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Con la ayuda y guía del Señor;
podemos seguir en el camino
que le agrada.
(Bibliatodo)
podemos seguir en el camino
que le agrada.
(Bibliatodo)
Desde ayer, el Señor me viene hablando de la historia de José; quién tuvo una vida llena de injusticias; porque él era un soñador y no tenía maldad; contaba sus sueños y eso despertaba la envidia de sus hermanos.
Según el relato, José fue uno de los doce hijos de Jacob. Había nacido de Raquel, la esposa amada de Jacob y era el hijo preferido de su padre; sus hermanos, nacidos de Lea o de las concubinas de Jacob, lo envidiaban por eso, al punto de venderlo como esclavo.
Esta es la Historia de José para los que no la conocen.
Está en la Biblia, la Palabra de Dios, en Génesis 37:2-11, tiene como título:
"Los sueños de José"
Cuando José tenía diecisiete años, ayudaba a sus hermanos, los hijos de Bilhá y de Zilpá, a cuidar las ovejas. Pero José le contaba a su padre lo mal que se portaban sus hermanos.
Jacob amaba a José más que a sus otros hijos, pues había nacido cuando ya era muy anciano. Por eso le hizo una capa de muchos colores.
Pero sus hermanos lo odiaban, y ni siquiera le hablaban, pues veían que su padre lo quería más que a ellos.
Un día José tuvo un sueño. Cuando se lo contó a sus hermanos, ellos lo odiaron aún más, pues les dijo: —Anoche tuve un sueño, y soñé que estábamos en medio del campo, atando el trigo en manojos. De repente, mi manojo se levantó y se quedó bien derecho, mientras los de ustedes lo rodeaban y se inclinaban ante él. Sus hermanos protestaron: —¡Ahora resulta que vas a ser nuestro rey y nuestro jefe!
Y por causa del sueño y por lo que decía, creció en ellos el odio que le tenían.
José tuvo otro sueño, y también se lo contó a sus hermanos. Les dijo:
—Fíjense que tuve otro sueño. Resulta que esta vez el sol, la luna y once estrellas, se inclinaban ante mí.
Cuando les contó este sueño a su padre y a sus hermanos, su padre lo reprendió, y le dijo: — ¿Qué clase de sueño es ése? ¿Quieres decir que tu madre y tus hermanos, y yo mismo, vamos a ser tus esclavos?
Y sus hermanos le tenían envidia, pero su padre trataba de entender el significado de sus sueños.
El segundo titulo desde el versículo 12 al 14 es: José es vendido como esclavo.
Los hermanos de José habían llevado las ovejas de su padre a los pastos de Siquem. Unos días después, Jacob le dijo a José:
—Ya sabes que tus hermanos están en Siquem, cuidando las ovejas. Quiero que vayas a ver si todo está bien, y que regreses a contármelo.
—Sí, papá, enseguida voy —le respondió”.
A medida que avancemos, va a notar lo peligrosa que es la envidia y los celos en el ser humano. Por eso como le decía en un devocional anterior; mi mamá siempre me decía: Susy no cuentes todo… Y ahora sé que es verdad, porque no todos se alegran con sus logros y sueños, hay que ser prudente.
Avancemos en esta historia apasionante, injusta; pero con el respaldo de Dios hacia quienes le obedecen y le son fieles, termina en victoria, ya lo verá. Preste mucha atención.
Génesis 37: 17-30 "... José siguió buscando a sus hermanos, y allá los encontró. Cuando ellos lo vieron acercarse, antes de que él llegara a donde ellos estaban, se pusieron de acuerdo para matarlo. Unos a otros se decían:
« ¡Vaya, vaya! ¡Aquí viene ese gran soñador! Vamos a matarlo y a echarlo en uno de estos pozos, y diremos que algún animal feroz se lo comió. ¡Ya vamos a ver si se cumplen sus sueños!»
Al oír esto, Rubén trató de librar a José de sus hermanos, para luego llevárselo a su padre. Por eso les dijo: «No está bien que lo matemos. ¿Para qué matarlo? Si quieren, échenlo en este pozo del desierto; ¡pero no le hagan daño!»
Cuando José llegó a donde estaban sus hermanos, ellos le quitaron la capa que su padre le había hecho y lo echaron al pozo, que estaba seco. Y Rubén se fue.
Los hermanos se sentaron a comer. De pronto vieron que se acercaba un grupo de comerciantes. Eran unos ismaelitas que venían de Galaad. Sus camellos estaban cargados de finos perfumes y hierbas de rico olor, que los ismaelitas pensaban vender en Egipto.
