblia, la palabra de Dios, es siempre actual, el Señor hace las cosas fáciles, nosotros somos los complicados. 
Piense que diferente sería la vida, si cada uno se hiciera responsable de obedecer en su propia vida, esta Palabra. Ya no habría problemas. Pero lamentablemente siempre esperamos que cambie el otro, nosotros creemos estar haciendo bien todas las cosas. Pero a los ojos de Dios ¿Cómo será?
Pensemos hoy en todas estas cosas, ojalá que nos hagamos cargo de lo que nos toca y no esperemos todo de los demás. 
Una herramienta útil en estos casos, en lugar de guardar resentimiento, es pedirle perdón a Dios por la negligencia y perdonar a los demás. Perdonarnos luego a nosotros mismos, para sentirnos libres y poder seguir adelante.

"Más bienaventurado es dar que recibir" 
Hechos 20:35
Que Dios nos libre del egoísmo.


Dios los bendiga
Susana Goglián

Canción: "Yo me rindo a Él"
20/20


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