Devocional Diario. Reflexiones para vos: "LAS MALDICIONES NO LE LLEGARÁN"

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La imagen dice:

Cuando DIOS te bendice

no hay maldición

que pueda alcanzarte.

¿Qué pensó cuando leyó el título del devocional de hoy: "LAS MALDICIONES NO LE LLEGARÁN"

¿Cómo romper y escapar de las maldiciones?

La Biblia presenta a Jesucristo como el liberador. Gálatas 3:13, dice que Cristo nos redimió de la maldición de la ley.

Leamos el versículo 13 completo, dice: "Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición dictada en la ley. Cuando fue colgado en la cruz, cargó sobre sí la maldición de nuestras fechorías. Pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero»".

Puede descubrir hoy ¿Cuánto lo Ama Jesús?

Juan 8:36 afirma que "si el Hijo los libera, serán verdaderamente libres".

Leamos las consecuencias de la desobediencia; solamente algunos versículos, en Deuteronomio 28:15;

Detalla las maldiciones que caerían sobre quienes desobedecen a Dios, afectando áreas como la salud, el trabajo, las relaciones y la prosperidad.

¿Cómo romper y escapar de las maldiciones? La Biblia presenta a Jesucristo como el liberador.

Jesucristo es el camino, para ser libres de maldiciones en su contra.

Leamos en Deuteronomio 28:15, dice: "»Pero si te niegas a escuchar al Señor tu Dios y no obedeces los mandatos y los decretos que te entrego hoy, caerán sobre ti las siguientes maldiciones y te abrumarán".

Lo más importante para que no le lleguen esas maldiciones que en la vida puede recibir de alguien; es vivir en santidad delante de los ojos de Dios, que todo lo ve.

Vivir para agradar a Dios por amor a Él, es como un seguro de vida y las maldiciones no llegarán a usted.

Como hijo de Dios, orando, cúbrase con la Sangre de Cristo; la que derramó por usted; para darle Salvación y Vida Eterna y tiene el Poder para protegerlo de toda maldición de las personas que no se han entregado a Jesucristo.

No le reste importancia a las maldiciones, solamente esté en alerta, para que pueda arrepentirse de todo lo que a Dios no le agrada; pídale perdón y dígale; Jesús lávame y cúbreme con tu Sangre Preciosa, la que derramaste en la cruz por mi. Guárdame de todo mal.

Pero para recibirlo, su corazón y su alma, debe vivir en santidad delante de Dios, a quién no podrá engañar; porque el Señor todo lo sabe, todo lo ve y todo lo escucha.

El haberse entregado a morir en la cruz Jesús, libera a los creyentes de la maldición de sus fechorías y los coloca bajo la bendición de la ley, para que reciban el Espíritu Santo prometido.

¿Cómo podemos agradecerle al Señor el habernos liberado de las maldiciones?

Cuidando nuestro corazón, poniendo como dijimos ayer, los ojos en Jesús y en nadie más.

Cristo nos liberó de esta maldición al sufrir el castigo en nuestro lugar.

Dice la Biblia: "Haciéndose maldición por nosotros"

La crucifixión de Jesús, un acto considerado una maldición, se convirtió en el medio por el cual él mismo fue cargado con la maldición que pesaba sobre nosotros por nuestros pecados.

Al tomar Cristo sobre sí la maldición, aquellos que creen en Él quedan libres de su dominio, ya que Cristo pagó el precio por sus faltas.

La obtención de la bendición: Como resultado de la redención de Cristo, los creyentes pueden recibir la promesa de Dios, que incluye la bendición de Abraham y la dádiva del Espíritu Santo, todo por medio de la fe.

También hay maldiciones generacionales; pero hay versículos de la Biblia, que enfatizan la responsabilidad individual y la posibilidad de escapar de estas consecuencias.

Leamos lo que dice la Palabra de Dios en Ezequiel 18:20: "El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él".

En esencia, el versículo establece la responsabilidad individual ante Dios, afirmando que cada persona es responsable de sus propias acciones y que los pecados de los padres no se imputan a los hijos ni viceversa. Establece que el hijo no compartirá la culpa del padre y el propio Dios, promete perdonar a un pecador que se arrepiente. Comencemos leyendo en Ezequiel 18:21-23; tiene como título: Dios es justo y dice: "Mas el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo y guardare todos mis estatutos e hiciere según el derecho y la justicia, de cierto vivirá; no morirá. Todas las transgresiones que cometió, no le serán recordadas; en su justicia que hizo vivirá. ¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?

El anhelo del corazón de Dios, es perdonarlo; por eso lo alienta en su Palabra a arrepentirse de todo corazón y a pedirle perdón; porque está deseoso de volver a perdonarlo.

Para eso Jesús murió en la Cruz, sufrió tanto muriendo en su lugar; para darle la oportunidad de arrepentirse y así recibir su perdón. Es una invitación a una relación íntima y de morada con Dios en el presente.

¿Qué siente su corazón ante esta invitación de Dios de ser libre de todos sus pecados y poder tener la oportunidad de esperar el regreso de Jesús sin culpas? Porque Jesús ya lo ha perdonado.

Terminemos hoy leyendo juntos este pasaje de la Biblia, está en Juan 14:18-21; preste atención.

"»No los voy a dejar huérfanos;

volveré para estar con ustedes.

Dentro de poco,

los que son del mundo ya no me verán;

pero ustedes me verán, y vivirán porque yo vivo.

En aquel día, ustedes se darán cuenta

de que yo estoy en mi Padre y ustedes están en mí

y yo en ustedes.

El que recibe mis mandamientos y los obedece,

demuestra que de veras me ama.

Y mi Padre amará al que me ama