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¡CONFÍA!
DIOS
Abrirá una puerta
que le pondrá fin
a tus días difíciles.
Hoy es un día especial; hace tres días que le pregunto a Dios: ¿Estás enojado con la Argentina? Ante tanta maldad, delincuencia, asesinatos sin ningún motivo; tanto egoísmo; siento que llegó al corazón de Dios y se enojó.
El ser humano no fue creado por Él para gozarse en la maldad y la desobediencia total a la Palabra de Dios.
Obedecer a Dios, cosecha bendiciones de su parte; pero la maldad y la indiferencia a lo que Jesús hizo por cada uno de los seres humanos en la cruz, para Salvarlos, perdonarlos y darles Vida Eterna; tiene como resultado la ira de Dios.
Esta mañana me desperté muy temprano y comencé a orar y sentía lo mismo; así que comencé a pedirle perdón al Señor por tanta maldad, en la Argentina y en el mundo; pero específicamente por Argentina.
Nunca lo había hecho con tanto sentimiento y necesidad de que llegara el perdón de Dios al país una vez más; dándole la oportunidad de cambiar y hacer las cosas bien.
Siento muy fuerte en mi corazón hoy, que llegó el tiempo de un genuino arrepentimiento.
Esto nació en mi corazón porque hace tres días que las lluvias son terribles, Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, están inundados. Las lluvias son muy fuertes y anuncian que seguirán toda la semana.
Por eso hoy (escribo los devocionales el día anterior, o sea hoy miércoles) le pedí a Dios que detenga Él esta tormenta; hay personas que perdieron todo. Volaron techos de las casas, hubo personas electrocutadas y hoy hasta el techo de una escuela voló, destruyendo las casas aledañas.
Le pedía: Padre, perdónanos y manda a la lluvia que se detenga, que te obedezca. Toda la naturaleza está bajo tu control, te lo pido en el Nombre de Jesús.
Y cuando comencé el día, leí la Palabra de Dios, que voy leyendo por orden cada día; ya terminé el Nuevo Testamento; hoy leí en Zacarías 1:1-3 y dice: "El Señor dirigió este mensaje al profeta Zacarías, hijo de Berequías y nieto de Idó. Le dijo: «Yo, el Señor todopoderoso, me enojé mucho con los antepasados de ustedes. Por eso, dile ahora de mi parte al pueblo: “Vuélvanse a mí, y yo me volveré a ustedes. Yo, el Señor, lo afirmo. No hagan como sus antepasados, a quienes los antiguos profetas les dijeron de parte mía que abandonaran su mala conducta y sus malas acciones, pero ellos no quisieron escucharme ni hacerme caso. Yo, el Señor, lo afirmo. Pero ahora, ¿dónde están aquellos antepasados de ustedes? ¿Acaso vivirán siempre los profetas? Sin embargo, mis palabras y mandatos, que yo había encomendado a mis siervos los profetas, llegaron a los antepasados de ustedes. Y ellos se volvieron a mí, reconociendo que yo, el Señor todopoderoso, los había tratado como su conducta y sus acciones merecían.”»
Puede comprobar que el Señor obra de acuerdo a las buenas acciones, pero también de las malas; todo tiene su consecuencia, porque Dios todo lo ve; nada ocurre por casualidad.
Un ejemplo de como obra Dios, está en Jonás , en el capítulo 1, tiene como título: Jonás huye de Dios.
Dios le había mandado a Jonás que fuera a Nínive y alertara a su pueblo que si no obedecían a Dios, llegaría el mal y la destrucción; pero Jonás tuvo miedo y no fue; torpemente creyó que se podía esconder de Dios en algún lugar, ignorando que Dios todo lo ve.
Por eso leamos Jonás 1:1-4, dice: "El Señor se dirigió a Jonás, hijo de Amitai, y le dijo: «Anda, vete a la gran ciudad de Nínive y anuncia que voy a destruirla, porque hasta mí ha llegado la noticia de su maldad.»
