Devocional Diario. Reflexiones para vos: "LA FE QUE IMPACTA A JESÚS"

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La imagen dice:

Prefiero recordar

las hazañas del SEÑOR

Traer a la memoria

sus milagros de antaño.

Salmos 77:11

Hebreos 11:6, en la Biblia, la Palabra de Dios, dice: "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan."

¿Cuántas veces habrá leído o escuchado esta Palabra que dice en Lucas 1:37? "... porque para Dios no hay nada imposible". Pero estoy segura de que, en el momento de pruebas difíciles, enfermedades y otras cosas que le pasan; usted se preguntará ¿Entonces por qué yo no recibo mi milagro?

Hoy vamos a tocar ese tema; porque si hay algo que me impacta mientras leo la Biblia, es de la manera que Jesús, valoró la fe de las personas, mientras caminó en la tierra y eso lo impulsaba a sanar inmediatamente a la persona.

Y lo sigue haciendo hoy; usted puede orar con sus palabras; pero Jesús no solamente lo escucha; sino que mira su corazón; hasta algunas veces lo prueba, para ver hasta dónde llega su fe, en medio de la espera del milagro.

Usted al hombre le puede decir: yo soy una persona de mucha fe y él le cree; pero Dios no mira lo que mira el hombre; Dios mira el corazón. 1 Samuel 16:7.

Una cosa es decir y otra muy diferente, es haber descubierto el gran Amor de Dios por usted; porque eso debería hacerle sentir una fe incondicional.

Su Padre Celestial jamás podría abandonarlo en medio de su sufrimiento. Siempre decimos que para Dios no hay nada imposible; pero sí hay algo… es imposible que el Señor lo abandone en medio de una prueba, si está orando y confiando en Él.

En la Biblia hay muchos ejemplos, de cómo Jesús se conmovía al escuchar las palabras de fe que le decían las personas y por eso emocionado, hacía el milagro que necesitaba.

Vamos a leer algunos ejemplos hoy; para que usted los tenga en cuenta cuando ore; para que ore desde su corazón, mostrándole a Jesús ¡cuánto confía en Él, pase lo que pase!

El título del primer ejemplo es: “La fe de una mujer no judía”; está en Marcos 7:24-30, dice: "De allí se dirigió Jesús a la región de Tiro. Entró en una casa, sin querer que nadie lo supiera; pero no pudo esconderse. Pronto supo de él la madre de una muchacha que tenía un espíritu impuro, la cual fue y se arrodilló a los pies de Jesús. La mujer no era judía, sino originaria de Siro fenicia. Fue, pues, y rogó a Jesús que expulsara de su hija al demonio. Pero Jesús le dijo: —Deja que los hijos coman primero, porque no está bien quitarles el pan a los hijos y dárselo a los perros.

Ella le respondió: —Pero, Señor, hasta los perros comen debajo de la mesa las migajas que dejan caer los hijos.

Jesús le dijo: —Por haber hablado así, vete tranquila. El demonio ya ha salido de tu hija. Cuando la mujer llegó a su casa, encontró a la niña en la cama; el demonio ya había salido de ella".

Jesús se refería a que primero tenía que atender a los pedidos de los judíos; pero la mujer, fue con fe, decidida a conseguir ese milagro para su hija y convenció a Jesús y su hija fue libre a la distancia, ni siquiera la vio.

Otro caso impactante, es la de un hombre ciego. Cuando supo que pasaba Jesús por ahí, comenzó a gritar para que lo sanara y lo querían hacer callar, para que no molestara a Jesús; pero él no dejó de gritar hasta que Jesús se dio vuelta y se acercó a Él.

Leamos en Marcos 10:46-52 (Dios Habla Hoy):

"Llegaron a Jericó. Y cuando Jesús ya salía de la ciudad, seguido de sus discípulos y de mucha gente, un mendigo ciego llamado Bartimeo, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino. Al oír que era Jesús de Nazaret, el ciego comenzó a gritar: — Jesús, ¡Hijo de David, ten compasión de mí!

Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más todavía:

—¡Hijo de David, ten compasión de mí!

Entonces Jesús se detuvo, y dijo: —Llámenlo.

Llamaron al ciego, diciéndole: —Ánimo, levántate; te está llamando.

El ciego arrojó su capa, y dando un salto se acercó a Jesús, que le preguntó:

—¿Qué quieres que haga por ti?

El ciego le contestó: —Maestro, quiero recobrar la vista.

Jesús le dijo: —Puedes irte; por tu fe has sido sanado.

En aquel mismo instante el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús por el camino".

¿Por qué fue curado ese ciego le dijo Jesús? Por su fe…

Hay otros dos testimonios en la Biblia, que siempre compartimos; el de la mujer que sufrió de flujo de sangre, durante doce años y no hubo médico que la pudriera curar y había gastado todo lo que tenía. Se acercó a Jesús, escondida de todos, convencida de que, si solo pudiera tocar su manto, sería sana y arrebató su milagro; aún antes que Jesús la viera o dijera alguna palabra. Esto lo puede leer en Lucas 8:43-48; léalo luego, alentará su fe.

También impactó a Jesús, la fe de un soldado romano; léalo en Mateo 8:5 Solo le comparto el versículo 11, cuando dice: “Jesús se quedó admirado al oír esto, y dijo a los que le seguían: —Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel con tanta fe como este hombre”. Entonces, también a distancia, sanó a su siervo, por la fe de este soldado.

Sí… su fe puede impactar a Jesús; si le demuestra una fe incondicional, que no importando lo que le parezca, cree que Jesús lo hará, hasta que ocurra.

¿Tendrá que cambiar su manera de orar? Ya no ore “por las dudas”; por si… Dios lo hace. Ore creyendo que Él lo hará; dígale a Jesús que confía en Él y espera confiado porque sabe que Él puede hacerlo y lo hará.

Pero no busque otra ayuda alternativa mientras; recuerde que impactará a Jesús, si confía solo en Él. Dios no necesita que usted lo ayude, Él puede solo.

Tampoco trate de ocupar el lugar de Dios cuando ve a alguien que sufre; enséñele a ir a los pies de Jesús y clamar con fe y Dios también los escuchará a ellos.

Dios quiere usar su vida, para alentar la fe de los demás. No alcanza con llenarse de pena, con la impotencia de no poder hacer nada. Ore, clame por esa persona con fe… pero que también todos aprendan que tienen a quien ir; porque Dios los Ama a ellos también.

Necesitan dar el primer paso de fe y es entregarle su corazón a Jesús y arrepentirse de sus pecados; y así recibir el perdón de Dios; y convertirse en hijos de Dios, por medio del sacrificio y resurrección de Jesucristo.

Cuando pase por pruebas, como dice la imagen de hoy; en vez de llorar por los rincones; diga: “Prefiero recordar las hazañas del Señor. Traer a la memoria sus milagros de antaño”. Como dice en Salmos 77:11.

Porque si Dios lo hizo ayer, lo hará hoy y por los siglos de los siglos.

Porque Dios es el mismo ayer, hoy y por siempre. Hebreos 13:8.

EL AMOR DE DIOS ES ETERNO
Y SU DESEO ES CONVERSAR CON USTED (MIENTRAS ORA)
QUE HOY EL ESPÍRITU SANTO DE DIOS,
LE HAGA SENTIR EN SU CORAZÓN
¡CUÁNTO LO AMA DIOS!

"Y Jesús le dijo:
Hija, tu fe te ha sanado;
vete en paz y queda sana de tu aflicción".
Marcos 5:34