Quizás ya
no tenga a su papá a su lado, o sí, pero siente una gran necesidad de sentirse
protegido.
A cierta
edad, cuando los que nos protegían se van, porque es la ley de la vida, queda
en nuestro interior un gran vacío, una gran necesidad de tener a quién contarle
lo que nos sucede y que le importe.
Lamentablemente
cada vez más, uno se va dando cuenta de que a nadie le interesa de verdad, con
generosidad y empatía lo que nos pasa. Cuando les contamos nuestro problema o
nuestro malestar, porque necesitamos contárselo a alguien, nos responden con
algo similar que les ocurrió alguna vez: “A mí también” o “Yo también”, en
realidad lo que uno necesita es que aunque sea en esos minutos que estamos
contando lo que nos pasa, solamente nos escuchen, pero parece imposible.
Es triste
notar que nadie se pone en el lugar del otro, así es el estilo de vida actual y
va en aumento. Quizás nosotros hacemos lo mismo y no nos damos cuenta, estamos
dentro de un gran círculo vicioso, con necesidad de ser comprendidos, por lo
que no comprendemos a los demás tampoco y seguimos girando en ese círculo
vicioso sin remedio.
Pero
tenemos a alguien que se interesa de verdad por nosotros, dice Dios en Jeremías
3:19: "... yo quise tratarte como a un hijo. Pensé en regalarte la mejor
tierra, ¡el país más hermoso del mundo! Creí que me llamarías “Padre”, y
que siempre estarías a mi lado..."
El deseo
de Dios es que aprendamos a amarlo y conocerlo como nuestro Padre. Necesitamos
buscar ese abrazo que tanto necesitamos en el Señor; la comprensión que
anhelamos, el amor sincero e incondicional; la paz que nos da cuando oramos y nos vaciamos en su presencia cuando le contamos todo lo que nos pasa; solo Jesús puede brindarlo.
Él no
espera que seamos perfectos, sabe que vamos a cometer errores, pero nos ama así
tal cuál somos; el Señor espera solamente que le seamos fieles.
El amor
que el ser humano necesita, solo lo puede encontrar en Jesús; solo en Él
podemos sentirnos seguros, solo en los brazos de este PAPÁ que nos ama; podemos hallar esa seguridad tan deseada.
Jesús le
ama, abrácelo y reciba su amor; ríndase a Él, eso lo va a lograr solamente
cuando busque su presencia en oración, vaciese de todo lo que le preocupa en su presencia.
Él
siempre tiene tiempo para usted, lo prometió en su Palabra. Mateo 28:20:
"...Y he aquí yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del
mundo".
Dios le bendiga
Susana Goglián
"TE
ENTREGO HOY" Marco Barrientos
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