Pero Jonás, en lugar de obedecer, trató de huir del Señor, y se fue al puerto de Jope, donde encontró un barco que estaba a punto de salir para Tarsis; entonces compró pasaje y se embarcó para ir allá. Pero el Señor hizo que soplara un viento muy fuerte, y se levantó en alta mar una tempestad tan violenta que parecía que el barco iba a hacerse pedazos
Así son las consecuencias de la maldad y la desobediencia; Nínive iba a ser destruida por su maldad. Y Jonás por huir de la Voluntad de Dios, también tuvo consecuencias.
Sigamos leyendo lo que ocurrió luego en el barco en medio de la tempestad. Jonás 5-6: "Los marineros estaban llenos de miedo, y cada uno invocaba a su dios. Por fin, para aligerar el barco, echaron toda la carga al mar. Jonás, mientras tanto, había bajado a la bodega del barco, y allí se había quedado profundamente dormido. Entonces el capitán fue a donde estaba Jonás, y le dijo: —¿Qué haces tú ahí, dormilón? ¡Levántate y clama a tu Dios! Tal vez quiera ocuparse de nosotros y nos ponga a salvo.
Entre tanto, los marineros se decían unos a otros: —Vamos a echar suertes, para ver quién tiene la culpa de esta desgracia.
Echaron, pues, suertes, y Jonás resultó ser el culpable. Entonces le dijeron: —Dinos por qué nos ha venido esta desgracia. ¿Qué negocio te ha traído aquí? ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿De qué raza eres?"
Jonás quedó en evidencia; imagínese el enojo de los tripulantes del barco, al comprender que por culpa de Jonás estaban viviendo ese peligro. Entonces Jonás les dijo la verdad y tomó una decisión; sigamos leyendo, me voy a extender, pero vale la pena entender por qué motivo a veces ocurren cosas imprevistas y malas de parte de Dios; no son castigos, son solo llamados de atención; el Señor solo espera un sincero arrepentimiento de cada uno de nosotros, para recibir así su perdón.
Dios no desea castigar al hombre, sino que a veces necesita llamar su atención de esa manera, para que recapacite y se vuelva a Él de todo corazón; porque el deseo de Dios es demostrarle su Amor y bendecirlo; pero el pecado es una barrera que impide que esas bendiciones lleguen; hasta que por fin la persona se arrepiente y Jesús lo lava con su Sangre derramada en la cruz del calvario, con ese fin; perdonarlo.
Leamos ahora Jonás 1:9-17: "Jonás les contestó: —Soy hebreo, y rindo culto al Señor, el Dios del cielo, creador del mar y de la tierra. Jonás contó a los marineros que él estaba huyendo del Señor, y ellos, al oírlo y al ver que el mar se agitaba más y más, sintieron mucho miedo y le preguntaron: —¿Por qué has hecho esto? ¿Qué podemos hacer contigo para que el mar se calme?
—Pues échenme al mar, y el mar se calmará —contestó Jonás—. Yo sé bien que soy el culpable de que esta tremenda tempestad se les haya venido encima.
Los marineros se pusieron a remar con todas sus fuerzas para acercarse a tierra, pero no lo lograron, porque el mar se embravecía cada vez más. Entonces clamaron al Señor y dijeron: «Señor, no nos dejes morir por culpa de este hombre. Y si es inocente, no nos hagas responsables de su muerte, porque tú, Señor, actúas según tu voluntad.»
Dicho esto, echaron a Jonás al mar, y el mar se calmó. Al verlo, los marineros sintieron una profunda reverencia por el Señor, y le ofrecieron un sacrificio y le hicieron promesas.
Entre tanto, el Señor había dispuesto un enorme pez para que se tragara a Jonás. Y Jonás pasó tres días y tres noches dentro del pez".
¿Observó lo que volvió a hacer Jonás? En lugar de arrepentirse y pedirle perdón a Dios, continuó tratando de escaparse de Él; dijo la verdad en el barco solo porque quedó al descubierto; porque él era el culpable de lo que ocurría, que los puso en peligro a todos los tripulantes; pero siguió escapando del que Todo lo Ve y terminó en el vientre del gran pez.
¿Se siente identificado con Jonás? ¿En lugar de arrepentirse de sus pecados y pedirle perdón al Señor, se sigue escondiendo de Dios?
