sábado, 6 de diciembre de 2014

"PREPARÁNDONOS PARA EL VIAJE"


Me sorprende comprobar cada año, como la gente, pase lo que pase, en la situación económica que se encuentre, sin excepción, se prepara para irse de vacaciones. 
Dejan de lado todo, para lograr  irse a disfrutar del mar. Eso es bueno, pero me llama mucho la atención, que no piensen con e mismo interés, en algo que no va a ser solo por quince días, un mes o dos meses, sino por toda la eternidad.
La eternidad según el diccionario significa: duración infinita, espacio de tiempo muy largo. Vida del alma humana, después de la muerte.
Algún día tendremos que dejar esta tierra, todos en algún momento vamos a pasar por eso para ir al lugar dispuesto por Dios y el lugar dependerá de la decisión que hayamos tomado y los preparativos que hayamos hecho, durante nuestra vida terrenal.
O sea que depende de nosotros, donde vamos a pasar toda la eternidad.
¡Qué responsabilidad la nuestra! Llegará el momento en el que no vamos a poder echarle la culpa a nadie de nuestro final, porque de acuerdo con lo que decidimos en la tierra, será el lugar de destino.
Muchos dejan para más adelante esa decisión convencidos de que tienen la vida comprada, pero no es así, nadie puede decidir el día de su muerte, porque nuestra vida le pertenece
a Dios, es prestada, nosotros debemos cuidarla y administrarla hasta que nos encontremos con Él.
Pero mientras tanto, tenemos tiempo de prepararnos para no llegar a ese día con temor. Pensemos y decidamos, porque el destino de ese viaje, es muchísimo más urgente que elegir el destino de nuestras vacaciones; porque estas terminan, pero la eternidad es como la palabra lo dice, para siempre.
Hablando con Beatriz, una querida hermana, me sorprendí cuando me contó el diálogo que tuvo con su mamá. Le preguntó: ¿Mamá, imagínate que vos te morís hoy, y te encontrás con Jesús, y él te pregunta: ¿Por qué te tendría que dejar entrar al cielo? ¿Vos qué le contestarías? ¡Qué pregunta tan impactante! ¿Verdad? Realmente uno no sabría que contestarle, sobretodo sabiendo que Dios es Omnisciente, Él todo lo sabe, por lo tanto, no podemos esconderle nada de lo que hicimos.
¿Qué excusa podríamos darle? ¿Cómo podríamos mentirle? ¿Usted que le contestaría?
Beatriz, me siguió contando que la mamá le contestó: Y... porque soy buena, porque no le hago mal a nadie. Buena respuesta, para nosotros, pero para Dios no es suficiente.
La Palabra de Dios, la Biblia, dice: “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo” y “El único camino al Padre es Jesús”. Y el mismo dice: “Yo soy el camino, la verdad, y la vida”.
Pero hay un versículo que es la clave de la decisión que debemos tomar mientras estamos en la tierra, porque Dios no pide nada, sin darnos la provisión para que podamos cumplir. Juan 3:16-17 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que envió a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él crea, no se pierda, más tenga vida eterna...”
“Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que sea salvo por él”
Por lo tanto, si aceptamos a Jesús en nuestro corazón, creemos que murió en la cruz para salvarnos, y nos arrepentimos de nuestros pecados, somos salvos.
Dios nos ofrece una eternidad maravillosa junto a él para siempre, un futuro glorioso, GRATIS. Gratis para nosotros, porque Jesús lo pagó con su propia vida, el precio fue su sangre. Se puso en el lugar que nos correspondía a nosotros, por amor. ¿Cómo podemos despreciar esta salvación tan grande?
Hacemos tantas cosas en la vida ¿Por qué no obedecer a la Palabra de Dios, que es para nuestro bien?
La Palabra de Dios es verdad, y es confiable como ninguna otra cosa en la vida.
Dante Gebel, el pastor de jóvenes, la llama “El manual del fabricante”
¿Compró algún electrodoméstico alguna vez? Seguramente sí, habrá comprobado como siguiendo los pasos del manual del producto, escrito por el fabricante, logramos un perfecto
funcionamiento.
Dios nos creó, y en su Palabra nos guía en los pasos que debemos seguir, para lograr nuestro mejor funcionamiento.
No se olvide un detalle: “Él todo lo sabe”. ¡Qué fácil es en realidad y que difícil lo hace el hombre!
Dios nos dice: “Amado, yo deseo que seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma”. 3 Juan 1:2
Dios quiere el bien para sus hijos, los males llegan al hombre cuando quiere seguir sus propios deseos, sin importarle lo que Dios piense.
En la Biblia podemos encontrar todo lo que nos puede llevar a vivir en paz, armonía, alegría y plenitud.
La eternidad... Puede ser junto a Dios, o no, la decisión es nuestra... yo estoy preparando mis valijas, deseo estar junto a Él para siempre. ¿Y usted que decisión va a tomar?

JESÚS LE AMA, NO PIERDA MÁS TIEMPO SOLO

Dios lo bendiga
Susana Goglián
"YO ME RINDO A ÉL"  Jesús Adrian Romero

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