Hoy entré a un local que tenía juegos para niños y observé a un niño de unos cuatro años que comenzó a subir a los juegos y de pronto como el padre se alejó un poco, se detuvo y esperó buscando a su papá, cuando el hombre se acercó con una silla para sentarse cerca para mirarlo, el hijo sonrió y subió confiado a los juegos, sabiendo que la mirada de su papá iba a estar sobre él, de esa manera se sintió seguro.
Sonreí ante tal escena, sin palabras, solamente se miraron y el nene comenzó a jugar.
Me sentí reflejada ante esa situación, porque en medio de la incertidumbre de la vida, que confianza siento al recordar que si vivo en comunión con mi Jesús, puedo caminar segura por la vida, porque sus ojos están atentos sobre mí.
Nuestra relación con Jesús tiene que ser tan íntima, como para saber que no nos va a suceder nada que Dios no permita. Y su amor es tan grande y sin igual, que logra completarnos de tal manera, que nos hace sentir que no necesitamos nada más que su Presencia.
¡Dios es tan bueno y tan diferente a nosotros! por eso podemos confiar en Él, sin ninguna duda, sin ningún temor.
Jesús nos ama y no hacen falta más palabras.
Como ese niño habrá pensado mi papá me quiere mucho, si él me mira, estoy seguro.
¡Que confianza y qué paz podemos sentir reconociendo que el AMOR DEL PADRE, es el mejor que podemos tener!
CONFÍE EN DIOS, ÉL NUNCA LE DEJARÁ, NI NUNCA LE DESAMPARARÁ
Hebreos 13:5
"TU MIRADA"
Marcos Witt y Jesús Adrián Romero
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