La imagen de hoy dice: Perdonar es poner a un prisionero en libertad
y descubrir que el prisionero eres tu.
Seguramente todos deseamos
vivir en paz, con alegría en nuestro corazón, en armonía
en nuestro hogar y con prosperidad.
Pero hay factores que pueden
impedir que todo eso suceda. Durante el transcurso de
nuestra vida, ocurrieron acontecimientos que nos
marcaron, por haber sido:
Defraudados, engañados,
abusados, incomprendidos,abandonados, traicionados,
etc.,
Todas esas circunstancias,
originaron heridas en nuestro corazón, que produjeron en
muchos casos raíces de amargura, las cuales
quisimos tapar diciendo: ”Yo ya me olvidé, yo ya perdoné...” Y
estamos convencidos de ello.
Pero cuando algún
acontecimiento parecido, ocurre en nuestras vidas, nos hace
reaccionar mal, aunque lo que esté ocurriendo, no sea tan grave
como lo vivido anteriormente.
Cuando nos lastimamos la
mano, por ejemplo, cualquier roce con la herida nos duele, nos
hace sufrir.
Con las heridas del corazón
pasa lo mismo. No podemos ser felices con heridas
abiertas en nuestro corazón, no lo lograremos,
por más que hagamos todo el esfuerzo del mundo.
Debemos tomar decisiones
personales y fundamentales para lograrlo.
Cuando los discípulos le
dijeron a Jesús “Enséñanos a orar”, Él les enseñó el Padre nuestro.
En Mateo 6: 14 en la Santa Biblia, dice: “Si perdonáis
a los hombres sus ofensas, os perdonará el Padre que está
en los cielos, pero si no
perdonáis... tampoco los
perdonará a ustedes el Padre”. Entonces le preguntaron:
¿Cuántas veces debemos perdonar? Y Jesús les contestó:
“Setenta veces siete”. Con lo que quiso decirles, no las cuenten,
solo perdonen las veces que sea necesario. En otro pasaje
les dijo: “Perdonad y seréis perdonados.” Podemos decir:
- Claro, para Jesús es fácil decir que perdonemos, pero
solo yo sé, lo que me hicieron sufrir.
Pero no es así, para Jesús
no fue fácil, porque Él lo sufrió todo, por eso nos puede
comprender. Él quiso dejarnos ejemplo, y nos demostró que
si Él pudo perdonar, mientras era un hombre en la tierra,
nosotros también podemos hacerlo.
Hay varios pasajes en la
Biblia, donde podemos comprobar que Jesús sufrió todas las
cosas y otras mucho peores de las que nosotros podemos llegar
a pasar.
Por ejemplo nos dice la
Biblia: “Tenía sed y le dieron para beber vinagre y hiel.” Por
eso nos comprende cuando tenemos sed de tantas cosas,
por ejemplo sed de amor, y recibimos maldad, egoísmo.
Fue avergonzado, lo
desnudaron ante toda la multitud. Por eso entiende cuando nos
avergüenzan.
Sufrió la burla de todos:
Con ese cartel que clavaron en la cruz sobre su cabeza donde
decía: “Este es el rey de los judíos”. ¿Se imagina? Él
puede comprenderle cuando se burlan de usted.
Sufrió injusticia: Fue crucificado
siendo santo y sin pecado, entre dos delincuentes uno
de cada lado. ¿Han sido injustos con usted? Él le entiende.
Lo insultaron: “Los que
pasaban le gritaban insultos, meneando sus cabezas”.
¿Alguna vez le insultaron?
Jesús le entiende.
Se burlaron de su fe:
“Confió en Dios, que le libre ahora si lo quiere, él dijo soy hijo de
Dios” ¡Cuántas veces se burlan de nuestra fe! ¿No es así?
Lo injuriaron los ladrones
que estaban junto a él: “Si tú eres
el Cristo, sálvate a ti
mismo y a nosotros”
Sufrió dolor en su cuerpo.
Porque morir colgado en una cruz; era la forma más dolorosa,
cruel y espantosa que existía. El cuerpo se iba deshaciendo
lentamente. ¿Cómo puede Jesús no comprenderle cuando está
enfermo y sufriendo dolores en
su cuerpo, si Èl mismo los
sufrió?
Sufrió el desamparo de su
Padre. Dios no podía tener comunión con el pecado, lo
abandonó cuando todo el pecado del mundo (el suyo y el mío) cayó sobre Jesús.
Para que al creer, nosotros en Él, quedáramos libres del
pecado y así convertirnos en Hijos de Dios. Porque antes
éramos solo criaturas de Dios.
¿Alguna vez se sintió usted
abandonado? Él le entiende, porque lo sufrió.
Pero aún en medio de todo
ese sufrimiento, pudo decir en Lucas 23:34: “Padre,
perdónalos porque no saben lo que hacen”. Y lo hizo solo para
demostrarnos que si Él pudo perdonar, nosotros también
podemos hacerlo.
Él perdonó por obediencia al Padre. ¿No merece Jesús, que dio su vida por nosotros, que perdonemos por obediencia a Él?
Él perdonó por obediencia al Padre. ¿No merece Jesús, que dio su vida por nosotros, que perdonemos por obediencia a Él?
No debemos esperar a
sentirlo, porque eso nunca ocurrirá, porque humanamente podemos
pensar con razón, que la otra persona no merece nuestro
perdón, pero el perdón es por obediencia a aquel que lo
hizo primero.
No perdonamos para hacerle
un favor al que nos ofendió, muchas veces sucede, que la
persona no se entera de nuestra decisión, pero decidimos
hacerlo, porque cuando perdonamos la paz vuelve a
inundar nuestro corazón.
Perdonamos por Jesús, porque
él nos dejó el ejemplo y nos enseñó de esa manera, que el
perdón es una decisión, no un sentimiento, que nos
conviene a nosotros, más que a la persona que nos agravió. Es en ese momento, cuando Dios
sana nuestro corazón y somos libres.
Cuando no perdonamos, hay
espíritus de resentimiento que nos gobiernan; y nuestra
vida y nuestra familia se terminan de destruir.
Para lograr tener un corazón
sano, y una vida llena de paz, y alegría, le invito a que se
decida a perdonar a la persona que a usted lo ha lastimado u
ofendido.
Y si es alguien que ya no
está, un familiar, o un amigo, quién alguna vez le dañó a
usted, no importa cuando, escriba en un papel: Fulano de tal,
te perdono en el nombre de Jesús, esté viva o no la persona y
después pídale a Dios que le perdone a usted por haber
guardado resentimiento, quizás por años y rompa ese papel,
como señal de que perdonó.
Y luego dele gracias a Dios
por la paz que Él, le va a dar por haber perdonado como él lo
hizo.
Si tiene la posibilidad de
pedirle perdón o perdonar a la persona que tiene a su lado,
le aliento a hacerlo, porque se sorprenderá, y comprobará,
que el único beneficiado de tomar esa decisión será
usted, porque la paz de Dios, llenará su corazón y podrá comenzar
de nuevo... Haga la prueba.
Sí... es posible volver a
empezar...
Dios lo bendiga
Susana Goglián
"Te seguiré con mi alma, mente y corazón"
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ES DE MUCHA BENDICIÓN PARA MÍ LEER SUS MENSAJES. BENDICIONES. Osana Goglián