Antes se decía que a una mujer, no había que tocarla ni con el pétalo de una rosa, era considerada como el cristal, frágil y delicada. Se lo escuché decir muchas veces a mi suegro.
Lamentablemente en la actualidad, se viven tantas cosas terribles, tan contrarias a esto, la mujer es menospreciada, sufre violencia no solo verbal, psíquica, si no física. En medio de tanta injusticia y machismo que rodea a una mujer, contrariamente a eso, Jesús nos ve como anhelamos y mucho más.
La imagen del día de hoy, realmente nos hace reaccionar, su texto dice: "En mi Rey Jesús, espero noche y día, porque su amada princesa soy. De Él viene mi sustento, mi alegría, soy una princesa guardada y cuidada por su Amado Rey".
¡Qué hermosas palabras! Cuantas veces nos sentimos completamente diferentes a esta afirmación, tristes, solas, abandonadas, en peligro, sin esperanza.
Cuando abrimos nuestros ojos por medio de la oración, podemos vernos con sus ojos y nos sentimos valiosas para el que nos creó.
Dios no nos ve como nosotras nosotras nos vemos, aunque ve nuestro interior, Dios sueña con cada una de nosotras y desea nuestro bien, quiere darnos plenitud, paz, amor.
En Jesús encontramos todas esas cosas y mucho más. Él es el Amor que siempre soñamos y no pudimos encontrar.
A pesar de ser Dios y ser Él el importante, nos hace sentir a nosotras valiosas para Él.
En Jesús encontramos todas esas cosas y mucho más. Él es el Amor que siempre soñamos y no pudimos encontrar.
A pesar de ser Dios y ser Él el importante, nos hace sentir a nosotras valiosas para Él.
Por medio de su sacrificio en la cruz del calvario, totalmente inmerecido, pero voluntario por amor a nosotras, nos ve perfectas cuando lo recibimos en nuestro corazón, le pedimos perdón por nuestros pecados, su sangre nos limpia totalmente y comenzamos una nueva vida en Jesús.
Comencemos cada mañana sintiéndonos como Él lo desea, nuestra felicidad y entrega, hacen sonreír a nuestro Señor, así como las mamás sonreímos cuando vemos a nuestros hijos en paz y felices.
Jesús la ama, nunca lo olvide, PRINCESA DE DIOS.
Malaquías 3:17 dice: "... Y serán para mí especial tesoro..."
Entréguele hoy mismo su corazón a Jesús, Él está esperándola para darle plenitud.
Solamente dígale: Jesús te abro las puertas de mi corazón, porque solamente yo puedo abrirlas, porque dice tu Palabra que el picaporte está del lado de adentro y nadie más que yo puedo abrirla. Entra Jesús, te pido perdón por todos mis errores, equivocaciones, pecados, aún involuntarios, porque no sabía que a ti no te agradaban. Confieso que eres el Hijo de Dios y que moriste en la cruz en mi lugar, para darme la salvación. Me tomo de tu mano, no me sueltes, quiero seguirte toda mi vida. Soy tuya Jesús.
La bendigo preciosa princesa de Dios, ahora Jesús está en su corazón y nunca más se sentirá sola, el Espíritu Santo de Dios, va a guiarla cada día de su vida, si usted se lo pide.
La bendigo preciosa princesa de Dios, ahora Jesús está en su corazón y nunca más se sentirá sola, el Espíritu Santo de Dios, va a guiarla cada día de su vida, si usted se lo pide.
Dios la bendiga. Jesús las ama.
"SUPE QUE ME AMABAS"
Mariana Mastropietro
REFLEXIÓN EN AUDIO
"NI CON EL PÉTALO DE UNA ROSA"
Locución Claudia Rodriguez
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