Devocional Diario. Reflexiones para vos: "¿ESTÁ EN SU BARCO?"

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La imagen dice:

Cuando JESÚS está en el barco,

no importa el tamaño de las olas.

En realidad, el título de este devocional, tendría que haber sido: “¿Está Jesús en el centro de su vida?” Porque es la mejor manera de tener una victoria segura, pase lo que pase; porque será protegido por Dios.

Hay un pasaje muy conocido en la Biblia, la Palabra de Dios; que nos habla de la tempestad que se levantó cuando Jesús viajaba con sus discípulos en una barca, mientras Él dormía; ante los ojos de todos aterrorizados, pensando que iban a morir. Jesús simplemente fue despertado por uno de ellos y tranquilamente se levantó, con sus manos en alto; dijo: “Calla, enmudece” y la tempestad cesó. El poder de Jesús es ilimitado y no hay espíritu malo que no lo obedezca; ese espíritu del diablo, que quiso terminar con la vida de ellos; huyó con dos palabras: “Calla, Enmudece”. ¡Impresionante!

Pero yo quiero referirme a otro pasaje, donde nos enseña varios aspectos, de las decisiones humanas; con sus propios criterios y resultados por su falta de obediencia a la autoridad; en este caso era Pablo.

Vamos a leer, aunque es un poco extenso; para entender lo que nos pasa, mirándonos en el espejo de la Palabra de Dios; veamos si se siente identificado en algún aspecto.

Voy a tratar de resumir la Palabra todo lo que pueda; pero es importante comenzar por este detalle importante. Leamos en Hechos 27:1; cuyo título es “Pablo enviado a Roma”

"Cuando decidieron mandarnos a Italia, Pablo y los otros presos fueron entregados a un capitán que se llamaba Julio, del batallón llamado del Emperador".

En Hechos 27:9-12, nos dice: "Se había perdido mucho tiempo, y ya era peligroso viajar por mar porque se acercaba el invierno. Por eso, Pablo les aconsejó: —Señores, veo que este viaje va a ser muy peligroso, y que vamos a perder tanto el barco como su carga, y que hasta podemos perder la vida.

Pero el capitán de los soldados hizo más caso al dueño del barco y al capitán del mismo que a Pablo. Y como aquel puerto no era bueno para pasar el invierno, casi todos pensaron que sería mejor salir de allí e intentar llegar a Fenice, un puerto de Creta que mira al sudoeste y al noroeste, y pasar allí el invierno".

Hasta aquí, podemos ver la falta de obediencia, al consejo y advertencia, del apóstol Pablo, que era guiado por Dios.

A continuación, el título de esta Palabra es: “La tempestad en el mar”, en la versión DHH, dice en Hechos 27:13-20: "Pensando que podrían seguir el viaje porque comenzaba a soplar un viento suave del sur, salieron y navegaron junto a la costa de Creta. Pero poco después un viento huracanado del nordeste azotó el barco, y comenzó a arrastrarlo.

Como no podíamos mantener el barco de cara al viento, tuvimos que dejarnos llevar por él.

Por muchos días no se dejaron ver ni el sol ni las estrellas, y con la gran tempestad que nos azotaba habíamos perdido ya toda esperanza de salvarnos”.

Hechos 27:21-26: "Como habíamos pasado mucho tiempo sin comer, Pablo se levantó en medio de todos y dijo:

—Señores, hubiera sido mejor hacerme caso y no salir de Creta; así habríamos evitado estos daños y perjuicios. Ahora, sin embargo, no se desanimen, porque ninguno de ustedes morirá, aunque el barco sí va a perderse.

Pues anoche se me apareció un ángel, enviado por el Dios a quien pertenezco y sirvo, y me dijo: “No tengas miedo, Pablo, porque tienes que presentarte ante el emperador romano, y por tu causa Dios va a librar de la muerte a todos los que están contigo en el barco.”

Por tanto, señores, anímense, porque tengo confianza en Dios y estoy seguro de que las cosas sucederán como el ángel me dijo. Pero vamos a encallar en una isla".

