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La imagen de hoy dice:
¡ATENCIÓN!
"Y todo aquel que invocare el nombre del Señor
será salvo"
Hechos 2:21
Estamos viviendo un tiempo peligroso, en el que muchas decisiones escapan de nuestras manos; es como que otros deciden por nosotros como vivir, que hacer. Pero hay algo que solo nosotros podemos decidir y es la Salvación de nuestras almas; en esto nadie puede decidir por nosotros; ni siquiera una madre o un padre por sus hijos; es una decisión personal e intransferible.
Todos pueden escuchar consejos, leer sugerencias, pero solo cada uno de nosotros podemos elegir donde pasaremos la eternidad; nadie puede evitar morir, pero si el destino de su alma.
Aunque usted no haya leído mucho la Biblia o nada; todos sabemos desde siempre, que existe un cielo y un infierno; lo que no sabíamos antes de conocer a Jesús, es que depende de nosotros y de nadie más, donde pasaremos la eternidad.
Muchos ponen su atención en lo terrenal, como ganar dinero, como comprar las cosas que le agradan y otros solo poder subsistir; pero el final de cada persona, es lo más importante en lo que debemos prestar atención.
A mí me impactó y lo sigue haciendo, un pasaje de la Biblia, donde alguien que murió, le quiere avisar a su familia que no vayan a ese lugar de tormento; pero Abraham le responde así...
»Había un hombre rico, que se vestía con ropa fina y elegante y que todos los días ofrecía espléndidos banquetes. Había también un pobre llamado Lázaro, que estaba lleno de llagas y se sentaba en el suelo a la puerta del rico. Este pobre quería llenarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas. Un día el pobre murió, y los ángeles lo llevaron a sentarse a comer al lado de Abraham. El rico también murió, y fue enterrado.
»Y mientras el rico sufría en el lugar adonde van los muertos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro sentado a su lado. Entonces gritó: “¡Padre Abraham, ten lástima de mí! Manda a Lázaro que moje la punta de su dedo en agua y venga a refrescar mi lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego.” Pero Abraham le contestó: “Hijo, acuérdate que en vida tú recibiste tu parte de bienes, y Lázaro su parte de males. Ahora él recibe consuelo aquí, y tú sufres. Aparte de esto, hay un gran abismo entre nosotros y ustedes; de modo que los que quieren pasar de aquí allá, no pueden, ni de allá tampoco pueden pasar aquí.”
»El rico dijo: “Te suplico entonces, padre Abraham, que mandes a Lázaro a la casa de mi padre, donde tengo cinco hermanos, para que les llame la atención, y así no vengan ellos también a este lugar de tormento.” Abraham dijo: “Ellos ya tienen lo escrito por Moisés y los profetas: ¡que les hagan caso!” El rico contestó: “Padre Abraham, eso no basta; pero si un muerto resucita y se les aparece, ellos se convertirán.” Pero Abraham le dijo: “Si no quieren hacer caso a Moisés y a los profetas, tampoco creerán aunque algún muerto resucite.”»
Lo que voy a decirle quizás le parezca duro, pero es urgente que lo sepa; si necesita avisarle a sus seres queridos, que para ir al cielo cuando mueran tiene que recibir ahora a Jesús en su corazón, porque no hay otra manera de ser salvo, como dice en Hechos 2:21, que le compartí al comienzo en la imagen. Luego es imposible poder avisarles a nuestros seres queridos: ¡Era verdad, tenés que invitar a Jesús a tu corazón, arrepentirte de tus pecados, para poder ir al cielo cuando partas de esta tierra! El momento es hoy, no calle, la salvación de sus seres queridos, puede depender de que les avise; luego cada uno decide si quiere ser salvo o no le importa su fin.
Le dejo una simple oración, ya sea para usted si no la ha hecho antes o para su ser querido, solamente tiene que repetirla en voz alta; es tiempo de decisiones importantes, en estos momentos tan difíciles que estamos viviendo, conviviendo con la muerte; el día es hoy para estar preparados.
Compártala. ¡Jesús lo Ama mucho!
Lea
conmigo esta oración en voz alta, dígale: "Señor Jesús, te abro las
puertas de mi corazón, entra y vive en mí; te pido perdón por todos mis
pecados y errores; lávame con tu Sangre Preciosa. Anota mi nombre en el
Libro de la Vida, te recibo como mi Salvador y Señor; voy a seguirte
todos los días de mi vida; te necesito Jesús, trae paz a mi corazón.
Confío en ti. Amén"
"Querido Padre Celestial, te doy gracias por tu nuevo hijo, lo pongo en tus manos, tu has anotado su nombre en el Libro de la Vida para siempre, es salvo ahora y podrá gozar de todos los privilegios de tenerte como Padre; guárdalo de todo mal, protegelo de toda plaga y enfermedad; no permitas que ni él, ni su familia, pasen por ningún peligro. Te doy gracias Jesús, lo pongo en tus manos, ahora es tuyo. Gracias Señor, amén"
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ES DE MUCHA BENDICIÓN PARA MÍ LEER SUS MENSAJES. BENDICIONES. Osana Goglián