martes, 28 de febrero de 2017

"NO DEPENDA DE LAS PERSONAS"

La imagen dice: Con Dios de nuestro lado, todos nuestros problemas 
son así de chiquitos"

Se está refiriendo nada menos que al Sol. ¿Qué tan grande es el Sol comparado con la Tierra?
¡Comparado a la Tierra, el Sol es enorme! El Sol contiene 99.8% de toda la masa del Sistema Solar entero. El Sol tiene 864.000 millas (1.392.500 kilómetros) de diámetro. Esto es 109 veces el diámetro de la Tierra. El Sol pesa alrededor de 333.000 veces tanto como la Tierra, es tan grande que alrededor de 1.300.000 planetas Tierra podrían caber dentro del Sol. ¡La Tierra tiene la medida de una mancha solar promedio!
¿De qué tamaño son sus problemas hoy? Seguramente para usted son enormes, imposibles de resolver, pero como dice la imagen, con Dios, comparando sus problemas con lo grande que es nuestro Dios, pueden ser  muy pequeños.
¿Qué es lo que hace esa perspectiva diferente? Es la fe, es esa semilla que puso Dios en nuestro corazón, que nos permite ver más allá del alcance de nuestros ojos naturales, porque nuestros ojos espirituales, atraviesan los problemas y fijan nuestra mirada en Jesús. 
La Biblia dice en Hebreos 11:1: "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve".
La confianza en un Dios que no nos abandona, que tiene misericordia de nosotros, permite un dulce diálogo con Jesús en oración, llevándole nuestros dificultades y las de los seres que amamos a sus pies y luego descansar en su abrazo amoroso que nos contiene.
En Hebreos 12:2 dice: "...puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe"
Pedro caminó sobre el mar, algo humanamente imposible, mientras tenía sus ojos en Jesús caminó fácilmente, pero cuando las olas de los problemas se comenzaron a agitar a sus pies, se distrajo, dejó de mirar a Jesús y comenzó a hundirse aterrado.
¿Se ve reflejado? Nos hundimos en el mar de problemas propios y de las personas que nos piden oración por sus problemas y enfermedades cuando dejamos de mirar a Jesús y vemos solamente las circunstancias. 
Cuando Pedro volvió a clamar a Jesús porque se ahogaba, Jesús lo tomó de la mano, lo ayudó a incorporarse y ante el asombro de los demás discípulos, Pedro volvió a caminar sobre el mar, con Jesús a su lado y volvió a la barca. 
Es algo incomprensible para nuestra mente, pero la fe todo lo hace posible;  pero es esa fe puesta en Jesús, quien nunca nos abandonará.
Deténgase hoy, deje de llorar y de angustiarse, póstrese delante del Señor, deje de esperar que las personas lo ayuden, porque son tan limitados como usted y yo, dígale al Señor todo lo que está perturbándole, clame a Dios por su ayuda. 
Es imposible que el Señor no lo escuche cuando le lleva su necesidad y le pide socorro en el nombre de Jesús.
Confíe en Él, es imposible que lo defraude o lo abandone
Jesús siempre tiene tiempo y deseos de escucharlo. 
Reciba su paz y espere en Dios.

Dios los bendiga
Susana Goglián

"MI TRABAJO ES CREER" Marcos Yaroide



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