Voy caminando por la ciudad y pensando...
¿Dónde estará Dios? Escucho hablar de él...
¿Pero dónde está? ¿Por qué tengo que creer en él, si no lo
veo? Podría no existir...
Yo siempre me veo sólo caminando por la ciudad.
Cuando entro en una iglesia, porque dicen que ahí está,
tampoco estoy seguro de que allí se encuentre.
Veo a Jesús, que permanece clavado en la cruz, totalmente
impotente, triste, muerto.
¿Qué puede hacer por mí desde ese lugar?
Sin embargo, a veces escucho hablar de él con tanto
entusiasmo, esa gente parece ser tan feliz. Tienen una paz
tan grande que por momentos logran contagiarme.
Pero... ¿Qué los hace tan diferentes a los demás?
¿Una simple creencia? No, no lo creo...
Eso no alcanza para darle paz y alegría a una persona.
¡Oh! ¡Cómo desearía saber si Dios existe!
De pronto, alguien me contesta:
- Mira hacia arriba:
¿Ves ese maravilloso cielo? Dios lo hizo.
Ahora ven... te llevaré por un momento a ver algo, volemos
con la imaginación.
¿Ves ese imponente mar? Dios lo creó.
Mira ese bello atardecer ¿No es precioso?
Dios lo hizo.
Y ahora ya es de noche...
¿Qué te parecen la luna y las estrellas?
Dios las hizo.
Y ahora dejemos de volar... mírate a ti mismo...
Te guste o no tu cuerpo, está completo y Dios lo creó.
Tus dos manos te ayudan a desempeñarte por ti mismo en la
vida.
Tus pies te llevan por todas partes.
Tus ojos te muestran la vida en maravillosos colores y
permiten que disfrutes de todas las cosas que te llevé a
contemplar hoy y que Dios creó.
Y ahora piensa... ¿Tienes hijos?
¿Quién crees que los formó? Dios.
Ahora por un momento piensa en las pequeñas cosas de la
vida: Te levantas de la cama cada mañana, sales a trabajar...
¿Quién crees que te da las fuerzas para realizarlo? Dios.
Y así, hay tantas cosas más, que pueden demostrarte que
Dios existe.
¿Tienes motivos todavía para dudar de su existencia?
Dios es tu creador y el creador de todas las cosas que te llevé
a admirar hoy.
¿Te preguntas por qué no lo sientes aún a tu lado?
Quizás te falte saber algo más...
¿Sabes? Jesús murió en la cruz, por ti y por mí... pero no está
en esa cruz... ¡RESUCITÓ!
Está sentado junto al Padre, para ser tu abogado y
defenderte, por medio de su sacrificio en la Cruz del
Calvario.
Envió al Espíritu Santo de Dios, para que te acompañe, te
proteja, te guíe, te ayude, te defienda, te haga sentir cada
día, que sí hay Dios y que está a tu lado.
Está aún, en esos momentos de oscuridad y tristeza, en los
cuales no ves a nadie a tu lado.
Él solo espera que lo invites a tu corazón y le permitas ser tu
amigo.
De esa manera, nunca más preguntarás: ¿Dónde está Dios?
Porque tu mismo dirás: Dios existe. Estoy seguro, porque
vive en mí, siento su amor ya no puedo dudar: ¡Dios está,
porque lo siento en mi ser!
Tú mismo le contestarás a otros que se pregunten: ¿Dónde
está Dios?
Podrás contarles que Dios es real; que es infinitamente
FIEL, como nadie más en este mundo puede serlo.
Porque ahora tu Creador, se ha convertido en tu Padre
Celestial, porque tú has invitado a Jesús a tu corazón y el se
ha llevado todas tus culpas, tus angustias, tus pecados y te ha
lavado con su sangre preciosa, esa que derramó en la cruz
por ti.
Y esa alegría y esa paz que notabas en otras personas, ahora
son de tu propiedad para siempre.
Porque tendrás momentos donde todo te parezca difícil y los
problemas querrán abrumarte, pero por la fe que Dios ha
puesto en tu corazón, sabrás que tus problemas ya no son
tuyos, porque se los has entregado a Él, al único que todo lo
puede, que solucionará todo, por amor por ti.
Porque: “De tal manera amó Dios al mundo, que envió a su
Hijo unigénito (Jesucristo), para que todo aquel que en él
crea, no se pierda más tenga vida eterna”. Juan 3:16
“Hasta ahora, sólo de oídas te conocía, pero ahora te veo con
mis propios ojos”
Job 42:5. Santa Biblia.
Jesús quiere convertirse en tu mejor amigo.
Recíbelo en tu corazón hoy.
Del libro: "Caminando con Jesús"
Susana Goglián