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La mente de Dios, su manera de pensar y decidir, es muy diferente a la nuestra, Él es Soberano y todo lo sabe; lo que está sucediendo, lo que va a pasar después; que pasaría si Él hiciera las cosas como nosotros queremos, sin entender que sería perjudicial para nosotros o para los que nos rodean…
Otra vez tengo que llegar al mismo pensamiento, lo único que nos puede dar claridad y paz; es la fe en el que todo lo sabe y todo lo puede y que además de todo, lo más importante: NOS AMA.
Porque si se tratara de algún ser humano, uno diría: claro… a él que le importa, si el problema es mío. Pero Jesús no actúa así; Él no murió en vano en esa cruz del calvario, sufriendo tanto para salvarnos, para luego olvidarse de nosotros o no importándole lo que nos pasa. Nuestro Dios no es así; por eso podemos confiar en Él.
¿Cómo podríamos explicar nosotros que Dios mismo hecho hombre, viniera a la tierra en la persona de Jesucristo para salvarnos y sufriendo tanto? Humanamente no es fácil.
¿Cómo entender que una jovencita íntegra, enamorada de su novio, pronta a casarse en santidad, quedara embarazada de Dios y tuviera en su vientre a Jesús y lo diera a luz por voluntad de Dios?
¿Cómo comprender que un delincuente, un día se arrepienta, le entregue su corazón a Jesús, le pida perdón por sus pecados y Dios lo perdone y sea salvo igual que nosotros?
El Amor de Dios no se puede explicar, porque es muy distinto al nuestro; porque el nuestro es egoísta, el de Él no, la diferencia la hace SU GRAN AMOR POR NOSOTROS.
Por eso necesitamos disfrutar de esos momentos sublimes, cuando lo adoramos de corazón, nos olvidamos de todo lo que nos rodea, de todo lo que nos pasa y nos centramos en Jesús, expresándole todo nuestro amor y agradecimiento.
El Espíritu Santo es el encargado de cubrirnos con
su hermosa Presencia y mientras lo adoramos se lleva todas nuestras cargas,
todas nuestras tristezas, todas nuestras impotencias y comenzamos a sentirnos
Amados por Dios, de tal manera que nuestra fe crece y empezamos a creer que
todo va a cambiar. Esa es la fe de la que le hablo. Entonces comenzamos a pensar, voy a seguir esperando en la Voluntad de Dios.
Hoy entre tantas malas noticias, enfermedades, angustias, necesidades; centrémonos en Él, en nuestro amado Salvador, adoremos a Jesús unidos ahora mismo con esta hermosa canción. ¿Qué le parece?
Dios lo bendiga
Susana Goglián
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