Debajo de este texto dice:
"Pero Dios prueba que nos ama,
en que, cuando todavía éramos pecadores,
Cristo murió por nosotros".
Romanos 5:8
Facundo Dening y Martín Ontivero
https://youtu.be/-mQQJlh1Lic
https://youtu.be/4lEjgXpAAK0
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Antes de tener un encuentro con Jesucristo; y de entender que murió, pero resucitó al tercer día, como dice la Palabra de Dios, la Biblia; creía en Dios, amaba a Jesús, pero le rezaba a un Dios muerto; clavado en una cruz, impotente; sin posibilidad de hacer nada; pensaba que estaba allá tan lejos, que tal vez ni escuchaba mis oraciones.
Pero cuando por fin entendemos que Jesús resucitó, con todo lo que esa palabra significa: ¡Está Vivo! Luego de resucitar al tercer día, como le había dicho a sus discípulos, Ascendió al cielo, llevado por su Padre y se sentó a su diestra.
Leamos lo que sucedió y lo que vivieron los discípulos en Lucas 24:7-12:
"Pero el primer día de la semana, muy temprano, las mujeres regresaron al sepulcro. Llevaban las especias aromáticas que habían preparado.
Como se encontraron con que la piedra del sepulcro había sido quitada, entraron; pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
Mientras ellas se preguntaban qué podría haber pasado, dos hombres con vestiduras resplandecientes se pararon junto a ellas.
Llenas de miedo, se inclinaron ocultando su rostro; pero ellos les dijeron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?
No está aquí. ¡Ha resucitado! Acuérdense de lo que les dijo cuando aún estaba en Galilea: “Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado. Pero al tercer día resucitará.”»
Ellas se acordaron de sus palabras, y cuando volvieron del sepulcro les contaron todo esto a los once, y a todos los demás.
Las que contaron esto a los apóstoles eran María Magdalena, Juana, María la madre de Jacobo, y las otras mujeres.
El relato de las mujeres les pareció a los apóstoles una locura, así que no les creyeron; pero Pedro se fue corriendo al sepulcro y, cuando miró hacia dentro y vio los lienzos allí dejados, volvió a su casa pasmado de lo que había sucedido".
¡Impresionante! ¿Se imagina lo que habría sido estar ahí en ese momento?
Pero antes nos faltaba entender lo más importante; Dios no nos dejó solos; sin tener a quien recurrir en las luchas de la vida ¡NO! Leamos lo que dice la Biblia, la única verdad, en Juan 1:12, nos dice algo hermoso:
"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de ser hechos hijos de Dios”.
Si bien Dios le da la libertad al hombre, de decidir si quiere recibir a Jesús en su corazón o no; de creer que murió y resucitó como prometió y que ahora está vivo y quiere entrar a su corazón, para perdonar sus pecados si se arrepiente y le pide perdón y Jesús por su sacrificio voluntario solo por Amor; lo perdona, lo lava con Su Sangre Preciosa, la que derramó en la cruz y usted queda completamente limpio y no está solo en la vida; Jesús está en usted.
¿Por qué Dios permitió que su Hijo Amado, sufriera tanto en la tierra?
La respuesta está en Juan 3:16: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna".
SOLO EXISTE UN AMOR PERFECTO, ES EL DE DIOS POR USTED.
Luego de comprender todo esto y de recibirlo en su corazón y convertirse en un “hijo de Dios”; el Padre nos da una misión: "Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado". S. Marcos 16:15-16.
Todos deben descubrir por medio nuestro ¡Cuánto los Ama Dios! ¡Todos deben invitar a su corazón a Jesús para recibir la Salvación y la vida eterna!
Dios quiere usarlo a usted; no puede guardar la bendición solo para usted; es como si viviera en un lugar donde nadie tiene alimentos y solo usted tiene abundancia y no lo compartiera con nadie. ¿Qué pensaría si hace eso otra persona?
Yo voy a contarle algo que me recordó hoy mismo a la mañana mientras oraba para comenzar el día el Espíritu Santo.
Hace treinta y seis años que tuve mi encuentro con Jesús; y cuando todavía me estaba congregando en mi primera iglesia, donde nací de nuevo en el camino de Jesús; una noche soñé que toda la congregación, incluida yo; estábamos parados de espaldas a la plataforma y el pastor decía, extienda sus manos hacia la calle y gritemos todos juntos: ¡CRISTO VIVE!