Judá entonces les dijo a sus hermanos: «No ganamos nada con matar a nuestro hermano, y luego tener que mentir acerca de su muerte. Nos conviene más vendérselo a estos ismaelitas. Después de todo, José es nuestro hermano; ¡es de nuestra propia familia!»
Esta idea les pareció bien, así que cuando los comerciantes pasaron por allí, los hermanos de José lo sacaron del pozo y lo vendieron en veinte monedas de plata. Entonces los comerciantes se lo llevaron a Egipto.
Cuando Rubén regresó y vio que José ya no estaba en el pozo, rompió su ropa en señal de tristeza, y luego fue a decirles a sus hermanos: «¡José ya no está en el pozo! Y ahora, ¿qué le voy a decir a mi padre?»
Mataron entonces un cabrito, y con la sangre del cabrito mancharon la capa de José. Luego le llevaron la capa a Jacob, y le dijeron: —¡Mira lo que encontramos! Nos parece que es la capa de tu hijo.
Jacob la reconoció, y lleno de dolor gritó: —¡Sí, es la capa de mi hijo! ¡Seguramente algún animal feroz lo hizo pedazos y se lo comió!
Allí mismo Jacob rompió su ropa en señal de tristeza, se vistió de luto, y durante mucho tiempo lloró por la muerte de su hijo. Todos sus hijos llegaron para consolarlo, pero él no quería que lo consolaran. Más bien, lloraba y decía que quería morirse para estar con José”.
¡¡Hasta donde pueden llegar los celos, la envidia y la competencia!!
José no les había hecho nada; solo les contaba en confianza a sus hermanos y a sus padres sus sueños; que luego verá que uno a uno se hicieron realidad; eran sueños que Dios le había revelado.
Sé que me estoy extendiendo mucho; pero Dios me estuvo hablando desde ayer de esta historia y me hizo pensar mucho y quizás hoy a alguien le sirva, para ser prudente y más reservado.
Dios quiere usar su vida, para que todos descubran en su corazón ¡Cuánto los Ama! La gente está muy necesitada de amor, pero de un Amor Verdadero, que solo pueden recibir de Jesús.
Ahora voy a tratar de ser más breve; luego de toda esa injusticia; José en Egipto sufrió una injusticia mucho peor; observe: “Cuando los comerciantes llegaron a Egipto, vendieron a José. Lo compró Potifar, que era un oficial del rey de Egipto y capitán de la guardia".
Aún lo que puede parecer ser bueno y conveniente, a veces no lo es.
Pero como dicen, como si todo eso fuera poco; la mujer de Potifar, el oficial del rey de Egipto se enamoró de José y comenzó a acosarlo sin cesar; pero José deseaba agradar a Dios, más que nada en este mundo.
Leamos lo que sucedió, lo más breve que pueda, para que entienda esta apasionante historia de lealtad y obediencia a Dios; lea luego para no extenderme tanto Génesis 39:7-23. Solo le voy a compartir una parte y el desenlace, la recompensa de Dios a la fidelidad de José.
En Génesis 39; Hablando ella (la mujer de Potifar) a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella, aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí. Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió…
Y ella puso junto a sí la ropa de José, hasta que vino su señor a su casa. Entonces le habló ella las mismas palabras, diciendo: El siervo hebreo que nos trajiste, vino a mí para deshonrarme. Y cuando yo alcé mi voz y grité, él dejó su ropa junto a mí y huyó fuera.
Y sucedió que cuando oyó el amo de José las palabras que su mujer le hablaba, diciendo: Así me ha tratado tu siervo, se encendió su furor.
Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la cárcel.
Pero Dios estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel. Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía. No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Dios estaba con José, y lo que él hacía, Dios lo prosperaba”.
Cuando Dios se dispone a bendecir a alguien, porque conoce su corazón entregado a Él, no hay maldición que pueda alcanzarlo; la fidelidad a Dios es una garantía de victoria frente a todos sus enemigos; no deje de serle fiel a Dios.
La parte más impresionante, es donde la Biblia cuenta como todos los sueños que José le contó a su padre y a sus hermanos; se cumplieron al pie de la letra.
Si usted no conoce esta historia se va a sorprender por el cumplimiento y por el corazón perdonador y generoso de José hacia sus hermanos, un verdadero ejemplo de lo que Dios desea y espera de nosotros, sus hijos.
Le dejo las citas bíblicas, pero por favor léalas; me extendí demasiado para compartirla acá. Si no tiene una Biblia, escriba en Google: Génesis capítulos 40, 41 y 42, por favor léalo verá la generosidad de José con sus hermanos; porque en lugar de vengarse los ayudó.
Usted comprobará algo muy importante y su fe crecerá al leer estos capítulos; como Dios se glorificará y lo levantará por su fidelidad, a pesar de todo lo que venga en su contra.
