domingo, 18 de febrero de 2018

"A ÉL NO NECESITA EXPLICARLE NADA"

La imagen de hoy para los que lo traducen en su idioma, dice:

Debes evitar que tus conversaciones decaigan,

debes cuidar que tus ojos no se distraigan,

debes cuidar que tus pies no se desvíen.

Si practicas estoy hoy, habrás guardado tu corazón.

No sé a usted, pero a mí me alegra tanto que mi mejor Amigo, conozca mi corazón; a Jesús no tengo que explicarle nada, ni tratar de convencerlo de lo que digo y siento, porque para Él soy transparente.

¡Eso es realmente maravilloso! Es tan agotador y produce tanta angustia, tratar de explicar porque dije lo que dije, o por qué hago lo que hago, para terminar, sin lograr hacer entender lo que hay en mi corazón. ¿Alguna vez le sucedió?

Es una desilusión muchas veces, relacionarse con las personas.

Pero Jesús todo lo sabe, aunque no hablemos, Él ve nuestro corazón y dice la Palabra de Dios en el Salmo 139:4: "Aun antes de que haya palabra en mi boca, he aquí, oh Señor, tú ya la sabes toda".

Y en Hebreos 4:13: "Y no hay cosa creada oculta a su vista, sino que todas las cosas están al descubierto y desnudas ante los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta".

En Hebreos 4:12 dice algo más que interesante: " Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón".

Quiere decir que con Dios no podemos decir una cosa y sentir otra; porque dice que "discierne los pensamientos y las intenciones del corazón" Somos transparentes, no lo podemos engañar al Señor.

¿Alguna vez se sintió juzgado injustamente? Realmente no debería de preocuparse, si Jesús que ve su corazón y sabe hasta las intenciones de su corazón como dice la Palabra de Dios, si Él no tiene nada contra usted; los demás no cuentan, no vale la pena tratar de agradar a las personas, porque nunca lo logrará por completo.

La paz llega a nuestro corazón, cuando podemos levantar los ojos al cielo, hablar con Jesús, con una conciencia limpia delante de nuestro Padre Celestial, que nos conoce muy bien.

Llegará el día al fin, cuando se abran las puertas del cielo, y aparezca Jesús y nos diga: Bueno... ¿Vamos? ¡Dios mío, ese día llegará! (Si, ven Señor Jesús. Apocalipsis 22:20) Creo que si logro hablar en ese momento; al contemplar al Señor en su hermosura, le voy a decir antes de postrarme a sus pies: ¡Por fin Señor te estaba esperando! ¡¡¡Viniste!!!

Que tranquilidad sentimos cuando comprobamos que no debemos explicarle nada a Jesús; Él todo lo sabe, valora en gran manera nuestro amor, entrega, compromiso y adoración.

Con la única persona que no vamos a sentir que "faltan cinco para el peso" es con nuestro amado Jesús, no hay un: "pero..." con el Señor.

Dios solo pide que le seamos fieles, que anhelemos agradarle a Él, que rendidos le adoremos.

Por eso cuando le cantamos con el corazón, la presencia del Espíritu Santo desciende de una manera tan real y podemos sentir su abrazo, su amor, su ternura, su comprensión.

Cuando cantamos "Mi corazón es tuyo" Todo nuestro ser se inunda de paz, amor y la Gloria de Dios desciende sobre nosotros.

Caminemos con una consciencia limpia; puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.

Cierre sus ojos, escuche esta canción y cántele a su Amado Jesús

Él estará escuchándole.

Dios lo bendiga

Susana Goglián

"Mi corazón es tuyo"

Christian Canteros

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