Observamos, la fe y la comunión con Dios de Pablo; contra la incredulidad y desobediencia de los demás; que produjeron daños irreparables; pero quizás se dieron cuenta, o quizás no entendieron nada; que gracias a la fe y obediencia a Dios de Pablo; todos salvaron sus vidas; para que se cumpliera el propósito de Dios, de que Pablo llegara Roma, donde Él mismo lo había enviado.

Es tan claro ahora leyéndolo; pero lo más importante es recordar esta Palabra y estos hechos, en cada una de nuestras vidas.

Primero ¿A quién decidimos obedecer? Y o más importante ¿en quién está puesta nuestra fe? ¿Cómo está nuestra relación con Dios? ¿Nos detenemos a escuchar su Voz o simplemente decidimos nosotros y avanzamos hacia lo que quizás… hasta nos haga perder la vida?

Después de treinta y siete años en el camino de Jesús; me sorprende notar ¡cuánto les cuesta a los creyentes obedecer! Dar fe de que lo que están escuchando en su mente; es lo que Dios quiere que hagan o dejen de hacer.

¿Usted conoce la voz de sus hijos, de su esposo, esposa? ¿Sabe con certeza quien le está hablando, aunque no los vea? ¿Por qué? Porque tiene una relación íntima y diaria con ellos; sus voces son inconfundibles para usted.

Entonces llegamos a la conclusión, de que no puede reconocer cuando Dios le habla, lo guía, le muestra Su Voluntad; porque no tiene una relación diaria con el Espíritu Santo; usted entonces está practicando una religión y es por eso que no respeta cuando alguien le dice: Dios me habló… Así como Pablo les dijo: “Dios envió a su Ángel y me dijo que…”

Pablo no dudó ni un solo segundo de que era Dios diciéndole lo que tenía que hacer y qué ocurriría”

Noto que hay muchos creyentes que no tienen en cuenta a Dios; porque se mueven, actúan según sus propios criterios; porque no se acuerdan de la importancia de consultarle al Señor que hacer; antes de sucumbir por su negligencia.

Dios protege siempre a sus hijos, a los que lo escuchan, a los que se dejan guiar por Él y lo obedecen, porque confían solo en Él.

Por eso le pregunto nuevamente ¿Jesús está en el barco de su vida? ¿Quién comanda su vida?

Es muy fácil después orar llorando y diciendo: “Por favor Dios escúchame, ayúdame”.

Siempre me llamó la atención que muchos creyentes, que no han tenido un verdadero encuentro con Jesús; crean que tienen que llorar cuando oran para que Dios les preste atención.

Porque cuando un hijo de Dios; se postra delante de su Presencia y le dice simplemente: Padre, quiero pedirte que me escuches y me ayudes… y si fuera en la tierra… para que me entienda; Jesús deja lo que está haciendo y les presta atención a sus palabras, aunque Él ya sabe de antemano lo que le pasa.

¡Qué distinta es la vida cristiana cuando conoce a Jesús realmente y es consciente de CUANTO LO AMA!

Una persona que se siente amada por Dios; actúa de otra manera; sin temor, con fe, sintiéndose protegido por el Señor siempre.

Pero para eso necesita tener una relación de Amor mutuo cada día con Jesús, no para cumplir, no por obligación; sino porque lo desea su corazón; lo necesita y sabe que Jesús está esperando escuchar sus palabras y sus demostraciones de amor hacia Él.

Aunque no necesite nada; acérquese a Jesús cada día; hable con Él y hágalo sentir amado por usted, adórelo; exáltelo con alabanzas a Dios y su ánimo y su vida cambiarán por completo si Jesús es el Capitán de su barco. Entonces será visitado por el Espíritu Santo de Dios y jamás su Unción Sobrenatural le faltará.

Cuando JESÚS está en el barco,
no importa el tamaño de las olas.
¡DESPIÉRTESE HOY, DEJE LA RELIGÓN!
Practique una relación de Amor Mutuo con Jesús
Y el temor huirá de usted.

(Dijo Jesús)

"Sigan practicando lo que les enseñé

y las instrucciones que les di,

lo que me oyeron decir

y lo que me vieron hacer:

háganlo así y el Dios de paz estará con ustedes".

Filipenses 4:9 DHH

Dios lo bendiga

Susana Goglián

huellaseternas@hotmail.com

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