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La imagen de hoy dice:
Dios no mira lo que el hombre mira,
Dios mira el corazón.
Dios no mira lo que el hombre mira,
Dios mira el corazón.
El Único que nos conoce realmente es Dios; porque el todo lo ve, todo lo sabe, ve hasta las intenciones de nuestro corazón. ¿Cómo podremos engañar al Señor?
La Palabra de Dios, la Biblia, es tan clara; pero aún así el ser humano se engaña a sí mismo, haciendo un esfuerzo sobre humano, aún… para engañarse a sí mismo si pudiera.
En 1 Samuel 16:7, dice:
"Pero el Señor dijo a Samuel: —No mires su apariencia ni lo alto de su estatura, pues yo lo he rechazado. Porque el Señor no mira lo que mira el hombre: El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el Señor mira el corazón."
No podemos impresionar a Dios con nuestras palabras; porque lea lo que dice en Salmos 139:4: "Aun antes de que haya palabra en mi boca, he aquí, oh Señor, tú ya la sabes toda". LBLA.
Quiere decir que el hombre puede preparar un bello discurso, con el cuál impresionará a todo los seres humanos… pero a Dios no, porque Él conoce lo que hay realmente en su corazón.
En Salmos 139:7-12 en la Santa Biblia, la Palabra de Dios; muestra la desesperación del ser humano, por esconderse quizás de Dios; pero ¿Cómo hacerlo? Dice:
"¿A dónde podría ir, lejos de tu espíritu? ¿A dónde huiría, lejos de tu presencia?
Si yo subiera a las alturas de los cielos, allí estás tú; y si bajara a las profundidades de la tierra, también estás allí; si levantara el vuelo hacia el oriente, o habitara en los límites del mar occidental, aun allí me alcanzaría tu mano; ¡tu mano derecha no me soltaría!
Si pensara esconderme en la oscuridad, o que se convirtiera en noche la luz que me rodea, la oscuridad no me ocultaría de ti y la noche sería tan brillante como el día.
¡La oscuridad y la luz son lo mismo para ti!"
Lo mejor que puede hacer el ser humano, es sincerarse con Dios; presentarse tal cuál es; para que fingir, si el Padre lo sabe todo de cada uno de nosotros. Pero no debe perder la perspectiva de que Dios es BUENO y todo lo que hace es bueno; porque LO AMA MUCHO.
A veces a la persona misma le parece exagerado escuchar los buenos comentarios, sobre ella misma y la persona piensa: pero ¿por qué me ve así? Solo Dios y yo sabemos como soy realmente.
Se puede engañar a todos con la forma de actuar; pero el que realmente nos conoce es Dios.
Gracias al Padre, nos da una y otra vez, la oportunidad de arrepentirnos, porque envió a Jesús a morir en nuestro lugar en la cruz del calvario; se puso en ese lugar que nos correspondía a nosotros por nuestros pecados; pero Él sin haber pecado, cargó con todos los pecados del mundo, aún los suyos; para darle Salvación y Vida Eterna.
Es un regalo inmerecido, que deberíamos valorar, agradeciéndole con nuestro arrepentimiento y entregándole nuestro corazón a Jesús; pidiéndole que nos lave con su Sangre Preciosa, la que derramó en esa cruz por nosotros.
Dice en Romanos 5:8: "Pero Dios prueba que nos ama, en que, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros".
Y en Marcos 1:15: "El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio".
La única manera de ser salvos, es arrepintiéndonos de nuestros pecados y creyendo en Jesús.
La vida tiene que dejar de ser un escenario, donde actuamos como queremos que la gente crea que somos, como los actores. ¿Para qué? Si nuestro Padre Celestial nos conoce tal cual somos.
La sinceridad delante de Dios, es muy valorada por Él; quién siempre está dispuesto a perdonarnos.
Hay personas que ponen las culpas siempre fuera; por ejemplo mencionan una y otra vez, lo mala que es la gente con ellas; lo mal que le hablan, que le gritan; pero nadie se detiene a pensar: ¿qué estaré haciendo yo para provocar esto en el otro? ¿Qué tengo que cambiar para que la gente comience a tratarme bien? ¿Cómo estoy actuando yo con mi prójimo?
Si lo pregunta sinceramente en oración (orar es hablar con Dios) el Espíritu Santo le responderá esas preguntas y le hará entender que cosas tiene que cambiar, para tener buenas relaciones interpersonales.
