Estamos viviendo momentos de gran confusión, en varios puntos del país, la gente sale a la calle desbordada, sin control, hay saqueos en supermercados y tiendas de electrodomésticos. La policía por reclamos salariales, abandona las funciones de seguridad que les fueron confiadas. ¿Qué es lo que está sucediendo?
La Biblia anticipa lo que sucedería en los últimos tiempos, en 2 Timoteo 3:1-5 dice: "Esto también sepas, que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos: Que habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, detractores, desobedientes a los padres, ingratos, sin santidad, Sin afecto, desleales, calumniadores, destemplados, crueles, aborrecedores de lo bueno, Traidores, arrebatados, hinchados, amadores de los deleites más que de Dios; Teniendo apariencia de piedad, mas habiendo negado la eficacia de ella: y á éstos evita"
La gente ha perdido la noción de lo bueno y lo malo. Hacen algo malo y lo cuentan sin ningún pudor.
Cuando se pierde la visión de lo que Dios quiere, cuando cada uno piensa que sus decisiones son las únicas que cuentan y el egoísmo de lo que se desea, es lo único que tiene valor; los derechos de los demás dejan de tener importancia.
Si al hombre deja de importarle lo que Dios quiere, el enemigo de nuestras almas, el diablo toma el control de la mente del hombre y dirige sus pasos a su antojo.
La Biblia dice en Proverbios 1:7 dice: ""El principio de la sabiduría es el temor de Dios; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza"
Cuando habla de temor, no se refiere al miedo, sino al respeto a la voluntad de Dios para el bien de nuestras vidas. Cuando se pierde eso, llega el descontrol.
También es falta de fe, personas que creen que solo con sus fuerzas pueden lograr las cosas, cuando los hijos de Dios sabemos que cuando clamamos a Él por nuestras necesidades, El Señor siempre responde. La Palabra promete: "Clama a mí y yo te responderé..." Jeremías 33:3
Entonces uno se detiene a pensar, si la policía confiara en Dios, orarían unidos para que Dios les provea el sueldo que necesitan, sin llegar a descuidar sus trabajos y a la población. La gente en medio de la decisión de los policías, en un mundo ideal, creyente en Dios, oraría y pediría que la policía vuelva en sí y que se haga justicia en sus vidas, pero que cumplan con sus funciones y la seguridad siga en las calles, si salir a saquear los comercios; porque los noticieros hablaban de que eran ciudadanos comunes, los que salieron a robar enloquecidos.
¡Qué simple es todo cuando el timón de nuestras vidas lo tiene Dios!
Oremos por nuestro país, atemos al hombre fuerte que quiere gobernar a la población y a los políticos, entreguémosle el control de todo al Espíritu Santo de Dios. Pidamos que la venda que ciega el entendimiento de los incrédulos caiga y puedan conocer y entregar sus vidas a Jesús.
Dios los bendiga
Susana Goglián
Canción: "YO ME RINDO A ÉL"
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