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La imagen dice:
"A los justos los guía su integridad;
a los falsos los destruye su hipocresía"
Proverbios 11:3
"A los justos los guía su integridad;
a los falsos los destruye su hipocresía"
Proverbios 11:3
Los cristianos, somos representantes de Dios en la tierra; para llevar su Luz, su Verdad, la Salvación de sus almas; mostrándoles nuestro ejemplo.
¿Pero que ven en nosotros cuando nos ven y nos escuchan?
A veces el cristiano se engaña a sí mismo, habla de una manera y actúa de otra muy diferente. ¿Qué hay en su corazón? Lo más importante… ¿Qué ve Jesús en usted cuando lo mira vivir?
Hay unos versículos en la Biblia, la Palabra de Dios, que me encantan; no solo son para leerlos, sino para ponerlos en práctica cada vez que flaqueamos, en momentos humanos de debilidad; porque después no hay excusa que valga frente al que Todo lo sabe y Todo lo ve. Está en Gálatas 5:22-23 (NVI), dice:
“... El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas".
El dominio propio es una parte del fruto del Espíritu; es algo que Dios Espíritu Santo, quiere que sea característico en su vida.
Dominio propio significa que usted controla sus pensamientos, sentimientos y acciones en lugar de que ellos lo controlen a usted.
El dominio propio revela la condición de tres áreas en su vida: relación, temor y consagración a Dios.
El dominio propio no nace de la noche a la mañana; este va a depender del amor, el temor y la vida de consagración que tenga usted con Dios; nadie más que usted puede controlar esas cosas.
¿A quién desea agradar en su vida? ¿A usted mismo? ¿A las personas?
¿Piensa, ora antes de actuar o hablar?
Mientras tanto aquel al que usted le entregó su corazón, Jesús; lo mira vivir y dice: ¿Por qué está haciendo eso? ¿No recuerda que yo camino con él, que donde él va, yo voy con él?
¡Qué triste debe ser para Jesús cuando ve que mostramos una cosa y por dentro somos otra muy distinta!
Lo último que quisiera es entristecer al que dio todo por mí; hasta su vida por Amor.
Una vez que le abre su corazón a Jesús, le está consagrando su vida; sus pensamientos, su forma de actuar, de sentir y así el Espíritu Santo lo ayuda y lo respalda en todo lo que haga.
¿Cómo podría defenderlo si no está agradándole a Él, sino a sus propios deseos?
Existen en cada vida y en usted: la carne y el espíritu. Cada persona decide que va a prevalecer en él.
La carne representa a los deseos humanos; no importando nada más que lo que usted quiere, caiga quien caiga; aunque Dios lo esté observando.
El espíritu, es la consagración a Dios, a una vida de santidad; que en ese caso sí, el Espíritu Santo le dará las fuerzas y la manera de usar el “dominio propio”, para soportar todo tipo de tentaciones; si así usted lo anhela.
Ya no camina solo, está con quien lo defiende; pero hay que querer vivir en el espíritu y no en la carne; es una decisión personal; porque Dios le dio libre albedrío; para decidir como quiere vivir.
Pero si elige vivir en la carne; no trate de mostrarse espiritual; porque con sus hechos lo estará negando.
La integridad es un regalo que el hijo de Dios, le hace a su Padre Celestial; por haber enviado a su Único Hijo Jesucristo, a morir en la cruz por sus pecados; un agradecimiento total por su Gran Amor, porque lo ha descubierto en su corazón y así como cuando usted ama a alguien, hace hasta lo imposible para agradarle; se esmera por no hacer nada que le haga daño o lo entristezca; así debe actuar su amor por Dios.
La integridad es un compromiso de amor para con Jesús y tendrá siempre asegurada la victoria; porque así como dice por ejemplo en Job 22:25:
“El Todopoderoso será tu defensa y tendrás plata en abundancia”
Puede engañar a muchos; pero a Jesús no; trate de tenerlo en cuenta en su manera de actuar y de hablar siempre.
¿Usted ama realmente a Jesús?
¡Qué hermoso regalo será para Dios, su cambio de actitud y sinceridad frente a él y a los que le rodean!
¿Pero que ven en nosotros cuando nos ven y nos escuchan?
A veces el cristiano se engaña a sí mismo, habla de una manera y actúa de otra muy diferente. ¿Qué hay en su corazón? Lo más importante… ¿Qué ve Jesús en usted cuando lo mira vivir?