Según el relato, José fue uno de los doce hijos de Jacob. Había nacido de Raquel, la esposa amada de Jacob y era el hijo preferido de su padre; sus hermanos, nacidos de Lea o de las concubinas de Jacob, lo envidiaban por eso, al punto de venderlo como esclavo.
Esta es la Historia de José para los que no la conocen.
Está en la Biblia, la Palabra de Dios, en Génesis 37:2-11, tiene como título:
"Los sueños de José"
Cuando José tenía diecisiete años, ayudaba a sus hermanos, los hijos de Bilhá y de Zilpá, a cuidar las ovejas. Pero José le contaba a su padre lo mal que se portaban sus hermanos.
Jacob amaba a José más que a sus otros hijos, pues había nacido cuando ya era muy anciano. Por eso le hizo una capa de muchos colores.
Pero sus hermanos lo odiaban, y ni siquiera le hablaban, pues veían que su padre lo quería más que a ellos.
Un día José tuvo un sueño. Cuando se lo contó a sus hermanos, ellos lo odiaron aún más, pues les dijo: —Anoche tuve un sueño, y soñé que estábamos en medio del campo, atando el trigo en manojos. De repente, mi manojo se levantó y se quedó bien derecho, mientras los de ustedes lo rodeaban y se inclinaban ante él. Sus hermanos protestaron: —¡Ahora resulta que vas a ser nuestro rey y nuestro jefe!
Y por causa del sueño y por lo que decía, creció en ellos el odio que le tenían.
José tuvo otro sueño, y también se lo contó a sus hermanos. Les dijo:
—Fíjense que tuve otro sueño. Resulta que esta vez el sol, la luna y once estrellas, se inclinaban ante mí.
Cuando les contó este sueño a su padre y a sus hermanos, su padre lo reprendió, y le dijo: — ¿Qué clase de sueño es ése? ¿Quieres decir que tu madre y tus hermanos, y yo mismo, vamos a ser tus esclavos?
Y sus hermanos le tenían envidia, pero su padre trataba de entender el significado de sus sueños.
El segundo titulo desde el versículo 12 al 14 es: José es vendido como esclavo.
Los hermanos de José habían llevado las ovejas de su padre a los pastos de Siquem. Unos días después, Jacob le dijo a José:
—Ya sabes que tus hermanos están en Siquem, cuidando las ovejas. Quiero que vayas a ver si todo está bien, y que regreses a contármelo.
—Sí, papá, enseguida voy —le respondió”.
A medida que avancemos, va a notar lo peligrosa que es la envidia y los celos en el ser humano. Por eso como le decía en un devocional anterior; mi mamá siempre me decía: Susy no cuentes todo… Y ahora sé que es verdad, porque no todos se alegran con sus logros y sueños, hay que ser prudente.
Avancemos en esta historia apasionante, injusta; pero con el respaldo de Dios hacia quienes le obedecen y le son fieles, termina en victoria, ya lo verá. Preste mucha atención.
Génesis 37: 17-30 "... José siguió buscando a sus hermanos, y allá los encontró. Cuando ellos lo vieron acercarse, antes de que él llegara a donde ellos estaban, se pusieron de acuerdo para matarlo. Unos a otros se decían:
« ¡Vaya, vaya! ¡Aquí viene ese gran soñador! Vamos a matarlo y a echarlo en uno de estos pozos, y diremos que algún animal feroz se lo comió. ¡Ya vamos a ver si se cumplen sus sueños!»
Al oír esto, Rubén trató de librar a José de sus hermanos, para luego llevárselo a su padre. Por eso les dijo: «No está bien que lo matemos. ¿Para qué matarlo? Si quieren, échenlo en este pozo del desierto; ¡pero no le hagan daño!»
Cuando José llegó a donde estaban sus hermanos, ellos le quitaron la capa que su padre le había hecho y lo echaron al pozo, que estaba seco. Y Rubén se fue.
Los hermanos se sentaron a comer. De pronto vieron que se acercaba un grupo de comerciantes. Eran unos ismaelitas que venían de Galaad. Sus camellos estaban cargados de finos perfumes y hierbas de rico olor, que los ismaelitas pensaban vender en Egipto.
Judá entonces les dijo a sus hermanos: «No ganamos nada con matar a nuestro hermano, y luego tener que mentir acerca de su muerte. Nos conviene más vendérselo a estos ismaelitas. Después de todo, José es nuestro hermano; ¡es de nuestra propia familia!»
Esta idea les pareció bien, así que cuando los comerciantes pasaron por allí, los hermanos de José lo sacaron del pozo y lo vendieron en veinte monedas de plata. Entonces los comerciantes se lo llevaron a Egipto.
