La imagen de hoy dice:
Y nunca más me acordaré
de sus pecados y sus maldades.
Hebreos 10:17
Hay un grave problema en el corazón de la persona que sabe que le falló a Dios; quién se arrepiente de lo ocurrido, le pide perdón al Señor.
Porque Jesús lo perdona, lo lava con su Sangre preciosa, la que derramó en la cruz por él; pero la persona no puede creer lo que hizo, se cuestiona como pudo actuar así; la venda cae de sus ojos, se arrepiente y se avergüenza de sus actitudes; pero no puede sentir en su corazón, que cuando le pidió perdón a Dios, inmediatamente Él lo perdonó; el problema es que él no se puede perdonar.
Esta actitud, mantiene atada por años a muchas personas; Dios los perdona, pero ellos mismos no se pueden perdonar; es una mentira del diablo, para mantener atada a la culpa a la persona.
En la Biblia, tenemos un ejemplo muy claro; recuerde a Judas; él entregó a Jesús por dinero y cuando se dio cuenta realmente de lo que había hecho, al ver como se llevaban al Señor que tanto amor le dio, a morir en la cruz injustamente; no pudo perdonarse a él mismo y se quitó la vida. Mateo 27:1-5.
En cambio Pedro, siempre tan cerca de Jesús; lo negó tres veces, cuando lo hizo, se dio cuenta de que el Señor, se lo había anticipado, diciéndole que antes que cantara el gallo, lo iba a negar tres veces; Jesús todo lo sabe; pero Pedro lloró se angustió, pero se arrepintió y cuando Jesús resucitó y se encontró con él nuevamente; lo perdonó, preguntándole: Pedro me amas, Pedro me amas, Pedro me amas, justamente las tres veces que lo negó; ya así fue restaurado. (Juan 21:15-17)
No perdonarse a sí mismo, lo ata más que antes de arrepentirse y pedirle perdón a Jesús. Muchas veces, es como una actitud de orgullo; como preguntándose: ¿Cómo pude fallarle al Señor yo? No reconociendo que es un ser humano, propenso a fallar, que no es perfecto.
A pesar del pecado, para Jesús es un gozo, ver que su hijo se arrepiente, le pide perdón, recibe su perdón y sigue adelante restaurado; porque ese fue el propósito, al derramar su Sangre en la cruz por nosotros.
Dios perdona los pecados, los tira al fondo del mar y ya no tiene memoria de ellos. Miqueas 7:19.
Es más, cuando usted le vuelve a pedir perdón por lo mismo, el Señor le dice: No se de que estás hablando... porque Él lo perdonó realmente.
¡Qué Amor Perfecto el de Dios! Tan distinto al del hombre, que frecuentemente dice: yo perdono, pero no olvido; no entendiendo que el también es un ser humano y también falla.
Perdónese, si ya le pidió perdón a Jesús, deje el orgullo y la culpa, a los pies de la cruz, ahí donde Jesús se llevó todos sus pecados y todas sus maldades.
Sonría ahora mismo y vuelva a empezar, perdonado, libre de la culpa en el nombre de Jesús y siga adelante agradando al que lo Ama mucho más de lo que usted puede imaginar.
Dios lo bendiga
Susana Goglián
"DIOS DE LO IMPOSIBLE"
Marcos Barrientos feat David Reyes - Cristine D´Clario
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