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La imagen de hoy dice:
quieran conocer a Jesús.
¿Alguna vez escuchó la frase: “A las palabras se las lleva el viento”? Sucede que la gente está cansada de escuchar hablar; promesas, enseñanzas, órdenes… pero luego las mismas personas hacen lo contrario o no cumplen esas promesas. Eso genera mucha inseguridad en las personas, porque ya no saben a quién creer, a quien obedecer.
Y mucho peor es cuando alguien se acerca a hablarle de Dios; quizás lo invita a la iglesia; pero cuando usted mira vivir a esa persona, se pregunta: ¿Y a ella de que le sirve ir a la iglesia? Mirá su temperamento, su forma de actuar; su soberbia; esa actitud orgullosa de creer que todo lo sabe; pero su conducta deja mucho que desear.
Si supieran que entristecen el corazón de Jesús, porque no lo están representando; no intentan parecerse a Él con los ejemplos que nos dejó; de humildad, honestidad, respeto, perdón, integridad.
Estas personas creen que porque un día invitaron a Jesús a sus corazones, ya se recibieron de personas perfectas y pueden mirar por encima de su hombro a los demás; entonces lo que provocan es rechazo y lo menos que quiere la persona es acercarse al Jesús que estas personas dicen creer y seguir.
No alcanza creer en Jesús; su manera de vivir, habla más fuerte que sus palabras; sus actitudes provocan que muchas personas, que podían haberse entregado a Jesús y ser salvas, no quieran saber nada con Él… por usted.
¿Pensó alguna vez en esto; sabe que no es perfecto? ¿Se dio cuenta por fin que sin una relación genuina, sincera y diaria con Jesús; sus palabras no surten ningún efecto, solo rechazo?
Una mujer que conoció a Jesús en su adolescencia me dijo: conocí a una señora que no es cristiana y me sorprendió; por su forma de ser; porque yo le hablé agresiva, mal y ella me miró, pero no me respondió nada. Entonces pensé ¿Y yo soy la cristiana?
Lamentablemente fue solo un momento de lucidez, en el que el Espíritu Santo le dio convicción; pero sigue pensando que solo ella es la víctima de todo lo que le pasa.
Sin el Espíritu Santo, podemos hablar toda la vida, sin lograr que la gente quiera ser como nosotros; porque piensan: Yo estoy mejor que ellos.
La diferencia la hace Jesús en usted; si le entregó su vida a Él, si se arrepintió de sus pecados; no vuelva atrás; puede resultarle difícil humanamente; pero si está en comunión con el Espíritu Santo cada día; si ora y luego lo escucha, si se deja dirigir por Él; no hay manera de que actúe como antes; porque el deseo de agradar a Dios con sus acciones, va a prevalecer siempre en su corazón naturalmente.
Nadie actúa mal, mientras su corazón está bien con Jesús; es una locura creer eso; cualquiera que descuide su relación con Dios, aunque sea creyente de años; puede equivocarse y hacer lo que bien le parece; aunque después tenga que correr al Señor a pedirle perdón y pedirle que lo saque de las situaciones, que muchas veces, ni siquiera desea salir.
Si usted anhela que Dios lo use para que muchos se acerquen a Jesús y sean salvos; primero cambie usted; deténgase y pregúntese: ¿Cómo me ven los que me rodean? ¿Se nota que sigo a Jesús? ¿Estoy tratando de parecerme a Jesús?
Si lo hace sinceramente, el Espíritu Santo le mostrará la realidad y le dará la oportunidad de pedirle perdón a Dios y Él como siempre lo perdonará; pero después no vuelva a la hipocresía de mostrar una cosa y ser otra.
¿Podrá engañar a Dios? Deje atrás sus caprichos, rebeldías, egoísmos de pensar solo en lo que usted quiere.
JESÚS LO AMA MUCHO, por eso murió en la cruz con tanto sufrimiento para darle Salvación y vida eterna.
sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él”.
1 Juan 2:29
"Y serán para mí especial tesoro,
Entonces os volveréis,
y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo,
Malaquías 3:17-18
Susana Goglián
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