Esta pregunta va dedicada a usted que conoció a Jesús hace muchos años, o por lo menos hace algunos años.
¿Cómo se siente? ¿Sigue pensando en lo que perdió? En las personas que ya no están con mucha angustia? ¿Se siente anclado en el pasado? ¿El presente se ve opacado por las cosas que ya no tiene? ¿Está triste? ¿Está angustiado?
Es hora de preguntarse ¿Le permití a Jesús llenar todos los vacíos de mi vida?
Usted seguramente habrá escuchado más de una vez, que el vacío del corazón del hombre tiene la forma de Jesucristo y nadie, ni nada, puede llenarlo.
Jesús está siempre en el mismo lugar, a su lado, en su corazón. ¿Entonces porque no lo siente como antes? ¿Por qué perdió el gozo, la alegría?
Quizás dejó de tener puestos sus ojos en Jesús y comenzó a mirar a su alrededor; dejó de poner en primer lugar al Señor y otras cosas ocuparon el lugar que le pertenece solamente a Él. ¿Por qué? Porque un día le dijo: Jesús quiero que seas el Señor de mi vida, te entrego mi corazón, quiero seguirte solo a tí.
Sabe que Dios se toma en serio lo que decimos; si nos entregamos totalmente a Él, llena los vacíos de nuestro corazón y el Espíritu Santo de Dios guía toda su vida.
Pero cuando dejamos de mirar a Jesús, otras cosas parecen más importantes y atractivas... pero por un tiempo, porque luego ese lugar en su corazón que había llenado el Señor, quien fue desalojado por esas cosas que lo atrajeron más; cuando esas cosas o personas lo abandonaron, su corazón volvió a quedar vacío y triste, desilusionado.
Este es el día de volver a Jesús, si realmente siente que va a la iglesia, hace todo lo que se le pide, pero no se siente pleno, quizás se convirtió en un religioso que solo cumple normas, pero el Espíritu Santo no está dentro suyo, avivando el fuego de Dios en su vida.
Cuando Jesús lo llena todo, ya no quiere mirar el pasado, lo que perdió, a los que ya no están a su lado.
Jesús siempre va por delante, deje el pasado atrás, perdone si es necesario a los que le hicieron daño, lo abandonaron o lo defraudaron.
Hoy Jesús lo recibe nuevamente feliz con los brazos abiertos, lo espera para darle un fuerte abrazo y decirle: Hijo vuelve a empezar, voy a llenarte con el fuego de mi Espíritu Santo, solo yo puedo llenar todos los vacíos de tu vida, para que vuelvas a encontrar la plenitud y la felicidad en mi presencia.
Usted hermano, hermana, sabe como orar, pídale perdón por haberse distraído; vuelva a contemplar la plenitud de la presencia del Espíritu Santo, deje que Dios lo llene nuevamente desde este día.
Jesús le ama y no está en una religión, está en su corazón, quiere convivir cada día con usted y darle todo su amor.
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera;
porque en ti ha confiado Isaías 26:3
Dios le bendiga
Susana Goglián
"LA TERNURA" Redes
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Día 15, 40 Días De Ayuno 2016 | Pedro Ibarra
LA IGLESIA
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ES DE MUCHA BENDICIÓN PARA MÍ LEER SUS MENSAJES. BENDICIONES. Osana Goglián