Cuando Rubén regresó y vio que José ya no estaba en el pozo, rompió su ropa en señal de tristeza, y luego fue a decirles a sus hermanos: «¡José ya no está en el pozo! Y ahora, ¿qué le voy a decir a mi padre?»
Mataron entonces un cabrito, y con la sangre del cabrito mancharon la capa de José. Luego le llevaron la capa a Jacob, y le dijeron: —¡Mira lo que encontramos! Nos parece que es la capa de tu hijo.
Jacob la reconoció, y lleno de dolor gritó: —¡Sí, es la capa de mi hijo! ¡Seguramente algún animal feroz lo hizo pedazos y se lo comió!
Allí mismo Jacob rompió su ropa en señal de tristeza, se vistió de luto, y durante mucho tiempo lloró por la muerte de su hijo. Todos sus hijos llegaron para consolarlo, pero él no quería que lo consolaran. Más bien, lloraba y decía que quería morirse para estar con José”.
¡¡Hasta donde pueden llegar los celos, la envidia y la competencia!!
José no les había hecho nada; solo les contaba en confianza a sus hermanos y a sus padres sus sueños; que luego verá que uno a uno se hicieron realidad; eran sueños que Dios le había revelado.
Sé que me estoy extendiendo mucho; pero Dios me estuvo hablando desde ayer de esta historia y me hizo pensar mucho y quizás hoy a alguien le sirva, para ser prudente y más reservado.
Dios quiere usar su vida, para que todos descubran en su corazón ¡Cuánto los Ama! La gente está muy necesitada de amor, pero de un Amor Verdadero, que solo pueden recibir de Jesús.
Ahora voy a tratar de ser más breve; luego de toda esa injusticia; José en Egipto sufrió una injusticia mucho peor; observe: “Cuando los comerciantes llegaron a Egipto, vendieron a José. Lo compró Potifar, que era un oficial del rey de Egipto y capitán de la guardia".
Aún lo que puede parecer ser bueno y conveniente, a veces no lo es.
Pero como dicen, como si todo eso fuera poco; la mujer de Potifar, el oficial del rey de Egipto se enamoró de José y comenzó a acosarlo sin cesar; pero José deseaba agradar a Dios, más que nada en este mundo.
Leamos lo que sucedió, lo más breve que pueda, para que entienda esta apasionante historia de lealtad y obediencia a Dios; lea luego para no extenderme tanto Génesis 39:7-23. Solo le voy a compartir una parte y el desenlace, la recompensa de Dios a la fidelidad de José.
En Génesis 39; Hablando ella (la mujer de Potifar) a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella, aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí. Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió…
Y ella puso junto a sí la ropa de José, hasta que vino su señor a su casa. Entonces le habló ella las mismas palabras, diciendo: El siervo hebreo que nos trajiste, vino a mí para deshonrarme. Y cuando yo alcé mi voz y grité, él dejó su ropa junto a mí y huyó fuera.
Y sucedió que cuando oyó el amo de José las palabras que su mujer le hablaba, diciendo: Así me ha tratado tu siervo, se encendió su furor.
Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la cárcel.
Pero Dios estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel. Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía. No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Dios estaba con José, y lo que él hacía, Dios lo prosperaba”.
Cuando Dios se dispone a bendecir a alguien, porque conoce su corazón entregado a Él, no hay maldición que pueda alcanzarlo; la fidelidad a Dios es una garantía de victoria frente a todos sus enemigos; no deje de serle fiel a Dios.
La parte más impresionante, es donde la Biblia cuenta como todos los sueños que José le contó a su padre y a sus hermanos; se cumplieron al pie de la letra.
Si usted no conoce esta historia se va a sorprender por el cumplimiento y por el corazón perdonador y generoso de José hacia sus hermanos, un verdadero ejemplo de lo que Dios desea y espera de nosotros, sus hijos.
Le dejo las citas bíblicas, pero por favor léalas; me extendí demasiado para compartirla acá. Si no tiene una Biblia, escriba en Google: Génesis capítulos 40, 41 y 42, por favor léalo verá la generosidad de José con sus hermanos; porque en lugar de vengarse los ayudó.
Usted comprobará algo muy importante y su fe crecerá al leer estos capítulos; como Dios se glorificará y lo levantará por su fidelidad, a pesar de todo lo que venga en su contra.
¡GRACIAS SEÑOR, TU ERES UN JUEZ JUSTO!
¡GRACIAS POR AMARNOS TANTO!
"Sigo avanzando hacia la meta
para ganar el premio que Dios ofrece
mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús”
Filipenses 3:14
"DIOS IMPARABLE"
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Susana Goglián
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ES DE MUCHA BENDICIÓN PARA MÍ LEER SUS MENSAJES. BENDICIONES. Osana Goglián