Jesús fuente de vida
¡Qué imagen maravillosa! ¿Tiene sed? ¿Necesita recibir de los ríos del Espíritu Santo en su ser, para refrescar su alma?
Dice la Palabra de Dios en Juan 7:37-38: (Dijo Jesús) "... Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva".
Y en Apocalipsis 22:1 dice: "Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero".
Dios espera que nazca en su corazón, sed de su Presencia; cuando usted ora (habla con Dios) el Espíritu Santo comienza a despertar en usted esa sed; una sed que cuanto más recibe, más necesita, más anhela.
Si usted es constante en buscar a Jesús cada día; le aseguro que se asombrará cuando el Espíritu Santo comience a llenar su ser de una frescura inigualable, que son los Ríos de Dios.
Por experiencia propia, le puedo asegurar, que no hay nada más en la vida que pueda saciar su sed interior; solamente el Espíritu Santo de Dios va a llenarlo ¡tanto! que va a necesitar compartir con otros el amor de Jesús; porque sentirá que se desborda en su ser la Unción de Dios.
Purifíquese, santifíquese, perdone a quien tenga que perdonar; para recuperar "usted" la paz que perdió por causa de otras personas; nadie podrá hacerlo por usted; una vez que perdone; pídale perdón al Señor, por todas aquellas cosas que usted sabe muy bien que a Dios no le agradan.
Cuando usted haya perdonado; tendrá derecho a ser perdonado por Jesús; porque la Biblia dice en Mateo 6:12 que si nosotros no perdonamos, Dios no puede perdonarnos a nosotros; porque el Padrenuestro dice: "Perdona nuestras deudas; así como nosotros perdonamos a nuestros deudores"
La condición para ser perdonados; como ve; es que primero perdonemos nosotros a los que nos ofendieron.
Entonces sí, después de esas dos decisiones, va a sentir en su ser que le sacaron un gran peso de encima y una profunda paz en su corazón.
Ya con el corazón limpio; pídale al Espíritu Santo que comience a llenarlo con sus abundantes ríos, como la imagen que les comparto hoy; deje que fluyan en su ser; pero hágalo cada día; porque los afanes de la vida, querrán robarle lo que Dios le dio; esto no se puede hacer una sola vez y nunca más; cada día, así como usted alimenta su cuerpo; tiene que alimentar su espíritu.
Así como se baña cada día y su cuerpo vuelve a estar limpio; debe limpiar su alma, pidiéndole a Jesús que lo lave con su sangre preciosa, la que derramó en la cruz por usted; porque el ser humano tiene la oportunidad de ensuciar su corazón cada día.
Si comienza una disciplina diaria; como quizás usted hace para mantener bien su cuerpo con ejercicio; su alma también necesita el mismo o mayor cuidado.
Recuerde; puede recibir del Espíritu Santo cada día; tanto cuanto anhele, nada más; por eso depende de usted esa búsqueda.
Le deseo de corazón, que el Espíritu Santo despierte su espíritu para anhelar todo lo que Dios tiene para usted, no se conforme con menos.
Dios le bendiga
Susana Goglián
Marcela Gándara
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