La imagen de hoy dice:
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Salmos 42:1
El ciervo es un animal silvestre, más comúnmente conocido como venado. El ciervo cansado, aplaca su sed en los remansos y en los riachuelos, si no encuentra, emite bramidos que resuenan en el bosque como clamores desesperados.
Tal vez para expresar su angustia, o para comunicarse con otros animales de las montañas. Cuando se mueven en grupo, o nadan a través de un lago, los débiles reposan sus cabezas en los más fuertes. Cuando están cansados de combatir con las serpientes, o de su huida a las montañas, se ayudan unos a otros.
El ciervo se cansa muy rápido. En su hábitat tiene que convivir con sus peores enemigos, leones tigres y hienas, hambrientos, y generalmente con las serpientes.
Muy similar al cuerpo de Cristo, lo que aprendemos del ciervo es que ningún cristiano, debe pensar que es totalmente independiente, que no necesita la ayuda de otros y nadie debe pensar que todos tenemos la tarea de ayudar a otros.
No es conveniente que ante el peligro, un hijo de Dios se mueva solo en la vida; unos oran por otros y en algún momento, el que oraba, va a necesitar él oración de los demás.
También hay enemigos que tratan de robar la vida espiritual del creyente; ya sea distrayéndole para que su mente no esté enfocada en el Señor, porque sabe que si quita sus ojos de Jesús, va a poder hacer cualquier cosa contra él.
La sed desesperada de un hijo de Dios, lo lleva a buscar la presencia del Espíritu Santo con ansias; encuentra así nuevas fuerzas para continuar y el amor de Jesús, llenando su ser, permitirá que no le interese nada que no tenga que ver con el Señor, porque ha aprendido que en Él, encuentra todo lo que necesita.
La plenitud que Dios da, se puede comparar a cuando usted tiene sed desesperada de agua y al fin llega al momento de tomar un gran vaso y sacia su sed.
Así hace el ciervo, busca agua desesperadamente y observe que curioso: "Brama" como nos dice la Palabra de Dios; una promesa maravillosa para nosotros, dice en Jeremías 33:3: "Clama a a mi y yo te responderé", el ciervo brama y el creyente, clama; y Dios dice: yo te responderé. Gloria a Dios.
El agua es un símbolo que nos hace entender que Dios es quien nos vivifica en nuestras sequedad espiritual. Cada vez que usted se sienta seco, con sed en su alma; tan solo clame y los Ríos del Espíritu Santo, comenzarán a llenarlo con sus ríos de agua viva. Juan 7:38.
BUSQUE A JESÚS Y TODO VA A ESTAR BIEN.
Dios lo bendiga
Susana Goglián
"COMO EL CIERVO BUSCA POR LAS AGUAS"
Marcos Witt
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