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La imagen de hoy dice:
Necesitas conocer
a DIOS EN LA TIERRA
Para estar con Él en el CIELO
¡Qué hermoso testimonio de que Jesús está vivo! ¡Resucitó!
En la Biblia, la Palabra de Dios, lo podemos leer, en Lucas 24:44-49:
"Luego les dijo (Jesús): —Lo que me ha pasado es aquello que les anuncié cuando estaba todavía con ustedes: que había de cumplirse todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los libros de los profetas y en los salmos.
Entonces hizo que entendieran las Escrituras, y les dijo:
—Está escrito que el Mesías tenía que morir, y resucitar al tercer día, y que en su nombre se anunciará a todas las naciones que se vuelvan a Dios, para que él les perdone sus pecados. Comenzando desde Jerusalén, ustedes deben dar testimonio de estas cosas. Y yo enviaré sobre ustedes lo que mi Padre prometió. Pero ustedes quédense aquí, en la ciudad de Jerusalén, hasta que reciban el poder que viene del cielo”.
Jesús sube al cielo
En Lucas 24:50-52, dice: “Luego Jesús los llevó fuera de la ciudad, hasta Betania, y alzando las manos los bendijo. Y mientras los bendecía, se apartó de ellos y fue llevado al cielo. Ellos, después de adorarlo, volvieron a Jerusalén muy contentos. Y estaban siempre en el templo, alabando a Dios".
Todo lo que Jesús prometió en su Palabra, frente a los discípulos y frente a la gente que lo seguía se cumplió; por eso tenemos la seguridad de que muy pronto, así como lo vieron subir al cielo; volverá… aparecerá en las nubes del cielo y seremos arrebatados juntamente con Él; para vivir con Jesús para siempre.
No es una película de ciencia ficción; es la realidad, esto también ocurrirá, como todas las demás cosas que prometió, las que leemos en la Biblia y se cumplieron.
Pero ¿De quién depende que pueda vivir ese momento maravilloso del rapto de la Iglesia de Jesucristo? De usted… ¿Ya creyó que Jesús es el Hijo de Dios? ¿Le abrió su corazón de par en par, pidiéndole perdón por sus pecados, arrepentido? Si aún no lo hizo, más abajo encontrará un link; donde lo guiaré en una oración, para que la repita invitando a Jesús a su corazón.
Simplemente; eso y seguirlo en la tierra para poder llegar al cielo con Él; le abre las puertas del cielo; está en sus manos la decisión.
Dios es tan Bueno, que no obliga a nadie a Amar a Jesús y seguirlo; pero luego el destino que le toque, será su responsabilidad. El tiempo de decidirse por Jesús es hoy; mientras todavía hay tiempo; no se puede dejar para último momento; porque dice la Biblia, que ese evento que tanto esperamos, será muy rápido, sin tiempo para nada más; en un abrir y cerrar de ojos.
Si no conoce a Dios en la tierra, no lo valora; no se arrepiente de sus pecados y le abre su corazón en la tierra a Jesús; no podrá llegar al cielo.
¡Qué responsabilidad le dejo hoy! Llegar al cielo, disfrutar de los beneficios de ser hijo de Dios, por medio del sacrificio y resurrección de Jesús; está en sus manos.
Al ser humano le encanta echarle la culpa de todo a otros, hasta a Dios; pero en este caso, el momento más importante de su vida; no podrá hacerlo; porque usted es el que decide donde quiere estar en el fin de sus días ¿en el cielo o en el infierno donde van a estar todos los que no quisieron que Jesús sea el Señor y Salvador de sus vidas?
Dios lo Ama Tanto; que ni siquiera lo obliga, sino que le ofrece la Salvación, Su Amor, su protección; al Espíritu Santo para que habite con usted y en usted, cuando cree y sigue a Jesús.
¡Cuánto Amor inmerecido! En la tierra es todo tan distinto, el hombre obliga a todo; no deja que elija lo que uno quiere. Hay países donde hay castigos terribles y hasta asesinatos, por no obedecer.
A Dios le encanta que usted lo obedezca por amor a Él y por agradecimiento a Jesús por la Salvación; no por obligación.
Dice en Apocalipsis 2:7: "Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida,
el cual está en medio del paraíso de Dios"
Oro para que el Espíritu Santo de Dios, despierte su espíritu, para que crea en Jesús y descubra una vida nueva junto a Él en la tierra; para que luego la viva en el cielo.
¿NOS VEMOS EN EL CIELO?
JESÚS VIENE PRONTO.
"El gran amor del SEÑOR
nunca se acaba,
y su compasión jamás se agota.
Cada mañana se renuevan sus bondades;
¡muy grande es su fidelidad!
Por tanto, digo:
«El SEÑOR es todo lo que tengo.
¡En él esperaré!»
Lamentaciones 3:22-24 (NVI)