lunes, 21 de agosto de 2017

"HACER LA PLANCHA"


En Latinoamérica, llamamos "hacer la plancha" a estar acostados en el mar  cara arriba. Y el significado se refiere a  no hacer nada, estar flotando, estar descansando, sin siquiera tener que movernos.

Al principio no es fácil hacer la plancha, porque el cuerpo trata de esforzarse en flotar sobre el agua y con ese esfuerzo solo logra hundirse. Pero cuando la persona entiende que tiene que abandonarse, confiando en que el mar lo va a sostener, sin hundirse; es una sensación maravillosa de descanso y paz; mirando el cielo, totalmente relajado.
Cuando era chica me gustaba muchísimo hacer la plancha, me daba mucha tranquilidad y placer.
Como hijos de Dios, también al principio nos resulta difícil hacer la plancha espiritual, en medio de problemas y dificultades, que son imposibles de resolver por nosotros mismos. 
Pero cuando comenzamos a conocer el poder de Dios y lo conocemos como el Todopoderoso, comprendemos que por más esfuerzo que hagamos nosotros solos, cada vez nos hundimos en más tristeza, ansiedad, angustia; sin lograr con todo eso, resolver nuestro problema; sino todo lo contrario, eso se desencadena en enfermedades físicas, psíquicas y terminamos en el fondo del mar.
¡Qué hermoso es comenzar a confiar en Jesús, que así como ocurrió con Pedro que logró caminar sobre el mar hacia el Señor cuando lo llamó!
Pero cuando Pedro empezó a prestar atención a las olas y a la tempestad, se hundía; pero recapacitó y clamó: Señor sálvame, extendiendo su mano; entonces Jesús, ante el clamor de su discípulo, extendió también su mano y lo levantó y le dijo: ¿Por qué dudaste? Y Pedro volvió a caminar sobre el mar abrazado de Jesús y volvieron juntos a la barca.
Cuántas veces recibimos una Palabra de fe de Dios, la recibimos contentos, pero luego en medio de los problemas, la soledad en la que nos vemos y en la demora en resolverse, volvemos a caer en angustia y tristeza; sacamos los ojos que teníamos puestos en Jesús y no nos damos cuenta, de que eso es incredulidad.
Si está pasando por alguna situación que le genera impotencia, no quite sus ojos de Jesús, Él lo mira sonriendo, esperando ver fe en Él en su corazón, para ir rápidamente en su auxilio, pensando: Mi hijo o hija está confiando en mí ¿Cómo podría no ayudarlo y defenderlo?
Que nada impida que usted "haga la plancha" sobre el poder del Espíritu Santo que está caminando con usted y verá su obrar sobrenatural en lo que hoy le parece imposible de solucionar.
¿Habrá algo difícil e imposible para mi? Dijo Dios. 
Jeremías 32:27

Dios los bendiga. 
Cuéntenme sus testimonios para la Gloria de Dios, enviando un mensaje o comentando debajo de esta reflexión, en comentarios. Bendiciones
Susana Goglián

Como Dijiste (Ven Señor) 
Christine D'Clario


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