Fue un sueño impactante, pero aún así, no entendí en ese tiempo que Dios nos estaba enviando a la calle a hablarle de Jesús a la gente que no lo conocía.
Yo viví treinta años de mi vida cristiana, viviendo y disfrutando de mi hermosa relación con Jesús, para mí; pero cuando decían en la iglesia, tenemos que ganar las almas para Jesús; yo pensaba: ¡Uh otra vez! Eso no es para mí, yo sirvo a Dios de otras maneras.
¿Sabe que transformó completamente mi vida y sin que nadie me mandara a hacerlo, salí desesperada (hasta el día de hoy) a decirle a todo el que se cruza en mi camino: ¿Sabía que Dios lo Ama? Fue en un momento muy difícil de mi vida, hace cuatro años y medio; que el Espíritu Santo me hizo descubrir en mi corazón ¡Cuánto me Ama Dios! Claro que lo sabia, porque lo dice la Biblia, porque en esos treinta y un años, lo predicaron miles de veces; pero no es lo mismo saber que Dios es Amor; que sentir en el corazón, una explosión del Amor de Jesús en el corazón; fue un hecho asombroso que me transformó totalmente y para siempre, por dentro y por fuera. Me hizo totalmente feliz.
Luego de sentir ese Amor de Dios tan real en mi corazón ¿Cómo podría callar? Imposible, sería demasiado egoísmo.
Les entrego un papel que dice: ¿Sabías que Dios te Ama? Dejate Amar.
Al entregárselo en sus manos, los miro a los ojos y le digo: Un regalito para que no se olvide que Dios lo Ama mucho.
La sonrisa, la mirada radiante y el ¡Gracias! Es un aliento para mí para no detenerme; pase lo que pase en mi vida; porque para eso me envía el Señor; para que todos sepan que Jesús los Ama.
Hoy miércoles, estamos en Semana Santa; es una semana propicia y especial, para explicarles a todos que Jesús murió, pero resucitó al tercer día y ascendió al cielo y ahora quiere habitar en su corazón, si se lo permite. Y hasta puede ayudarlo, si se le da la oportunidad de preguntarle: ¿Quiere repetir una breve oración conmigo? Y lo ayuda a repetir la oración de entrega a Jesús.
Dios va a usar su vida, asombrosamente si usted se lo permite.
Pero cuando por fin entendemos que Jesús resucitó, con todo lo que esa palabra significa: ¡Está Vivo! Luego de resucitar al tercer día, como le había dicho a sus discípulos, Ascendió al cielo, llevado por su Padre y se sentó a su diestra.
Leamos lo que sucedió y lo que vivieron los discípulos en Lucas 24:7-12:
"Pero el primer día de la semana, muy temprano, las mujeres regresaron al sepulcro. Llevaban las especias aromáticas que habían preparado.
Como se encontraron con que la piedra del sepulcro había sido quitada, entraron; pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
Mientras ellas se preguntaban qué podría haber pasado, dos hombres con vestiduras resplandecientes se pararon junto a ellas.
Llenas de miedo, se inclinaron ocultando su rostro; pero ellos les dijeron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?
No está aquí. ¡Ha resucitado! Acuérdense de lo que les dijo cuando aún estaba en Galilea: “Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado. Pero al tercer día resucitará.”»
Ellas se acordaron de sus palabras, y cuando volvieron del sepulcro les contaron todo esto a los once, y a todos los demás.
Las que contaron esto a los apóstoles eran María Magdalena, Juana, María la madre de Jacobo, y las otras mujeres.
El relato de las mujeres les pareció a los apóstoles una locura, así que no les creyeron; pero Pedro se fue corriendo al sepulcro y, cuando miró hacia dentro y vio los lienzos allí dejados, volvió a su casa pasmado de lo que había sucedido".
¡Impresionante! ¿Se imagina lo que habría sido estar ahí en ese momento?
Pero antes nos faltaba entender lo más importante; Dios no nos dejó solos; sin tener a quien recurrir en las luchas de la vida ¡NO! Leamos lo que dice la Biblia, la única verdad, en Juan 1:12, nos dice algo hermoso:
"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de ser hechos hijos de Dios”.
