La Biblia dice en: Isaías 48:21: "No padecieron sed cuando El los condujo por los desiertos; hizo que brotara agua de la roca para ellos, partió la peña, y las aguas corrieron".
El agua es símbolo del Espíritu Santo, y Él mismo es el que despierta sed en nosotros; para que busquemos más de su presencia.
El pasaje que les compartí, dice que Dios los condujo por los desiertos, pero no los dejó morir de sed; sino que hizo que brotara agua de la roca para ellos; como continúa diciendo la Palabra de Dios; partió la peña y las aguas corrieron.
Uno mismo puede tomar agua, hasta que esté saciado. Le pregunto ¿Tiene usted sed de los Ríos del Espíritu Santo? ¿Bebe de las aguas del Espíritu Santo mientras lo adora ya sea en la iglesia o en su hogar?
¿Le pone un límite a Dios, diciéndole bueno ya está que larga la adoración?
¿Le consagró su tiempo al Señor? ¿O fracciona su entrega poniéndole un límite?
¡Cuántas preguntas! ¿Pero sabe que el único que le puede poner un limite al Espíritu Santo es usted? Así como cuando tiene sed, bebe agua hasta que su sed se sacia; pero usted abre la canilla y si no la cierra, sigue y sigue y sigue fluyendo.
Dios tiene mucho más para usted, pero si usted no renueva ese anhelo por la presencia del Espíritu santo; si le pone un tope a lo que quiere recibir, se perderá de todo lo que tiene para usted.
Estuve en una reunión "Sobrenatural" en mi iglesia; como le conté en devocionales anteriores; era tan intensa la presencia de Dios durante la adoración a Jesús... adoramos más de una hora; cada vez era más intensa y Dios respondía a nuestra sed; dándonos más; mucho más.
Dios no nos responde: ¡bueno basta, tengo que darle a mis demás hijos! No, el agua del Espíritu Santo no tiene límite; según la sed del ser humano es la cantidad de agua que Dios le provee.
Una vez que usted reciba de esas aguas, cada vez necesitará más; no querrá que nunca termine esa fresca Unción sobre su vida. Todo lo demás deja de tener importancia; su único objetivo será, recibir más y más de Él. Usted le dirá a Jesús, lléname Señor, quiero más de tu presencia; mientras te adoro, sigan fluyendo tus Ríos.
Juan 7:37-39 dice: “En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: "Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva".
Observe que dice "ríos" los ríos fluyen, no se detienen" No tienen un tiempo y dejan de correr, como sucede actualmente en la fuente de Parque Chacabuco, en Buenos Aires, que la apagan a las 16:30 todos los días; y lo dejan con sed de ver más.
El agua del Espíritu Santo es abundante y alcanza para todo aquel que tiene sed.
Si usted tiene algo mejor que hacer y le pone un límite; inevitablemente, se van a detener.
¿Hasta donde quiere ser lleno del Espíritu Santo! Déjeme decirle que hay mucho más y si no le da la oportunidad de demostrárselo, nunca se va a enterar, se va a perder de recibir todo lo que Jesús tenía para usted.
Permita que Dios llene su ser hasta que desborde y comience a salpicar a los demás; a todos esos que tienen sed y no saben donde conseguir del agua espiritual, que usted posee, pero usted le dice: ¡Basta Señor ya está! Nos tenemos que ir.
Yo quiero mucho más de su hermosa presencia ¿Y usted?
Dios le bendiga
Susana Goglián
"LLÉNAME"
Visión Juvenil
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