Hay unos versículos en la Biblia, la Palabra de Dios, que me encantan; no solo son para leerlos, sino para ponerlos en práctica cada vez que flaqueamos, en momentos humanos de debilidad; porque después no hay excusa que valga frente al que Todo lo sabe y Todo lo ve. Está en Gálatas 5:22-23 (NVI), dice:
“... El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas".
El dominio propio es una parte del fruto del Espíritu; es algo que Dios Espíritu Santo, quiere que sea característico en su vida.
Dominio propio significa que usted controla sus pensamientos, sentimientos y acciones en lugar de que ellos lo controlen a usted.
El dominio propio revela la condición de tres áreas en su vida: relación, temor y consagración a Dios.
El dominio propio no nace de la noche a la mañana; este va a depender del amor, el temor y la vida de consagración que tenga usted con Dios; nadie más que usted puede controlar esas cosas.
¿A quién desea agradar en su vida? ¿A usted mismo? ¿A las personas?
¿Piensa, ora antes de actuar o hablar?
Mientras tanto aquel al que usted le entregó su corazón, Jesús; lo mira vivir y dice: ¿Por qué está haciendo eso? ¿No recuerda que yo camino con él, que donde él va, yo voy con él?
¡Qué triste debe ser para Jesús cuando ve que mostramos una cosa y por dentro somos otra muy distinta!
Lo último que quisiera es entristecer al que dio todo por mí; hasta su vida por Amor.
Una vez que le abre su corazón a Jesús, le está consagrando su vida; sus pensamientos, su forma de actuar, de sentir y así el Espíritu Santo lo ayuda y lo respalda en todo lo que haga.
¿Cómo podría defenderlo si no está agradándole a Él, sino a sus propios deseos?
Existen en cada vida y en usted: la carne y el espíritu. Cada persona decide que va a prevalecer en él.
La carne representa a los deseos humanos; no importando nada más que lo que usted quiere, caiga quien caiga; aunque Dios lo esté observando.
El espíritu, es la consagración a Dios, a una vida de santidad; que en ese caso sí, el Espíritu Santo le dará las fuerzas y la manera de usar el “dominio propio”, para soportar todo tipo de tentaciones; si así usted lo anhela.
Ya no camina solo, está con quien lo defiende; pero hay que querer vivir en el espíritu y no en la carne; es una decisión personal; porque Dios le dio libre albedrío; para decidir como quiere vivir.
Pero si elige vivir en la carne; no trate de mostrarse espiritual; porque con sus hechos lo estará negando.
La integridad es un regalo que el hijo de Dios, le hace a su Padre Celestial; por haber enviado a su Único Hijo Jesucristo, a morir en la cruz por sus pecados; un agradecimiento total por su Gran Amor, porque lo ha descubierto en su corazón y así como cuando usted ama a alguien, hace hasta lo imposible para agradarle; se esmera por no hacer nada que le haga daño o lo entristezca; así debe actuar su amor por Dios.
La integridad es un compromiso de amor para con Jesús y tendrá siempre asegurada la victoria; porque así como dice por ejemplo en Job 22:25:
“El Todopoderoso será tu defensa y tendrás plata en abundancia”
Puede engañar a muchos; pero a Jesús no; trate de tenerlo en cuenta en su manera de actuar y de hablar siempre.
¿Usted ama realmente a Jesús?
¡Qué hermoso regalo será para Dios, su cambio de actitud y sinceridad frente a él y a los que le rodean!
"El Todopoderoso será entonces
tu oro y tu plata en abundancia.
Él será tu alegría, y podrás mirarlo con confianza.
Si le pides algo, él te escuchará,
y tú cumplirás las promesas que le hagas".
Job 22:25-27. DHH
Dios lo bendiga
Susana Goglián
Dele me gusta a la página
"MI PENSAMIENTO ERES TÚ"
Rubén Orellana
Rubén Orellana
COMPÁRTALO HOY CON ALGUIEN QUE LO NECESITA
TODOS NECESITAN RECIBIR A JESÚS EN SU CORAZÓN
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https://youtu.be/0zDT_SlnPpg
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ES DE MUCHA BENDICIÓN PARA MÍ LEER SUS MENSAJES. BENDICIONES. Osana Goglián