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Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
y con toda tu alma y con toda tu mente".
Mateo 22:37
Jesús habló mientras estuvo en la tierra, del primer y más grande mandamiento de Dios; está en la Biblia, en Mateo 22:37-40: "Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente" y resaltó precisamente eso: “… Este es el primero y grande mandamiento”.
Y luego agregó algo muy importante: “Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”
¡Jesús enseñó tanto! Como lo hace ahora por medio de su Palabra, la Biblia; pero el hombre tiene los valores totalmente trastocados. Primero “yo” después todos los demás, así vive y así estamos…
Quiere decir que Dios espera que le amemos a Él en primer lugar; como Él nos Ama a cada uno de nosotros.
Si alguna vez amó a alguien que no le retribuyó ese amor; puede comprender a Dios; porque Él lo dio todo, hasta a su único Hijo Amado, para que muriera en la cruz. ¿Por quién? ¿Por gente buena y santa? ¡NO! Por nosotros pecadores; si eso no es Amor, dígame usted que es.
Y agrega “con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente”. ¿Se siente identificado o sabe que está muy lejos de amarlo así a Dios, aunque le gustaría?
¿A quién elije cada día, antes que a nadie? ¿Esposo, hijos, nietos, trabajo…? Si tiene que elegir en su orden de prioridades ¿Qué pone en primer lugar?
Todo ser humano, pretende que Dios esté atento a sus necesidades todo el tiempo y si no lo ayuda, pregunta: ¿Dónde estás Dios? El Señor no es un delivery que reparte pedidos, así porque sí; aunque ama ayudarnos; Él espera una relación sincera con Él solo por Amor, no solo para pedirle lo que necesita y después: chau, si te he visto no me acuerdo.
Conozco a una persona que fue creyente y se apartó del camino de Dios; pero cuando está en una necesidad material, recurre a la iglesia y si no la pueden ayudar en eso específico que necesita, pregunta ¿Cómo no están para ayudar? Y con Dios actúa de la misma manera, se acerca en oración, solo para pedirle.
Dios espera tener una relación íntima con usted y que Él se convierta en lo más importante de su vida y luego de que lo ame con todo su corazón, con toda su alma y con toda su mente a Él; dice que el segundo mandamiento, es amar al prójimo como a usted mismo.
Yo pensaba leyendo esta Palabra ¿Cómo se demuestra amar al prójimo como a uno mismo?
Primero, no haciéndole nada que no le guste que le hagan a usted. No haciendo sufrir con actitudes a otra persona, sin importarle lo que sienta. ¿Acaso a usted le gusta que le hagan eso?
Dando dentro de sus posibilidades una ayuda, en cualquier orden de la vida; algunos se sienten solos y necesitan amor, comprensión, un oído que los escuche, sin interrumpirlo diciendo: ah a mi también me pasa.
Sucede como en un reportaje, ese es el turno de la persona que necesita hablar y contar lo que le pasa; no le importa en esos segundos lo que le pasó a usted; después tendrá tiempo de decirlo; primero escuche; no es tan difícil.
A veces la persona, no está esperando un consejo o saber de su larga experiencia en el Evangelio; solo necesita que a alguien le importe de corazón lo que le pasa.
También el prójimo necesita que ore por él, pero lo más importante es llevarlo a invitar a Jesús a su corazón, con una simple oración sincera; guíelo y luego ore por su necesidad, porque ya será un hijo de Dios y tiene que saber que Dios lo Ama mucho.
¡Cuánta necesidad de amor hay en el mundo! Me sorprende la expresión en los rostros cuando le digo: Le hago una pregunta: ¿Usted sabe que Dios lo Ama? Se transforma su mirada y presta mucha atención.
Me sucedió hace dos días; me caí en la calle; me torcí el pie y me golpeé el brazo y de ahí tenía que ir a un lugar a buscar remedios, así que tomé un taxi. Como me dolía muchísimo, mientras le pedía a Dios que me quitara el dolor; el taxista me dio un calmante y me regaló su botellita de agua, que recién había comprado, muy amablemente. Aproveché para hablarle de Jesús, de mi relación con Él. Y antes de bajar, cuando me estaba cobrando le hice esa pregunta: ¿Usted sabe que Dios lo ama? Me miró por el espejito y me dijo sorprendido, yo siempre le agradezco. El otro día operaban a mi hermana y le pedí que todo salga bien, y así fue. Lo felicité por su actitud de agradecimiento a Dios. Y le pregunté si le gustaría invitar a Jesús a su corazón; me dijo que sí, pero estaba mal estacionado en una avenida y estaba trabajando, entonces le pedí su teléfono para guiarlo por Whatsapp, se la envié junto con los horarios de los cultos, porque me lo pidió.
La gente necesita saber que Dios lo Ama, tenemos que estar muy atentos, no dejar pasar ninguna oportunidad que Dios nos de.
El primer y más grande mandamiento: Amar a Dios. Y el segundo: Amar a nuestro prójimo. ¿Qué mayor muestra de amor podemos darle, que invitarlo a conocer a Jesús, como nosotros lo hicimos? No hay mayor regalo, ni ayuda que podamos dar en la vida.
Ponga en primer lugar a Dios en su vida y Él hará lo mismo con usted.
ni me escatimó su misericordia!
Salmos 66:20