La imagen de hoy dice:
El éxito empieza cuando decides poner
en primer lugar a Dios.
La Palabra de Dios dice en "Juan 20:28-29: "Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron y sin embargo creyeron".
Estas palabras las pronunció Jesús después de comprobar la incredulidad de Tomás. Él había prometido que iba a resucitar al tercer día y así lo hizo, pero Tomás dudaba aunque le dieron la noticia de que ya no estaba en la tumba, porque había resucitado. Luego cuando Jesús le mostró las heridas en sus manos producto de los clavos que las habían atravesado en la cruz, Tomás creyó.
En Hebreos 11:1 dice: "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve".
A veces pienso que entristecemos al Señor con dos actitudes, la primera es cuando creemos que Dios está obligado a bendecirnos en el momento que así lo decidimos nosotros, sin reconocer que Él es Soberano y sabe el momento oportuno para respondernos; además lo hace por misericordia, por gracia, es un regalo inmerecido, no está obligado a hacerlo.
La segunda actitud que me molesta, es cuando observo que en muchas oportunidades, que esperan que Dios obre en sus vidas, aunque no ponen a Jesús en primer lugar.
En tantos momentos de nuestras vidas parece que tenemos tiempo y fuerzas para hacer todas las demás cosas, menos para darle el tiempo que Dios espera que le demos.
¿Está Jesús en primer lugar en su vida? ¿Él es su prioridad? ¿Si tiene que elegir alguna actividad, está Dios primero en la lista?
Si su respuesta es alguna excusa para justificar que congregarse, orar, leer la Palabra de Dios, servirlo a Él, no está en primer lugar en la lista de su vida; luego no le exija a Dios que conteste rápidamente sus deseos, necesidades y caprichos; pero si Jesús lo hace; es por el gran amor que le tiene; por eso merece también su atención, cuando no necesita nada.
¿Sabe por qué? Lea este pasaje, en Santiago 4:8 dice: "Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones".
Usted se acerca a Dios y Dios se acerca a usted, el ser humano debe dar el primer paso.
El hombre es el sacerdote del hogar, es el que debe guiar a su esposa y a sus hijos a poner a Dios en primer lugar en sus vidas.
La esposa debe ser la ayuda idónea que influencie a su esposo y a sus hijos a buscar a Dios en primer lugar. Cuando no lo hacen, lamentablemente los maridos y las esposas se convierten en una mala influencia, porque en vez de acercar a su familia a Jesús, los alejan.
Después exigen que las bendiciones de Dios lleguen a su hogar, sin tomar conciencia de que con sus actitudes le están demostrando a Jesús que no lo necesitan.
Es muy triste ver la decadencia espiritual en muchas personas que ni siquiera se dan cuenta, que lentamente ya les comienza dar lo mismo tener una relación íntima con Dios o no; poco a poco se van enfriando y otras actividades los distraen hasta encontrarse vacíos interiormente, viendo solamente las cosas negativas que pasan, porque su entendimiento espiritual se va nublando poco a poco.
Hoy es tiempo de buscar a Jesús, no deberíamos ni siquiera atrevernos a hacerlo sentir dejado de lado; su sacrificio en la cruz fue demasiado grande, su sufrimiento por amor a nosotros, para darnos la salvación eterna no merece nuestra actitud de indiferencia, que realmente lo entristece.
El orden correcto es: Dios - Familia - Iglesia; de esta manera le va a dar tiempo para todo y todas las cosas le saldrán bien en su vida.
Nuestro corazón debe rebozar de agradecimiento y devoción a Él.
Jesús le ama tanto que quizás ni siquiera usted alcance a imaginarlo.
Ponga siempre su fe en Jesús; porque es el único que nunca le va a fallar
ni lo va a abandonar.
"Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,
aún estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo"
Efesios 2:4-5:
Dios le bendiga
Susana Goglián
"DIOS EL MÁS GRANDE"
Juan Carlos Alvarado
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