Ojalá que hoy el Espíritu Santo de Dios, abra sus ojos espirituales para que vea la realidad: es inútil escaparse de Dios; usted lo necesita a Él y Dios lo Ama, por eso no lo ha destruido; espera su arrepentimiento, para recibirlo con un abrazo y poder por fin bendecirlo.
¿Qué va a hacer hoy? Quizás sus pecados han perjudicado también a otros ¿Va a continuar ocultándose de Dios y también ignorándolo?
Creo que hoy comprenderá que eso es imposible; si Dios lo ha elegido, solo está extendiendo el tiempo de sus pruebas; hasta que no se vuelva a Dios y le abra su corazón a Jesús, para ser perdonado; solo se está perjudicando usted mismo.
Y así cada uno de los argentinos hoy; deben volver en sí y mirar al cielo, buscando el oportuno socorro, como dice en Hebreos 4:16: "Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro"
Finalmente Jonás, se rindió y oró así: Entonces Jonás oró al Señor su Dios desde dentro del pez, diciendo: «En mi angustia clamé a ti, Señor, y tú me respondiste. Desde las profundidades de la muerte clamé a ti, y tú me oíste". Jonás 2:1-2. Luego siga leyendo los versículos siguientes, las palabras que Jonás le dirigió a Dios.
¿Y como terminó esta historia, Dios permitió igual que Jonás muriera luego de orar y arrepentirse?
Leamos finalmente en Jonás 2:10: "Entonces el Señor dispuso que el pez vomitara a Jonás en tierra firme".
¡Impresionante desenlace! Dios permitió que siguiera viviendo, pero ¿que le ordenó? Que fuera a Nínive a llevarles Su Palabra...
Tremendo lo que nos enseña todo este pasaje; Jonás podía haber evitado todo lo malo que le sucedió ¿Cómo? Tan solo obedeciendo a Dios al principio, cuando lo envió a Nínive, cumpliendo la Voluntad de Dios.
Jonás no podía culpar a Dios por lo malo que le sucedía, fue solamente su desobediencia y cobardía, las que lo hundieron y le hicieron vivir tantas cosas malas; para él y para las personas que tuvo a su alrededor.
¿Usted fue llamado por Dios? ¿Lo eligió el Señor para alguna misión en su vida? ¿Lo ungió con su aceite para que lo lograra? Hoy mismo, si no lo obedeció o le dio la espalda a Jesús; corra a su altar a pedirle perdón y para decirle: Heme aquí Señor, vuelvo al camino que habías trazado para mí; yo iré, me arrepiento de todo corazón y te pido perdón.
Dios lo Ama Tanto, que no dudará en perdonarlo, reciba hoy el abrazo de Jesús y si su desobediencia perjudicó a otras personas, pídales perdón también y si por esa causa se alejaron de Dios, ore por ellos y guíelos también para que vuelvan al camino, que recuerden que Dios los Ama y los espera siempre con sus brazos abiertos.
ARGENTINA
ES TIEMPO DE ARREPENTIRSE
Y PEDIRLE PERDÓN A DIOS.
ÁBRANLE SUS CORAZONES A JESÚS HOY MISMO
Y SEAN SALVOS USTEDES Y SU PAÍS.
DIOS BENDICE A LA ARGENTINA
DALES OTRA OPORTUNIDAD DE SEGUIR
EL EJEMPLO DE JESÚS.
PADRE CALMA LA TEMPESTAD
DETIENE EL AVANCE DE LA DESTRUCCIÓN
POR MEDIO DE LA NATURALEZA
TE LO PEDIMOS EN EL NOMBRE DE JESÚS.
AMÉN.
"Busquen al Señor mientras puedan encontrarlo,
llámenlo mientras está cerca".
Isaías 55:6
"Pero en su angustia clamaron al Señor,
y él los sacó de la aflicción;
convirtió en brisa la tempestad,
y las olas se calmaron".
Salmos 107:28-29
"Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar
y salvar lo que se había perdido".
Lucas 19:10
"Cambia la tempestad en sosiego,
Y se apaciguan sus ondas".
Salmos 107:29
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Dios lo bendiga
Osana Goglián
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"CONFIAR EN MOMENTOS DIFÍCILES"
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