La imagen de hoy dice:
JESÚS
Único donante universal
Aceptar su sangre te salva,
te hace hijo de Dios y te sana
Romanos 5:9 dice: "Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por su sangre, seremos salvos de la ira de Dios por medio de El".
Cuando recibimos a Cristo como nuestro Salvador, somos eternamente salvos; nadie puede alterar esto; fuimos lavados y todos nuestros pecados fueron perdonados.
La bondad de Dios es tan inmensa, que aún pensó en los que pecan aún después de haber recibido a Jesús en su corazón. Juan 1:9 dice: “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda injusticia”.
Para experimentar el perdón y el ser limpiados, solo debemos confesar nuestros pecados al Señor y Dios los olvida e incluso nuestra conciencia es purificada, todo esto, debido al poder y la eficacia de la sangre de Jesús.
Lo único que espera el Señor de nosotros; es que confesemos nuestros pecados y admitamos que hemos pecado en contra de Él.
Luego debemos creer que Dios nos perdonó cuando le pedimos perdón y se olvidó de ese pecado; aunque a nosotros se nos hace difícil olvidarlo; seguimos recordándolo y pensando en esto y no sentimos que hemos sido perdonados y por eso seguimos confesando el pecado una y otra vez, buscando ese sentimiento que nos convenza de que hemos sido perdonados; porque lamentablemente, confiamos en nuestros sentimientos más que en la sangre de Jesús.
Ya no debe sentirse culpable, crea firmemente que si se arrepintió y le pidió perdón a Jesús, ha sido perdonado.
Esto también es por la fe, si la Palabra de Dios dice que es así, debe creerlo y sentirse libre.
El amor de Dios por el hombre es tan inmenso, que entregó a su Hijo Jesucristo, a morir por amor a usted y lo convirtió en un dador de sangre universal.
Piense en esto hoy, Jesús derramó su sangre preciosa; sufrió tanto en esa cruz; solo por amor, haga que valga la pena su sacrificio, entréguele hoy su corazón.
En sus palabras, hable con Jesús, dígale que le pide perdón por sus pecados; pídale que lo lave con su sangre y le de una nueva oportunidad de vivir, tras sus pasos, haciendo la voluntad del Padre; para vivir en paz y con alegría en su corazón.
Luego, disfrute del gran amor de Dios por usted cada día.
Dios le bendiga
Susana Goglián
"A Dios Sea la Gloria"
Crystal Lewis -
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