En momentos de cansancio y debilidad, cuando todo alrededor parece molestarnos, cuando parece tan difícil que se entienda lo que decimos, nuestra alma cae en un agotamiento tan grande, que nos lleva a aislarnos para no tener más problemas con nadie. Pero esa no es la solución, el único que nos puede llevar junto aguas de reposo (Salmo 23) es Dios. No espere comprensión de la gente en esos momentos en los que por cansancio su mente no está demasiado lúcida y no logra expresarse correctamente. El mismo cansancio, hace desaparecer la poca paciencia que teníamos y nos hace comunicarnos desde el agotamiento. En esos momentos las relaciones interpersonales se convierten en una tarea difícil, porque entramos en un círculo vicioso, nos contestan mal y por eso nosotros decimos lo que no sentimos en realidad, porque el que habla es el cansancio y el hartazgo interior.
Humanamente es lógico sentirse cansado por las injusticias que sufrimos, la falta de generosidad y falta de compañerismo.
A nuestro alrededor se levanta un espíritu de competencia, aún entre hermanos, donde tendríamos que actuar de otra manera, la Palabra de Dios es clara en Marcos 10: 43-45, donde dice: "Pero entre ustedes no debe ser así, Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de todos. Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su *vida en rescate por muchos".
Personalmente, nunca me gustó competir, ni pelear por lo que creo que me corresponde. En el camino de Dios, en su servicio por ejemplo, el que pone a las personas, el que las llama para una tarea es Dios y no el hombre, por eso sirvo con alegría y gozo, porque lo hago para Él. Cuando entra la competencia y la división, la lucha por querer ocupar el lugar del otro, realmente no me interesa discutir, ni pelear, toda la vida me pasó lo mismo, Dios siempre me defendió personalmente.
Las discusiones no sirven para nada, solo dañan el corazón, no suman, al contrario, dividen. Todas estas cosas que ocurren en la vida, nos agotan, lo único que nos puede llevar a volver a levantarnos, con paz en el corazón, darnos la capacidad de dar y recibir amor otra vez, el que se puede llevar la tristeza del corazón, es Jesús. El nos dice en su Palabra: "Venid a mi todos los trabajados y cargados, y yo los haré descansar" Mateo 11:28
Sumérjase en la presencia amorosa de Dios, vaya a la fuente, cave más profundo hasta encontrar agua otra vez, no deje que el entorno lo seque, entréguele todas las cargas a Jesús y el lo hará descansar. Viva en paz, no importa si a los demás no les gusta vivir en paz, sino en conflictos y rencores.
Me gusta mucho este pasaje de la Biblia, que nos hace ver cuál es nuestra responsabilidad: Romanos 12:18: "Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos". O sea que no importa lo que haga el otro, nosotros debemos estar en paz con todos, el otro deberá arreglárselas con Dios, para discutir hacen falta dos, si uno no quiere, su interlocutor parecerá loco peleando solo.
La oración, el encuentro diario con Jesús, será lo único que le permitirá encontrar el refugio, el refrigerio para su alma y el abrazo del Padre. Dios le comprende, sabe lo que está pasando y desea darle descanso. A nadie más que al Señor le importa que usted vuelva a vivir en paz y con alegría.
Dios quiere usar su vida, déjese guiar por el Espíritu Santo, no pelee para conseguir lugares que Dios no tiene planeados para usted, Dios sabe lo que hace, confíe en Él.
"SUMERGEME"
Dios los bendiga
Susana Goglián
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ES DE MUCHA BENDICIÓN PARA MÍ LEER SUS MENSAJES. BENDICIONES. Osana Goglián