Devocional Diario. Reflexiones para vos: "CON UNA ORACIÓN Y FE"

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La imagen de hoy dice:

Nunca olvides que un oración,
puede cambiarlo todo.

No hay nada más confiable, que explicar la realidad para un hijo de Dios; que por medio de La Biblia, la Palabra de Dios.
En este caso; dice en Mateo 21:22: "Y todo lo que pidan en oración, creyendo, lo recibirán"
En Juan 14:13, dice Jesús: "Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo".
Y en Juan 16:24, dice: "Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido".
Recuerde que su oración sea dirigida al Padre y pidiéndoselo siempre en el Nombre de Jesús, como enseña la Palabra de Dios.
Esto me recuerda, lo que escribí en un devocional anterior; el tema de la oración y la pronta respuesta de Dios a ella; cuando no se practica la oración; es como que usted se estuviera ahogando en el mar; alguien le quiere tirar un salvavidas para que se salve de ahogarse y usted le contesta; no gracias, Dios me va a ayudar… sin darse cuenta de que lo está ya ayudando; enviando a alguien para que le tire un salvavidas.
El ser humano es muy estructurado y también orgulloso; a veces piensa que todo lo sabe y que las cosas tienen que ocurrir como él quiere.
Pero le doy una noticia… la vida de cristiana no funciona así; todo dependerá de su fe en Dios, en su confianza en el criterio del Padre, que todo lo sabe y conoce perfectamente, lo que es mejor para usted.
Dependerá de su humildad y confianza, lo que reciba de parte de Dios, para salir de sus problemas.
Dice la Biblia: “Sin fe es imposible agradar a Dios”; pero muchos a esto contestan muy seguros. “Yo tengo fe”; sí puede tener fe, pero necesita rendirse a la voluntad de Dios, para obtener la Victoria.
En Santiago 4:6, en la Biblia: en la versión TLA, dice: "«Dios se opone a los orgullosos, pero brinda su ayuda a los humildes.»"
¿Conoce gente que a todo lo que usted le aconseja, le contesta: Ya sé… ya sabia…? Una vez está bien, pero si la persona no es enseñable, con humildad; no está agradando a Dios.
En resumen… ¿Tiene problemas? ¿Está enfermo? ¿Está triste? ¿Está preocupado por su familia? ¿Ha sufrido injusticias y está triste?
No espere ni un segundo más; hable con Jesús; retírese a un lugar tranquilo y hable con Dios, como de hijo a Padre; porque su Padre Celestial está siempre dispuesto a escucharlo; siempre tiene tiempo para usted y es el único que en un instante lo puede sacar de ese pozo de tristeza, inseguridad y soledad.
No busque afuera, lo que tiene adentro; si Jesús está en su corazón, si ya lo ha invitado a entrar y Él es el Señor y Salvador de su vida; sepa que no necesita contarle a las personas lo que le pasa; porque la gran mayoría de las veces, no pueden hacer nada por usted, aunque le tenga mucho cariño; porque es un ser humano igual que usted; puede lamentar lo que a usted le está pasando y hasta decirle: Pobre, te entiendo… no puede hacer nada más y eso no lo va a ayudar a salir de su situación.
Usted necesita hablar, desahogarse, contarle todo lo que le pasa a Dios, el Todopoderoso, al que lo Ama y todo en sus manos es fácil y no hay nada imposible para Él.
Cuando usted comprende eso; no pierde el tiempo, aislándose, llorando, ahogándose en un mar de tristeza; donde cada vez se hunde más…
Hoy le estoy tirando un salvavidas; tómelo en sus manos con fe y ore; cada día, hasta ver la Gloria de Dios en su vida.
NADA HAY IMPOSIBLE PARA DIOS
Pero mire de que depende de que le llegue su bendición; en la Biblia en Mateo 7:8, está la clave, dice: "Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá".
Pero el que le pide a Dios en el Nombre de Jesús, no al hombre que es limitado. Ya lo he dicho varias veces; pero se lo repito; confío tanto en Jesús; que aunque en medio de mis problemas difíciles o imposibles de resolver para mí; luego de orar, Jesús se apareciera delante de mí y me dijera: “Susana, esta vez no te voy a ayudar”; no lo creería; porque confío en la naturaleza del Señor que es Amor y Misericordia.