La imagen de hoy dice: ¿Te hace falta algo más en tu vida?
Cristo llena el vacío.
¿Con qué llenar el vacío interior? ¿Por qué no dura la alegría en mi corazón?
Seguramente alguna vez usted tuvo las mismas inquietudes.
Aunque en mi caso particular, aparentemente lo tenía todo para ser feliz: buena posición económica, una isla en El Tigre, para descansar los fines de semana. marido, hijos, una renta por alquiler de departamentos de nuestra propiedad que nos daba seguridad.
Mi familia gozaba de buena salud, teníamos un auto último modelo cada fin de año.
¿Qué más podía desear para ser feliz? Realmente no se me ocurre.
Sin embargo, esta serie de preguntas seguían en mi interior: ¿Qué me falta? ¿Por qué no puedo ser feliz más de un día? ¿Por qué luego de grandes alegrías siento esa sensación de vacío, como que algo me faltara?
Cuando estaba en algún lugar, deseaba estar en otro y me sentía melancólica.
Cuando estaba con una persona, extrañaba a otra y me entristecía.
¿Por qué nada lograba llenar mi vacío interior?
Realmente no encontraba una respuesta para tantas preguntas. Y a la vez me sentía culpable de ser tan desagradecida, porque teniéndolo todo, aún estaba triste. Fui a una escuela católica, aprendí a amar a Dios y rezar todos los días.
¿Qué más necesitaba para sentirme plena? No lograba descubrirlo.
Pero un día llegó a mi vida alguien, del cuál me dijeron, que podía llenar el vacío que había en mi corazón, porque ese vacío tenía su forma y por lo tanto ninguna otra cosa lograría llenarlo jamás.
Poco a poco fui conociéndolo y me fue cautivando. Cuando comencé a sentir su presencia en mi ser, perdí el interés por todo lo demás, por todas aquellas cosas que me gustaban antes porque nada más podía darme esa sensación de plenitud que Él me daba.
Comencé a desear cada día más y más de su presencia. Y así se convirtió en alguien imprescindible para mí, porque fue saciando esa sed y esa insatisfacción constante que yo tenía; poco a poco fue llenando el vacío de mi corazón.
Y aunque en el presente ya no poseo todas esas cosas materiales que tenía, ya no estoy con mi marido hace treinta años, mis hijos no están tan cerca de mí como me gustaría, nunca más sentí esa sensación de felicidad pasajera, ya no deseo estar en otro lugar cuando estoy en su presencia y tampoco extraño a otras personas cuando Jesús está conmigo. Desde que invité a Jesús a mi corazón, Él llenó el vacío de mi corazón y hoy puedo decir que me siento plena, su paz y amor inundan mi ser.
Por eso, ya no existe ese vacío en mi ser y no hay lugar para nada más, porque Él logra llenarlo todo, me siento plena. Ya hace treinta años que Jesús habita en mi corazón. Tengo problemas como todos, pero siento tan cerca a Jesús, que sé que el tiene el control de toda mi vida y todo va a estar bien.
Pero es tan fuerte ese amor, que no lo puedo contener dentro mío, necesito compartirlo, necesito amar a quienes tengo a mi lado, porque siento que su amor me desborda y no lo puedo retener.
Porque el amor que Dios me da, es para compartirlo con todo aquel que sufre, con el que necesita ser escuchado, con el que desea conocerlo.
Para eso vino a mi vida el amor de JESÚS. ¡¡¡Gracias Señor!!!
INVÍTELO USTED TAMBIÉN HOY MISMO A SU CORAZÓN
NO PIERDA MÁS TIEMPO, JESÚS LE VA A DAR LA PLENITUD Y
LA PAZ QUE POR TANTO TIEMPO BUSCÓ Y NO PUDO ENCONTRAR
Dios le bendiga
Susana Goglián
- Sin Tu Mirada - Gilberto Daza
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ES DE MUCHA BENDICIÓN PARA MÍ LEER SUS MENSAJES. BENDICIONES. Osana Goglián