Devocional Diario. Reflexiones para vos: "QUE DIOS LO MIRE CON AGRADO"

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AHORA EN LA PARTE SUPERIOR IZQUIERDA

TIENE LA OPCIÓN DE SEGUIR ESTOS DEVOCIONALES

La imagen de hoy dice:

"El Señor te bendiga y te guarde.
El Señor te mire con agrado y
te extienda su amor.
El Señor te muestre su favor y
te conceda la paz".

Números 6:24-26

Uno de mis sueños; porque el primero es que Jesús venga pronto; anhelo estar ya en su Presencia; el segundo es agradar Dios; por eso me gustaron tanto estos versículos; Números 6:24-26, en la versión DHH, de la Palabra de Dios, la Biblia, lo expresa de esta manera; “Que el Señor te bendiga y te proteja; que el Señor te mire con agrado y te muestre su bondad; que el Señor te mire con amor y te conceda la paz.”

Leyendo esta Palabra; puedo imaginar al Señor sonriendo; cuando ve que sus hijos desean agradarle a Él y hacer su Voluntad; pase lo que pase; sienta lo que sienta.

La Promesa es hermosa; a cambio, Dios lo bendice; lo protege lo mira con agrado; le muestra su Bondad, lo mira con Amor y le concede la Paz…

¿Qué le parece? ¿Valdrá la pena vivir tratando de hacer la Voluntad de Dios?

Todo lo que dice esta Palabra que recibirá; es todo lo contrario de lo que nos da “el mundo”; la vida; todo es un caos; el mal aumenta día a día; aún en los lugares donde reinaba la bondad y la paz.

Agradar a Dios, no es un esfuerzo si usted descubrió en su corazón ¡Cuánto lo Ama! Y si usted también ama al Señor; si vive una relación diaria de Amor mutuo; es un placer vivir para agradarle a Él.

Por un momento imaginemos una utopía; que todos viviéramos para hacer lo correcto para agradar a Dios ¿Se imagina que distinto sería todo? Viviríamos amando a Dios y también al prójimo; sentiríamos empatía por las situaciones que viven otros y sin que se lo pidan, oraríamos por ellos.

La Paz de Dios reinaría en todo lugar… pero en la tierra eso solo es un sueño…

Actúa así el que lo desea de corazón; porque se puede; pero si cada uno piensa solo en sí mismo; es imposible que ocurra.

Dios le permite elegir, al pueblo de Israel, como vivir; les dijo en Deuteronomio 11:26-27: "En este día les doy a elegir entre bendición y maldición. Bendición, si obedecen los mandamientos del Señor su Dios, que hoy les he ordenado".

Lo primero que debe saber, es que Dios no impone, ni obliga a sus hijos a obedecer: tienen la libertad para decidir si obedece o no; claro que el final de su vida; en cada caso es completamente diferente.

Pero Dios sí, desea fervientemente que le obedezca; porque Él anhela bendecirlo.

Sigamos leyendo, el título es: “Bendiciones para los que obedecen”

Deuteronomio 28:1-2: "Si de veras obedeces al Señor tu Dios, y pones en práctica todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy, entonces el Señor te pondrá por encima de todos los pueblos de la tierra.

Además, todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán por haber obedecido al Señor tu Dios”.

La rebeldía del pueblo de Israel fue muy grande; por eso Dios, como quiere bendecirlos, les explica como recibir esas bendiciones.

Eso requiere de la muerte “del yo”; sus propias decisiones y deseos, dominan al ser humano; aún en la actualidad; caiga quien caiga; no importa, yo lo quiero. Eso es lo que produce la división entre el hombre y Dios; porque la desobediencia, trae maldición; para la persona que peca y para todo su entorno.

Piense… Si Dios quitó los ojos de Jesús, cuando estuvo clavado en la cruz, cargando todos nuestros pecados sobre Él ¿Cuánto más lo hará con cada uno de nosotros?

Después inconscientemente, el hombre se enoja con Dios por lo que le ocurre y pregunta: ¿Dónde está Dios? ¿Por qué no me ayuda?

Ahora leyendo estos pasajes de la Biblia; si usted no los conocía; está avisado; la bendición llega como resultado de su comunión y obediencia a Dios.

¿Cuál es su elección?

"Si después de haber escuchado
los términos de este juramento,
alguno de ustedes se cree
demasiado bueno y piensa:
“Todo me ha de salir bien,
aunque haga yo lo que me dé la gana”,
él será la causa de la ruina de todos".
Deuteronomio 29:19

"Bendito el hombre que confía en el Señor
y pone su confianza en él.
Será como un árbol plantado junto al agua,
que extiende sus raíces hacia la corriente;
no teme que llegue el calor,
y sus hojas están siempre verdes.
En época de sequía no se angustia,
y nunca deja de dar fruto.
Jeremías 17:7-8