La imagen de hoy dice: Porque todo depende del cristal con que se mire
Hoy pensaba que no todos vemos igual las cosas y tampoco nosotros mismos las vemos siempre igual. Por eso es inútil tratar de explicarle a otra persona como lo vemos nosotros.
Por un momento vi mi casa en un espejo grande que tengo en la habitación y pensé: ¡Que linda está la casa! Y la verdad me hizo gracia, porque acá vivo, la veo constantemente, pero verla desde otra perspectiva me hizo verla distinta.
También me pasa cuando veo mi casa en fotos, me parece que todo fuera diferente, los colores, la luz y verla en conjunto, me hace apreciarla mejor.
También me pasa cuando veo mi casa en fotos, me parece que todo fuera diferente, los colores, la luz y verla en conjunto, me hace apreciarla mejor.
Debido a esto, pensaba que muchas veces no valoramos lo que tenemos, hasta que lo perdemos. Como si fuera lógico tenerlas: cosas, personas, familia; cobran un valor muy especial cuando las perdemos.
Podemos pasar mucho tiempo sin darle el valor a nuestra familia por ejemplo; pero cuando ya no está alguno de los miembros, se comienza a pensar con tristeza: porque no hice esto o aquello; ¿por que no la escuché con paciencia? ¿Por qué no lo hice sentir importante para mi? ¿Por qué no soporté con amor lo que me molestaba?
Esos por qué, después ya no sirven para nada, solo para hacernos sentir culpables.
El momento es ahora, cuando todavía los tenemos.
Valorar lo que tenemos como lo más hermoso; como lo que tanto deseaba tener y ahora tengo; porque lamentablemente cuando el ser humano obtiene lo que anhela, ya no lo valora porque es de su propiedad, en ese momento ya desea otra cosa.
¿Por qué el ser humano le da más valor a lo que todavía no tiene?
También pensemos en algo mucho más importante, Dios no nos ve como nosotros nos vemos a nosotros mismos; Él nos ve a través del sacrificio de Jesús en la cruz.
Como si estuviera Dios en su posición, en el medio Jesús, con esas marcas en sus manos y pies, de cuando lo atravesaron con enormes clavos para clavarlo en la cruz y detrás de Jesús, cada uno de nosotros.
Si Dios quisiera verlo a usted cometiendo errores, actuando mal, viendo su indiferencia hacia Él, no podría, porque Jesús ya pagó por cada uno de nuestros pecados.
Por eso cuando lo recibimos en nuestro corazón, lo hacemos Señor de nuestras vidas, la sangre que derramó Jesús, nos limpia de todo pecado.
Por eso tenemos la oportunidad de comenzar una nueva vida, limpios por su sangre, y Dios nos mira y sonríe, porque Jesús ya se puso en nuestro lugar, nos perdonó y nos limpió.
Recuérdelo, Dios no lo ve como usted mismo se ve; Dios lo ama porque decidió amarlo, no porque usted se lo mereciera.
Jesús lo mira con amor y con una sonrisa, porque es suyo y siempre está a su lado.
¿Necesita hoy verse con los ojos de Jesús?
Pídaselo.
¡Cuánto lo ama Jesús!
"Serán para mí como mi especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.
Malaquías 3:17
"ERES MI FORTALEZA"
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