miércoles, 30 de enero de 2019

"¿DEMASIADO OCUPADO PARA HABLAR CON ÉL?

La imagen dice:
Dios nunca está demasiado ocupado para escucharte
No estés demasiado ocupado para hablar con él.

¿Qué hace usted cuando necesita hablar y no tiene quién lo escuche? Quizás tenga tantas cosas dentro suyo que necesita sacar, desahogarse pero no tiene con quien hablar.
Es difícil encontrar personas de confianza que le brinden su tiempo y su atención; o quizás usted las tenga, pero no lo pueden comprender.
Hay alguien que siempre tiene tiempo para usted, está dispuesto a escucharlo con toda su atención y lo más maravilloso es que siempre lo comprende; sobre todo porque no hay nada que usted esté pasando, que Él no lo haya pasado mientras estuvo en la tierra. Sí, es Jesús. 
La única manera de que alguien lo pueda entender, es si ha pasado alguna vez por lo que usted le cuenta; es muy difícil que alguien que nunca lo vivió, sepa exactamente que contestar frente a su circunstancia.
Dice la Palabra de Dios: "Él fue tentado tal como somos tentados nosotros, con la única diferencia de que él nunca cometió pecado". Hebreos 5:15 (PDT)
Debe saber que Dios desea que se acerque a Él y disfruta escuchándolo, como un Padre amoroso, está atento cuando se acerca a Él en oración. Orar es hablar con Dios, sencillamente, como habla con cualquier persona; no necesita repetir oraciones aprendidas de memoria; hable lo que nazca de su corazón y el Señor lo escuchará y lo aconsejará. 
No es necesario que guarde dentro suyo, esas cosas que le generarán angustia; malestar, es necesario que lo saque afuera; y escuche la dulce voz de Dios, que lo Ama Tanto, que no desea que sufra, ni se sienta solo en medio de una multitud.
Si nunca lo hizo y desea hacerlo, dígale ahora: Jesús, te necesito, te abro las puertas de mi corazón, te pido perdón por haberme mantenido lejos de ti; perdona todos mis pecados, los que cometí por dejarme llevar por la corriente de este siglo; quiero ser diferente, quiero marcar la diferencia, quiero seguirte todos los días de mi vida; recibo tu perdón, lávame con tu sangre preciosa, la que derramaste en la cruz por mí. Anota mi nombre, en el libro de la Vida y no me sueltes nunca de tu mano. Soy tuyo Jesús.
Señor yo te doy gracias por la persona que hizo esta oración, te pido que lo abraces, que le hagas sentir cuanto lo amas y que a partir de hoy, cada vez que se acerque a ti para hablar contigo, cada oración sea escuchada por ti y le hables y lo guíes toda su vida. Amen.
Lo felicito, Jesús lo Ama Mucho!! Y está feliz por recibirlo y a partir de hoy va a vivir en su corazón; nunca más estará solo; hable con Él y por medio del Espíritu Santo, aprenda a oír su voz y sus respuestas.

Dios le bendiga
Susana Goglián


"YO ME RINDO A ÉL"
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