JUAN 1:12 dice: "Mas a todos los que le recibieron, (a Jesús) a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios"
Cuando creemos que Jesús murió en la cruz para salvarnos, nos arrepentimos de nuestros pecados, Jesús nos da el regalo de la Salvación y nos da el derecho de ser hijos de Dios.
Todos somos creación de Dios, pero solo somos sus hijos, cuando recibimos a Jesús en nuestro corazón.
Cuando a usted le dan un regalo, puede aceptarlo o no, la mano de la persona está extendida hacia usted con el obsequio, pero si usted no extiende la suya, no puede recibirlo.
La salvación es un regalo para nosotros, pero hay varias citas bíblicas que nos ayudan a entender, que es nuestra responsabilidad cuidar esa salvación.
Veamos algunas de ellas: "Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?. – Hebreos 2:1-3.
Veamos que Jesús, luego de su muerte y resurrección, está sentado a la diestra del Padre, convertido en nuestro abogado. ¿Para qué? ¿Qué función cumple?
Juan dice, que si nosotros confesamos nuestros pecados y nos arrepentimos, Él es justo y fiel para perdonar nuestros pecados,.
Pecamos y erramos porque no somos perfectos.
No es el pecado el que hace la separación final, puede ser la acumulación de pecados que nos lleve a tener la actitud que teníamos antes de rechazar a Cristo. La blasfemia contra el Espíritu Santo es un rechazo a Cristo después que lo ha aceptado.
Quiere decir que si nos arrepentimos, dice la Palabra de Dios, que abogado tenemos a Jesucristo el justo.
Él nos defiende ante Dios, mostrándole las heridas de sus manos, en esa cruz abolió el pecado y nos perdonó cuando nos acercamos a Él arrepentidos.
Cuando en nuestro corazón hay pesar por nuestro pecado y nos arrepentimos, Dios nos perdona.
Pero como leíamos antes: "La blasfemia contra el Espíritu Santo es un rechazo a Cristo después que lo has aceptado".
En realidad Dios es un caballero, si no nos obligó a recibirlo en nuestro corazón, tampoco nos obliga a seguirlo, nos dio libre albedrío, con gran respeto hacia nuestra voluntad, aunque su deseo es que "todos se salven"
Muchos de ustedes recordarán ese pasaje tan doloroso, que en algún momento va a ocurrir, donde nos habla de los últimos tiempos, textualmente porque está muy claro y no nos deja ninguna duda de nuestra responsabilidad para cuidar nuestra salvación:
Lucas. 13.25-27:"No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad".
Estas palabras no se las decía Jesús a los incrédulos, sino a los creyentes, más aún, a los que predicaban en su nombre, siervos que echaban fuera demonios, que en el nombre de Jesús en un tiempo hicieron muchos milagros, pero por lo que leemos al principio en un momento dejaron de hacer la voluntad del Padre.
Dios es un Dios de amor, pero también es un Juez justo, no se puede hacer el distraído o pensar: "hizo milagros en mi nombre", "echó fuera demonios" tengo que considerar eso. No, fue muy terminante, dijo que al final les diría cuando las puertas se cierren: "Nunca os conocí, hacedores de maldad"
Los títulos no alcanzan, los cargos no son suficientes, todos somos hijos de Dios que debemos cuidar nuestra salvación con temor y temblor. Filipenses 2:12 con mucho amor dice así: ""Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con "temor y temblor"
Reciba esta mensaje como un alerta en estos tiempos difíciles, que nadie lo mueva de su fe, no importa lo que hagan los demás, sus convicciones firmes lo llevarán a la Gloria del Padre.
Arrepiéntase si se ha desviado, no le de la espalda a Jesucristo, el murió por usted y por mi, el precio fue muy alto, su sangre, es un regalo demasiado grande para descuidarlo.
Decídase a cruzar el puente que Jesús le brinda por medio de la cruz donde lo salvó para siempre
JESÚS LE AMA
Dios le bendiga
Susana Goglián
"Devuélveme la Unción"
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