Devocional Diario. Reflexiones para vos: ¿POR QUÉ SE PIERDE LA SED?

¿Creen ustedes que Dios no defenderá

a las personas que él eligió,

y que día y noche le piden ayuda?

¿Creen que tardará él en responderles?

¡Claro que no,

sino que les responderá de inmediato!

Pero cuando yo, el Hijo del hombre,

regrese a este mundo,

¿acaso encontraré gente que confíe en Dios?»

Lucas 18:7-8. (TLA)

¡Jesús nos Ama tanto! Pero nos conoce bien, al finalizar ese pasaje que les comparto hoy, dice: ¿Acaso encontraré gente que confíe en Dios, cuando yo regrese?

Sinceramente, no sabría que contestarle a Jesús; veo en la gente que todavía no tuvo un encuentro con Jesús, mucha incredulidad y religiosidad; como cuando Jesús estuvo en la tierra; y se enojó mucho con los religiosos de la época; veía hipocresía, incredulidad y religiosidad.

Y en muchos creyentes observo que perdieron la sed de Dios; se conforman con lo que comienzan a recibir y luego siguen algunos "ritos"; pero fuera de la Presencia del Espíritu Santo.

Me recuerda cuando alguien va a cenar a la casa de sus familiares; se sirve una porción y cuando terminan la anfitriona le pregunta: ¿Querés más? Y le contesta: no, no ya está bien, me tengo que ir; y se va sin esperar ni siquiera el postre.

El Espíritu Santo sigue siendo el mismo; no cambió desde esa época que "no podían ministrar a causa de la Unción"; o sea que se encargaba el mismo de ministrar a la gente.

2 Crónicas 7:2: "Los sacerdotes no podían entrar en la casa del Señor, porque la gloria del Señor llenaba la casa".

Actualmente escucho que le llaman "el tiempo de la Unción"; ese tiempo de la manifestación sobrenatural del Espíritu Santo; como si Dios se tomara vacaciones y no enviara a su Espíritu a ministrar en la reuniones.

Creo firmemente, que no hay "un tiempo de la Unción"; el Poder Sobrenatural del Espíritu Santo, la manifestación de la Gloria de Dios, desciende cuando lo buscan; cuando le dan tiempo y le permiten tomar el control.

Cuando Dios ve hambre y sed de su Espíritu; lo envía y desciende con tanta fuerza, que realmente es muy difícil permanecer en pie, ante tal Poder.

Me sorprende también ver que no hay en muchos hijos de Dios, una gran necesidad de experimentar al Espíritu Santo; se conforman con lo que comienzan a recibir y luego se convierten en espectadores de lo que otros reciben; como mirando el obrar de Dios por la ventana. ¿Por qué?

Es triste; no entiendo por qué se pierde esa sed desesperada de los Ríos de Dios.

Quizás usted tenga alguna explicación o excusa; pero yo no comprendo por qué después de haber experimentado tanta Unción Sobrenatural; ahora alcanza y piensan: ya está bien hasta acá; voy a hacerlo a mi manera.

Cuando se le da libertad total al Espíritu Santo para obrar, es maravilloso y Sobrenatural; se siente como cataratas celestiales, que llenan nuestro ser.

¿Aburre tanto poder? ¿Hay cosas más importantes que hacer?

¿Por qué tanta distracción? Quizás se acostumbraron y ya es rutina.

La Palabra de Dios en el Salmo 42:1-5 dice: "Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta. ¿Por qué te abates, oh alma mía Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío".

Bramar es una desesperación fuera de límites por beber agua. No es tener un poquito de sed, sino estar prácticamente muriendo por refrescarse.

Es como cuando toma agua y cada vez sentir más sed, vuelve a beber y sigue con sed y sigue tomando agua.

Y las personas nuevas, que aún no conocen a Jesús, veo que muchos están tan enceguecidos, que suelen contestar: No, gracias no me interesa, yo tengo mi religión.

Uno ora: ¡Espíritu Santo, despierta el espíritu de estas personas, has que la venda caiga de sus ojos; y puedan tomar consciencia, de que ellos te necesitan a ti y no tú a ellos!

Son dos cosas que me entristecen; pero es el Espíritu Santo el encargado de despertar a las personas, en los dos casos.

Por todas estas cosas, Jesús preguntaba en el pasaje inicial: Pero cuando yo, el Hijo del hombre, regrese a este mundo, ¿acaso encontraré gente que confíe en Dios? En otra versión de la Biblia, dice: Hallaré fe en la tierra? Lucas 18:8.

Que el Espíritu Santo ponga el anhelo desesperado de buscar la Presencia de Dios, como una gran necesidad y no como una obligación o para cumplir.

Algunas personas solo van a la iglesia para no sentirse culpables por no ir; entonces van... no hay culpa y siguen con sus vidas como mundanos, sin temor de Dios; pero ellos aparentemente son cristianos.

¿Olvidan que Dios lo sabe todo y los ve vivir como cualquier persona de la calle y no como un hijo de Dios?

Yo en lugar de Jesús, pensaría: ¿Habrá valido la pena sufrir tanto por ellos? Pero el Amor de Jesús hacia las personas no es como el nuestro; envían al Espíritu Santo a seducirlos para que se acerquen a Él por ahora recibiendo solo indiferencia en su gran mayoría.

¡VEN ESPÍRITU SANTO, TENGO TANTA SED DE TI!

Dios lo Ama mucho.

Continúe dándole el primer lugar en su vida

si lo está haciendo.

El Señor dice:

«En el desierto me mostré bondadoso

con el pueblo que escapó de la muerte.

Cuando Israel buscaba un lugar de descanso,

yo me aparecí a él de lejos.

Yo te he amado con amor eterno;

por eso te sigo tratando con bondad".

Jeremías 31:2-4