La imagen de hoy dice: La mano de Dios, te sostuvo ayer, te sostiene hoy
y te sostendrá mañana!!!
El temor es parte de la vida del hombre, la desconfianza pareciera que es lo primero que nace del corazón. Muchas veces es normal y hasta justificado dudar del hombre, por situaciones vividas, entonces actuamos igual con Dios.
Pero la mano de Dios que te sostuvo ayer, te va a sostener hoy, mañana y por siempre.
Cuando aprendemos a depender de Dios, que es fiel, el temor se disipa, la desconfianza se borra de nuestra mente y comenzamos a recordar las bendiciones que recibimos de Él en el pasado, en esos momentos de desesperación e impotencia cuando acudimos a Jesús en oración, podemos dar fe de que siempre nos respondió.
El pueblo de Israel, cuenta la Biblia, pasó por lo mismo; había cruzado nada menos que por el Mar Rojo abierto de par en par, pasaron en seco en medio del mar abierto para ellos, hasta el otro lado y sobrenaturalmente, cuando iban a cruzar ese mismo mar los enemigos de ellos que los perseguían, se cerró y comenzaron a ahogarse y morir.
¡Qué impresionante! Pero cuando estaban del otro lado, se olvidaron de ese hecho milagroso, olvidaron que no era algo natural y común lo que habían vivido, sino que era la misma mano de Dios que los había salvado. Y comenzaron a quejarse, a dudar de la ayuda de Dios para la circunstancia que estaban viviendo en ese momento.
Nosotros solemos decir: ¡Ah que ingratos que eran! Pero lamentablemente nosotros actuamos igual en el presente sin darnos cuenta. Bajo la mirada de Dios somos iguales, cuando nos mortificamos por un problema, lloramos, nos deprimimos; Dios nos mira y se pregunta:¿Se olvidó lo que vivió cuando oró y me rogó el mes pasado por su problema, por su necesidad? ¿Ya no recuerda la provisión sobrenatural que le di para que pague sus cuentas? ¿Ya se olvidó de cuando oró y sané a su familiar tan querido?
No hay mucha diferencia entre nosotros y el pueblo de Israel cuando no dejamos que la fe y la esperanza, la confianza en Dios nos quite la ansiedad y el temor.
La Biblia dice en Hebreos 13:8: "Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y por lo siglos"
Cada vez que oramos y ponemos toda nuestra confianza en Él, Dios nos escucha.
Decídase hoy a echar fuera el temor y la ansiedad, descanse en Jesús, porque la bendición viene en camino. Y luego que reciba esa bendición, no se olvide de Jesús, no es un paraguas que se usa cuando llueve y después se lo deja en un rincón hasta la próxima lluvia, el Señor quiere tener una relación de amistad con usted SIEMPRE, EN TODO MOMENTO, no solamente en momentos de necesidad.
¿Le gustaría que sus hijos se acercaran a usted solamente para pedirle algo y luego se alejaran de usted? Sé su respuesta. ¿Cuánto más Dios que es AMOR, se entristece cuando solamente es usado? Dios lo ama, es un honor para usted, como lo es para mí.
Dios nos dice hoy:
"ACERCAOS A MÍ Y YO ME ACERCARÉ A VOSOTROS"
Santiago 4:8
JESÚS LE AMA
Dios lo bendiga
Susana Goglián
"NO BASTA"
Juan Carlos Alvarado
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