viernes, 9 de marzo de 2018

"EL QUE NO TRABAJA TAMPOCO COMA"

La imagen de hoy dice:
Si alguien no quiere trabajar, que tampoco coma.
"Porque cuando aún estábamos con ustedes, les ordenamos esto:
Si alguien no quiere trabajar, que tampoco coma"
2 Tesalonicenses 3:10

La Biblia, la Palabra de Dios, dice: "Hermanos, les ordenamos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se aparten de cualquier hermano que lleve una conducta indisciplinada y que no siga las tradiciones que recibieron de nosotros. 
Pues ustedes saben cómo deben vivir para seguir nuestro ejemplo: nosotros no llevamos entre ustedes una conducta indisciplinada,
ni hemos comido el pan de nadie sin pagarlo. Al contrario, trabajamos y luchamos día y noche para no serle una carga a ninguno de ustedes. y ciertamente teníamos el derecho de pedirles a ustedes que nos ayudaran, pero trabajamos para darles el ejemplo que ustedes deben seguir. 
Cuando estuvimos con ustedes, les dimos esta regla: El que no quiera trabajar, que tampoco coma. 
 Pero hemos sabido que algunos de ustedes llevan una conducta indisciplinada, muy ocupados en no hacer nada. 
 A tales personas les mandamos y encargamos, por la autoridad del Señor Jesucristo, que trabajen tranquilamente para ganarse la vida". 2 Tesalonicenses 3:6-12 DHH
La Biblia fue escrita para que obedezcamos todo lo que Dios nos pide; no se puede elegir que obedecemos y que no. 
Hay muchas personas que quieren vivir sin trabajar, esperando la ayuda de todos los que les rodean; como si todos estuvieran obligados a ayudarlos, sin que ellos hagan nada. 
No es un invento de estos tiempos por lo que leemos en la Biblia.
Hay familias enteras que no trabajan y quieren vivir bien; es imposible que eso suceda. 
La mayoría de las personas, sale cada día a ganarse el pan; no es un hobby, si no una necesidad y una obligación.
Veo tanta gente viviendo en la calle y me produce mucha angustia; pero a la vez me asombra que no aceptan ninguna ayuda; ni espiritual, ni aceptan consejos para conseguir un subsidio, con el cuál podrían pagar una habitación.
Se han acostumbrado a esa forma de vida. En este último tiempo, cambié mi actitud, luego de un consejo que recibí de como encarar a las personas que viven en la calle; cuando se acercan a pedirme dinero; le pregunto por qué está en la calle; que le sucedió y la gran mayoría me contesta: Me desalojaron.
Comienzo a hablarles de soluciones que los ayudarían a alquilar un lugar donde vivir; donde conseguir ropa y alimentos; y sobre todo le pregunto si le gustaría invitar a Jesús a su corazón, para que tome el control de su vida y de la situación que está viviendo.
El último hombre que se acercó a mí en el parque, me escuchó todo lo que le informaba y se quedó esperando dinero; cuando le dije: Hoy no tengo dinero; pero ¿Te gustaría  invitar a Jesús a tu corazón? Me dijo retirándose, sí, sí lo hago. Le contesté: vení lo hacemos ahora... y se fue. 
¿Se da cuenta? Hay personas que conozco, que saben que pueden ir al gobierno de la Ciudad, a seguir por ejemplo cobrando un subsidio para alquilar que antes cobraban, pero no se mueven; prefieren vivir en la pobreza. Pueden tramitar un certificado de discapacidad para un integrante de la familia, para que tenga una seguridad de cobrar toda su vida una pensión; pero no los ayudan a conseguirlo. 
Fracasa, solamente el que quiere; el que se conforma con su condición, con su vida actual. 
Espiritualmente sucede lo mismo. ¡Tanta gente en depresión, angustia, soledad, con deseos de quitarse la vida! Cuando alguien con el amor de Dios en su corazón, le habla para decirles que Jesús puede cambiar sus vidas; solamente decidiéndose a recibirlo en su corazón y empezar una nueva vida; se niegan.
Para el que tiene a Jesús y sabe que le ha cambiado su vida completamente; que ha llenado los vacíos de su corazón; esa negativa es incomprensible; que les ofrezcan la solución a todos sus pesares y que digan que no... ¿Qué se puede hacer? Nada, solamente orar, porque es una decisión personal; ni Dios los obliga, nos dio libre albedrío; para que le sigamos por propia voluntad.
Lo más triste es que arrastran al resto de su familia en la decisión de negarse a recibir los consejos para salir de la situación que están viviendo hace tantos años.
Hoy usted tiene la oportunidad de decirle SÍ  a Jesús y cambiar de vida, o NO y seguir asi como está o peor.
Es su decisión; porque Dios nos dio libre albedrío; no nos obliga a nada, pero nos conviene a nosotros obedecerlo para vivir en bendición; no siga remando solo en la vida; dele el otro remo a Jesús.

Dios le bendiga
Susana Goglián
"TE SEGUIRÉ CON MI ALMA, MENTE Y CORAZÓN"
Jesús Adrián Romero


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