La Palabra de Dios, la Biblia, es tan clara; pero aún así el ser humano se engaña a sí mismo, haciendo un esfuerzo sobre humano, aún… para engañarse a sí mismo si pudiera.
En 1 Samuel 16:7, dice:
"Pero el Señor dijo a Samuel: —No mires su apariencia ni lo alto de su estatura, pues yo lo he rechazado. Porque el Señor no mira lo que mira el hombre: El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el Señor mira el corazón."
No podemos impresionar a Dios con nuestras palabras; porque lea lo que dice en Salmos 139:4: "Aun antes de que haya palabra en mi boca, he aquí, oh Señor, tú ya la sabes toda". LBLA.
Quiere decir que el hombre puede preparar un bello discurso, con el cuál impresionará a todo los seres humanos… pero a Dios no, porque Él conoce lo que hay realmente en su corazón.
En Salmos 139:7-12 en la Santa Biblia, la Palabra de Dios; muestra la desesperación del ser humano, por esconderse quizás de Dios; pero ¿Cómo hacerlo? Dice:
"¿A dónde podría ir, lejos de tu espíritu? ¿A dónde huiría, lejos de tu presencia?
Si yo subiera a las alturas de los cielos, allí estás tú; y si bajara a las profundidades de la tierra, también estás allí; si levantara el vuelo hacia el oriente, o habitara en los límites del mar occidental, aun allí me alcanzaría tu mano; ¡tu mano derecha no me soltaría!
Si pensara esconderme en la oscuridad, o que se convirtiera en noche la luz que me rodea, la oscuridad no me ocultaría de ti y la noche sería tan brillante como el día.
¡La oscuridad y la luz son lo mismo para ti!"
Lo mejor que puede hacer el ser humano, es sincerarse con Dios; presentarse tal cuál es; para que fingir, si el Padre lo sabe todo de cada uno de nosotros. Pero no debe perder la perspectiva de que Dios es BUENO y todo lo que hace es bueno; porque LO AMA MUCHO.
A veces a la persona misma le parece exagerado escuchar los buenos comentarios, sobre ella misma y la persona piensa: pero ¿por qué me ve así? Solo Dios y yo sabemos como soy realmente.
Se puede engañar a todos con la forma de actuar; pero el que realmente nos conoce es Dios.
Gracias al Padre, nos da una y otra vez, la oportunidad de arrepentirnos, porque envió a Jesús a morir en nuestro lugar en la cruz del calvario; se puso en ese lugar que nos correspondía a nosotros por nuestros pecados; pero Él sin haber pecado, cargó con todos los pecados del mundo, aún los suyos; para darle Salvación y Vida Eterna.
Es un regalo inmerecido, que deberíamos valorar, agradeciéndole con nuestro arrepentimiento y entregándole nuestro corazón a Jesús; pidiéndole que nos lave con su Sangre Preciosa, la que derramó en esa cruz por nosotros.
Dice en Romanos 5:8: "Pero Dios prueba que nos ama, en que, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros".
Y en Marcos 1:15: "El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio".
La única manera de ser salvos, es arrepintiéndonos de nuestros pecados y creyendo en Jesús.
La vida tiene que dejar de ser un escenario, donde actuamos como queremos que la gente crea que somos, como los actores. ¿Para qué? Si nuestro Padre Celestial nos conoce tal cual somos.
La sinceridad delante de Dios, es muy valorada por Él; quién siempre está dispuesto a perdonarnos.
Hay personas que ponen las culpas siempre fuera; por ejemplo mencionan una y otra vez, lo mala que es la gente con ellas; lo mal que le hablan, que le gritan; pero nadie se detiene a pensar: ¿qué estaré haciendo yo para provocar esto en el otro? ¿Qué tengo que cambiar para que la gente comience a tratarme bien? ¿Cómo estoy actuando yo con mi prójimo?
Si lo pregunta sinceramente en oración (orar es hablar con Dios) el Espíritu Santo le responderá esas preguntas y le hará entender que cosas tiene que cambiar, para tener buenas relaciones interpersonales.
“TE HARÉ ENTENDER Y TE ENSEÑARÉ
EL CAMINO POR EL QUE DEBES ANDAR”
Salmos 32:8
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Salmos 32:8
Dios lo bendiga
Susana Goglián
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