Si bien Dios le da la libertad al hombre, de decidir si quiere recibir a Jesús en su corazón o no; de creer que murió y resucitó como prometió y que ahora está vivo y quiere entrar a su corazón, para perdonar sus pecados si se arrepiente y le pide perdón y Jesús por su sacrificio voluntario solo por Amor; lo perdona, lo lava con Su Sangre Preciosa, la que derramó en la cruz y usted queda completamente limpio y no está solo en la vida; Jesús está en usted.
¿Por qué Dios permitió que su Hijo Amado, sufriera tanto en la tierra?
La respuesta está en Juan 3:16: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna".
SOLO EXISTE UN AMOR PERFECTO, ES EL DE DIOS POR USTED.
Luego de comprender todo esto y de recibirlo en su corazón y convertirse en un “hijo de Dios”; el Padre nos da una misión: "Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado". S. Marcos 16:15-16.
Todos deben descubrir por medio nuestro ¡Cuánto los Ama Dios! ¡Todos deben invitar a su corazón a Jesús para recibir la Salvación y la vida eterna!
Dios quiere usarlo a usted; no puede guardar la bendición solo para usted; es como si viviera en un lugar donde nadie tiene alimentos y solo usted tiene abundancia y no lo compartiera con nadie. ¿Qué pensaría si hace eso otra persona?
Yo voy a contarle algo que me recordó hoy mismo a la mañana mientras oraba para comenzar el día el Espíritu Santo.
Hace treinta y seis años que tuve mi encuentro con Jesús; y cuando todavía me estaba congregando en mi primera iglesia, donde nací de nuevo en el camino de Jesús; una noche soñé que toda la congregación, incluida yo; estábamos parados de espaldas a la plataforma y el pastor decía, extienda sus manos hacia la calle y gritemos todos juntos: ¡CRISTO VIVE!
Fue un sueño impactante, pero aún así, no entendí en ese tiempo que Dios nos estaba enviando a la calle a hablarle de Jesús a la gente que no lo conocía.
Yo viví treinta años de mi vida cristiana, viviendo y disfrutando de mi hermosa relación con Jesús, para mí; pero cuando decían en la iglesia, tenemos que ganar las almas para Jesús; yo pensaba: ¡Uh otra vez! Eso no es para mí, yo sirvo a Dios de otras maneras.
¿Sabe que transformó completamente mi vida y sin que nadie me mandara a hacerlo, salí desesperada (hasta el día de hoy) a decirle a todo el que se cruza en mi camino: ¿Sabía que Dios lo Ama? Fue en un momento muy difícil de mi vida, hace cuatro años y medio; que el Espíritu Santo me hizo descubrir en mi corazón ¡Cuánto me Ama Dios! Claro que lo sabia, porque lo dice la Biblia, porque en esos treinta y un años, lo predicaron miles de veces; pero no es lo mismo saber que Dios es Amor; que sentir en el corazón, una explosión del Amor de Jesús en el corazón; fue un hecho asombroso que me transformó totalmente y para siempre, por dentro y por fuera. Me hizo totalmente feliz.
Luego de sentir ese Amor de Dios tan real en mi corazón ¿Cómo podría callar? Imposible, sería demasiado egoísmo.
Les entrego un papel que dice: ¿Sabías que Dios te Ama? Dejate Amar.
Al entregárselo en sus manos, los miro a los ojos y le digo: Un regalito para que no se olvide que Dios lo Ama mucho.
La sonrisa, la mirada radiante y el ¡Gracias! Es un aliento para mí para no detenerme; pase lo que pase en mi vida; porque para eso me envía el Señor; para que todos sepan que Jesús los Ama.
Hoy miércoles, estamos en Semana Santa; es una semana propicia y especial, para explicarles a todos que Jesús murió, pero resucitó al tercer día y ascendió al cielo y ahora quiere habitar en su corazón, si se lo permite. Y hasta puede ayudarlo, si se le da la oportunidad de preguntarle: ¿Quiere repetir una breve oración conmigo? Y lo ayuda a repetir la oración de entrega a Jesús.
Dios va a usar su vida, asombrosamente si usted se lo permite.
JESÚS VIENE MUY PRONTO A BUSCARNOS, TODOS MERECEN SER SALVOS.
¿Los va a ayudar?
¿Los va a ayudar?
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Dios los bendiga
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