La imagen de hoy dice: Dios pone delante de ti dos caminos, escoge el bien
Caminando por la vida, uno se encuentra con personas que pasaron problemas terribles, como adicciones, problemas familiares, enfermedades como SIDA u otras graves, problemas económicos, pérdida de la vivienda, tantas impotencias que los llevaron a situaciones límites, donde se preguntaban ¿Para qué seguir viviendo?
En medio de todos esos dramas, miraron al cielo en busca de ayuda y Jesús extendió su mano y los rescató. Sus vidas cambiaron por completo, su vidas se llenaron de paz, de amor y de misericordia, porque querían que otros también recibieron esa salvación que Dios les ofreció a ellos y los ayudó a salir del pozo de la desesperación, acercaron a muchas personas a Jesús, Dios los usó en gran manera.
Pero lamentablemente pasó el tiempo y algunas personas se acostumbraron a vivir bien, con paz y alegría, pero las vicisitudes de la vida, los llevan a cruzarse con gente, que lamentablemente no tiene un corazón lleno de Dios y los defraudan y sus corazones comienzan a llenarse de tristeza, decepción, por lo que el hombre les hace y comienzan a hacer como Pedro en medio de la tempestad, quitan sus ojos de Jesús y el daño que las personas les hicieron, les producen resentimiento y angustia y ya les nubla la visión y pierden la perspectiva, ya no ven a Jesús, solo ven al ser humano que los dañó y sus corazones se llenan de desconfianza.
Así le sucedió a Pedro, lo podemos leer en Mateo 14:24-31: "Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!
Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?"
Poner los ojos en Jesús nos da la perspectiva correcta. ¿A quién está siguiendo usted? Hay solo dos caminos, Dios en su misericordia nos da libre albedrío, no obliga a nadie a amarlo y disfrutar de su amor, el hombre elige cómo quiere vivir, una vez que conoce la verdad.
El que sigue el camino de Jesús, por su sacrificio en la muerte en la cruz, para salvarnos, una vez que se arrepiente de sus pecados, goza de una vida plena, le rinde su vida al Señor y el Espíritu Santo lo guía en todas sus cosas, ya no camina solo y sin rumbo por la vida.
Llena todos los vacíos de su corazón con su Presencia y le da la victoria sobre todas las dificultades que le presenta la vida.
Parece tan claro y tan lógica la decisión que uno toma cuando le conoce a Jesús, pero a la vez, Dios que es amor, le da tiempo a la persona para que elija qué camino quiere tomar como en la imagen que les compartí.
Reflexionaba sobre esto y el Espíritu Santo me mostró que los que seguimos a Jesús, tenemos que actuar como lo hace Dios con ellos, no tenemos ningún derecho a obligar a la gente a seguir a Jesús, solamente nos resta orar por ellos cuando deciden no seguir al Señor, rogándole a Dios que tenga misericordia de ellos y que el momento que sin duda va a ocurrir, porque ya le entregaron su vida a Jesús en algún momento y esa decisión los unió a Él para siempre, son de Jesús; por eso roguemos que su regreso al camino al Dios que les ama, no sea porque les ocurra algo malo y eso los haga volver en sí y reconocer que solo Dios puede ayudarlos; porque el sufrimiento sería para nosotros sus hijos que le amamos y le seguimos.
Rogamos Señor que vuelvan a tí porque los seduzcas con tu amor infinito, que sus corazones vuelvan a seguirte, porque eres su Salvador quien nunca los abandonó a pesar de que te dieron la espalda.
Rogamos por tu amor y por las oraciones a favor de ellos, de nosotros tus hijos que los amamos y oramos a tí siempre por ellos.
Pero recuerden ustedes mis hermanos, hagan como Dios hace, ustedes también ustedes denles libre albedrío, solo sigan orando por ellos.
JESÚS LOS ESPERA CON TODO SU AMOR DE REGRESO A CASA
Dios los bendiga.
Susana Goglián
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